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Soum de Ramond (3.254 m) y Monte Perdido (3.355 m)

Pico a Pico

27 y 28 de julio de 2019

Llovía, y además lo hacía bien, despacio, sin viento. Había llovido y seguía haciéndolo mucho y bien, la previsión anunciaba lluvias intensas para ese mismo mediodía del sábado. Pero a las diez de la mañana llovía suavemente, sin prisas, como si llover fuera la cosa más natural del mundo. Ordesa bebía el agua después de tantos días de sequía, rebosaba vida, estaba verde y fresco, brumoso, exultante y frondoso.  Y nosotros, 24 integrantes de la Pico a Pico, 24 amantes de la montaña, 24 personas felices bajo la lluvia, espectadores activos disfrutando de semejante espectáculo natural. Ordesa estaba vivo, sus olores, sus colores, sus sonidos. Ordesa es inmenso, grandioso, mágico, especial, único. Y nosotros, los 24 de la Pico, estábamos allí .

La organización de la Pico a Pico había programado ascender a Monte Perdido este año, pero claro está, manteniendo el espíritu de dicha sección del club Peña Guara, no podía conformarse con una ascensión por su vía normal, eso es sencillamente demasiado normal. Inicialmente dicha salida era de dos días de actividad en montaña con pernocta en el casi acabado de reformar refugio de Góriz,  pero la previsión meteorológica de última hora anunciaba lluvias intensas para el mediodía y tarde del sábado. Ante semejante situación la organización se vio obligada a cambiar los planes y en vez de salir desde Nerín recorriendo parte del valle de Añisclo para llegar al refugio. Modificó el recorrido para hacerlo más directo subiendo al refugio por la pradera de Ordesa. Sin embargo se decidió mantener el horario pese a ser una ruta más corta por una sencilla razón. ¿Por qué? porque así dispondríamos de más tiempo para secarnos en Góriz.

De esa manera, desde el aparcamiento del camping que hay un poco antes del Puente de los Navarros. Y arrancando a las ocho de la mañana del sábado 27 de julio, cruzábamos por las pasarelas el caudaloso río Ara para enlazar con el camino de Turieto Bajo y así seguir hacia la pradera de Ordesa. El ambiente en este primer tramo es mágico, el sendero de Turieto es sin duda alguna uno de los senderos más bellos de nuestro Pirineo, en su bosque de pinos, hayas y abetos tapizados de musgo esperas encontrar duendes y hadas porque sin duda así tiene que ser su mundo.

Y a las diez se puso a llover. Lloviendo sobre mojado puesto que en el recorrido hacia el fondo del circo de Soaso, pudimos disfrutar del gran caudal que llevaba el río Arazas. La fuerza del agua en las cascadas de Arripas y la del Estrecho, la elegancia y belleza de las Gradas de Soaso nos vuelven a sorprender. Pero la sorpresa mayor es que de repente, a las doce deja de llover y empieza a despejarse a trozos el cielo asomando de vez en cuando un tímido sol. Y es aquí en este momento cuando una vez superada la última cascada de las gradas, al llegar a los pastos de Soaso cuando aparecen entre las nubes en una revuelta del camino dos de las tres Sorores. El pico de Monte Perdido con sus 3.355 mts y el Soum de Ramond de 3.254 mts. precedidos  respectivamente por la Punta de las Escaleras de 3.027 mts  y la Torre de Góriz con sus 2.797mts.

Es en este punto donde encontraremos una especie de calzada romana, construida para que los bichos de dos patas no andemos pisando la comida de los bichos de cuatro patas. Claro que los cuadrúpedos no lo entienden y de vez en cuando una muestra de su proceso digestivo hace menos fácil su tránsito a los bípedos.  Al inicio del mencionado camino podemos leer varios carteles pero destaca uno curioso donde se advierte de la peligrosidad de las vacas respecto a los perros sueltos. Nos cuentan, y los damos por bueno y cierto, que días atrás una persona que llevaba un perro que al estar sin atar y acercarse demasiado al bebé ternero, mientras la persona en cuestión intentaba intermediar entre ambos animalillos. Fueron atacados por la mamá vaca.  La persona, no sabemos si hombre ó mujer, tuvo que ser “rescatada” por la guardia civil al resultar herida.

Llegamos sin pausa pero sin prisa al fondo del circo donde una vez más nos deleitamos con la estética forma de la cascada de La Cola de Caballo mientras remontamos la senda que nos lleva a las clavijas de Soaso, bajo la atenta mirada de varios grupos de personas que nos observan progresar. Para después de un rato más, llegar al refugio de Góriz a 2.185 mts, remodelado, inacabado pero funcional, acogedor como siempre y un lugar perfecto para descansar, sobre todo cuando llegas seco después de todo.

Unas cervezas, una siesta, charradeta, chistes y batallas de aventuras pasadas, lectura de revistas de montaña editadas hace años, partidas de ajedrez ó cartas. La vida habitual en un refugio hasta la cena, que será buena y abundante. Mientras fuera llueve débilmente y se levanta el viento. Un poco de tertulia más, mirar sobre los mapas y fotos de las paredes que si la ruta de mañana va por aquí ó por allá  y a dormir a unas horas que en casa no habríamos ni cenado.

Para algunos de nosotros y por segundo día consecutivo, vuelve a sonar el despertador a las cinco de la mañana. Para otros del grupo que tuvieron que viajar ayer desde su casa a Huesca para coger el autobús, hoy han dormido un poco más. Cinco y media, lavado de cara y legañas, wc, desayuno, preparar mochila y decimos hasta pronto a Góriz. Aún no son las seis y media cuando el grupo se pone en marcha bajo un viento helador que intensifica más aún la sensación de frío. Las nubes retenidas en la vertiente norte del Pirineo, se cuelan desde el vecino valle de Gavarnie rebosando la barrera montañosa por su punto más bajo, la Brecha de Roland,  para disolverse después en el aire más templado de la vertiente sur. El pico de Taillón aparece y desaparece entre el flujo de nubes que trae un fuerte viento de norte. Y así armados de ánimo, gorros, guantes y cortavientos arrancamos la larga jornada que tenemos por delante. Seguimos las indicaciones del  cartel que indica la senda que va al pico de Monte Perdido. Superados unos trescientos metro de desnivel, más ó menos, y al entrar en el valle del barranco de Góriz dónde  más lejos, al fondo hay una zona con enormes bloques de roca y algún, dejémoslo en imaginativo, bautizó como la Ciudad de Piedra. Pues allí mismo surge un empinado corredor a nuestra derecha. Abandonamos la comodidad y tranquilidad de una buena senda, que es la vía normal al Perdido,  para adentrarnos en la ascensión de ese corredor hasta llegar a un collado. Desde allí un flanqueo en horizontal y una corta trepada en una barrera rocosa nos colocan en el comienzo de la Ruta de las Escaleras. Primero de los itinerarios considerados como vía normal que ascendían al pico. Seguimos por pedreras de buen caminar por unos trazos claros de senda que remontan dos barreras más hasta quedar por debajo del pico de Las Escaleras. Pasada esta tercera barrera nos volvemos a salir del camino hacia nuestra derecha. Ahora la senda casi no existe, algún hito indica por dónde ir hasta que casi también desaparecen. El paisaje es totalmente lunar, estamos entrando en el denominado en algunos sitios como, circo de Arrablo. Lugar recóndito recogido entre las paredes de la cara sureste del Perdido y la suroeste del Soum de Ramond. Lugar donde hasta hace poco descansaba el glaciar del mismo nombre y ahora queda un ibón que a estas alturas del año aún esta helado. Rincón cerrado por el norte por laderas empinadas y murallas verticales de entre 200 y 300 mts de altura. Una mini parada al sol y nos introducimos en este paraje de agua, roca y hielo directos a la pared vertical del Soum de Ramond ó pico de Añisclo, nuestra primera cima del día. A consecuencia de las lluvias y el frío posterior, el suelo está helado, las rocas cubiertas con una fina capa de hielo. Al aproximarnos a la pared encontramos la canal, que oculta hasta entonces utilizaremos para ascender. Más impresionante que difícil la vamos subiendo con mucho cuidado puesto que hay mucha piedra suelta, la remontamos hasta alcanzar la arista fácil que nos lleva a la cumbre.

Louis-François Ramond de Carbonnieres fue entre otras cosas uno de los primeros exploradores del Pirineo allá por 1.800 y que organizó la “primera” ascensión reconocida al pico de Monte Perdido que se suponía era el pico más alto de la cordillera, nos queda como recuerdo de él, sus trabajos en geología, flora, fauna y además su nombre en una montaña y en una flor endémica del Pirineo, la Ramonda Myconi conocida por su otro nombre Oreja de Oso. Y tiene estar contento Louis-François puesto que su pico, el también llamado Pico de Añisclo es un mirador espectacular a caballo del enorme valle de Pineta ,  el valle de Ordesa y la inmensa grieta del cañón de Añisclo. Nosotros, en la cima, tras las habituales felicitaciones, fotos y reconocimiento de picos y paisajes continuamos, y lo hacemos siguiendo la cresta cimera mirando de frente nuestro nuevo objetivo, el pico de Monte Perdido. Al poco de crestear bajamos por la empinada pero fácil ladera norte dirigiéndonos hacia un nevero situado en un vallecito colgado entre el Ramond y los picos de Baudrimont. La nieve aunque blanda superficialmente está helada por debajo y nos obliga a colocarnos los grampones para poder remontar los más de cien metros de desnivel necesarios y llegar al Cuello de Monte Perdido que tras una fácil trepada nos sitúa en la suave falda este del pico que coronamos a continuación. Mirador de primer orden de la cadena pirenaica.

Cuentan y los damos por bueno y cierto, que aunque Ramond de Carbonnieres fue el promotor de dicha primera ascensión, no la realizó él en persona hasta cuatro días después y que los primeros que lo hicieron fueron guiados por unos pastores de Bielsa que al parecer ya habían estado anteriormente en la cima, de manera extraoficial claro. Esta montaña, visible desde muchos sitios en la vertiente sur, presente en el entorno y cultura popular e incluso protagonista de la leyenda de As Tres Serols. Era una especie de fantasma para los vecinos del otro lado, esta montaña suponía un enigma ya que solamente podía verse desde cimas ciertamente elevadas y separadas del cordal pirenaico. Por lo tanto esa gran y lejana montaña  que se veía  blanca y brillante a consecuencia del glaciar en su cara norte. Era sin lugar a dudas, una montaña perdida, era el Mont-Perdu.

Bocatas, fotos, que si aquello es el Aneto y lo otro el Vignemale, que si fíjate que pinta tiene desde aquí la canal del Soum de Ramond, que si alguien quiere más almendras garrapiñadas que las hago yo, etc. En fin conversaciones relajadas, profundas y distendidas con el tiempo que pasa volando cuando te sientes bien en la cima de una montaña.

¡¡¡Oir!!! ¡¡¡Que habrá que bajar!!! Dice al final alguien con un poco más de talento que la media. Y así como a cámara lenta nos volvemos a poner en marcha, porque la bajada tiene tela, 2.000 mts de desnivel nos faltan para llegar a Pineta. Para lo cual descendemos por la tristemente célebre Escupidera hasta el ibón que llaman lago Helado, que además de no estar helado, nos cuentan y los damos por bueno y cierto, que el muy traidor siendo del sur, filtra sus aguas a la cascada de Marboré en el lado Francés. De allí remontamos, último repecho del día, hasta el collado del Cuello del Cilindro para a continuación bajar pegados a lo poco que nos queda de una de las maravillas más preciosas del Pirineo. El glaciar de la cara norte de Monte Perdido. Una secuencia de hitos, unas marcas redondas de pintura roja y alguna estaca de hierro, nos conducen a una chimenea de unos 20 mts de altura, en la que instalamos una cuerda fija para poder descender. Superado este último escollo técnico ya sólo queda acabar de bajar hasta el balcón de Pineta, para desde allí seguir bajando los 1.300 mts de desnivel que restan hasta el autobús.

Y hasta aquí fue la salida del fin de semana en la que vimos el mundo desde la cima de dos tresmiles de auténtico lujo, con unas condiciones climáticas de lujo y un ambiente y camaradería de más lujo aún si cabe.

Por cierto, para los amantes de poner cifras a todo. El sábado en la ascensión hasta el refugio salvamos un desnivel caraparriba de 1.250 mts durante 18 Kms. El segundo día con dos cimas ascendimos 1.450 mts, descendimos 2.470 mts, recorriendo más o menos 17 kms.

La próxima en septiembre a los picos de Seil Dera Baquo y Perdiguero.

La Pico a Pico, como se suele decir en estos casos…

CONTINUARÁ.