CELEBRACIÓN EN LAS GORGAS DE SAN JULIÁN
Ya es tradición en nuestra sección terminar el año con la excursión a las Gorgas de San Julián, lugar de sobra conocido por todos. Y aunque las previsiones del tiempo no eran las mejores y la fecha ha impedido que algunos incondicionales desde el principio no hayan podido venir, aún nos reunimos un buen grupo para subirnos al autobús que nos llevará a Arascués.
Tomamos tranquilamente el camino señalizado que nos indica la dirección a tomar y cuando llegamos a la Ermita de Olivar paramos un momento para tomar un pequeño almuerzo, que los niños siempre tienen hambre.
Desde aquí, la pista nos lleva sin pérdida hasta la parte superior de la urbanización de Nueno, dónde tomaremos el camino tradicional para ir a las Gorgas. Nos dejamos guiar por los más pequeños, que incluso ellos conocen el camino y saben leer las marcas de PR por la senda que asciende entre la vegetación, mientras vemos a nuestra izquierda el barranco de Fenés y el tajo en la gran pared donde se encuentra el punto culminante de nuestra excursión, que cada vez está más cerca.
Cuando llegamos al cruce de caminos que indica que la Ermita de San Julián de Adriá está a 100 metros, decidimos continuar hasta Las Gorgas. A partir de aquí, la vegetación intenta engullir el camino y aunque los niños por su estatura no tienen problema, a los mayores nos toca en algunos lugares agacharnos para evitar ramas y zarzas que dificultan nuestro avance.
Una vez llegamos a las Gorgas, contemplamos las altas paredes que poco a poco se cierran y evitan que la escasa luz del sol, hoy tapado por amenazantes nubes, entre para iluminarnos. Como era de esperar, el agua no corre y la que llega al final del estrecho barranco que aquí cae empieza a estancarse, aunque ello no impide un gran charco, que en combinación con las abundantes piedras y nuestros hijos, hace que estos pasen un rato entretenido intentando levantar piedras, al límite de sus fuerzas y cada cual más grande, para salpicarnos lo más posible.
Tras la foto de familia delante de las figuras blancas del belén allí instalado, ahora sí nos dirigimos a la ermita para comer en la pequeña explanada que hay junto a su entrada. Adelantándose a las previsiones meteorológicas consultadas, una fina lluvia hace su aparición, aunque no nos dificulta el avance por el camino. Una vez allí, al abrigo de la gran pared desplomada que hace de techo para la lluvia que cae e impide mojarnos, podemos instalar las mesas para comer.
Los niños no tardan en dar cuenta de su comida y pronto se levantan de la mesa y juegan por los alrededores, sin que el agua que cae sobre ellos cuando salen del abrigo del techo les impida jugar e investigar los alrededores. Pronto empiezan a cubrir las mesas los dulces y demás productos navideños que hemos traído para compartir, aunque dada la cantidad de ellos, es difícil probarlos todos, no podían faltar tampoco bebidas calientes, que aunque no hace mucho frío, sin duda agradecemos. Un brindis con nuestros amigos deseándonos felices fiestas y tras poner en común los regalos que todos hemos traído empezamos a repartir. Los pequeños sin decirlos nada se apelotonan en fila para coger el suyo y desenvolverlo rápido para ver qué les ha tocado y continuar repartiendo a los mayores, que hoy todos nos llevamos un pequeño recuerdo de esta excursión.
La lluvia empieza a caer con más insistencia, así que antes de lo que nos hubiera gustado, rápidamente recogemos las mesas y nos ponemos los chubasqueros y con la mochila a la espalda empezamos sin demora el camino de vuelta hasta el lugar donde ya nos espera el autobús, aunque los pequeños antes de subir exigen el ya obligado reparto de golosinas con el que terminamos todas las excursiones.
Al final el agua nos ha caído sobre nuestras cabezas, será de las pocas veces que en estos años nos hemos mojado un poco, aunque ello no ha impedido que con el buen humor y compañerismo que nos caracteriza, hayamos disfrutado igualmente.
Ya hemos terminado todas las excursiones de este año y en breve nos llegará el programa para el próximo, aunque ya desde aquí adelantamos que en enero tendremos una pequeña proyección el club con las fotos de las excursiones de este año y que la primera excursión del que viene será a la nieve, siempre deseada por los niños, para realizar un pequeño recorrido con raquetas, que a buen seguro supondrá una experiencia nueva para la mayoría.
Javier Lázaro