PEQUE GUARA EN FAMILIA 26/03/2017
Pico del Águila
Al mal tiempo, buena cara. El pasado domingo fuimos casi cuarenta entre niños y adultos los que a pesar del cambio de planes por la nieve recién caída ya que estaba programado ir a Peña Oroel, el mal tiempo nos hizo suspender el año pasado un par de ascensiones y no queríamos suspender otra y buscamos una alternativa, así que como las previsiones del domingo eran algo mejores que las del sábado, nos subimos al autobús que nos llevó hasta el pantano de Arguis para subir al Pico del Águila (1623m).
Todo el monte estaba cubierto de nieve y desde que tomamos el camino de subida nos movemos entre el blanco elemento, que a medida que avanza la mañana se transforma bajo nuestros pies y a pesar que el tiempo ha dado un respiro, los árboles del bosque en el que nos adentramos nos tiran sobre nuestras cabezas la nieve que sus ramas ya no soportan.
Una parada para reponer fuerzas a mitad de camino, que la pendiente no es muy fuerte pero el camino no deja de subir y la nieve entorpece nuestros pasos, haciéndonos en algún momento resbalar.
A lo lejos se distinguen los colores de nuestras ropas, que contrastan con el fondo blanco que tenemos, un entorno que la nieve da otra perspectiva y nos proporciona un bello paisaje.
Recordamos cómo hace exactamente un mes en Alquézar estábamos en manga corta mientras ahora los pequeños se salen del sendero para jugar con la nieve, incluso tumbarse, tirarse bolas y agitar las ramas de los árboles para que estos descarguen su nieve sobre algún amigo.
Al final de la ascensión hasta las antenas de la cima han sido unos 600 metros de desnivel, que con la dificultad añadida de la nieve a los más pequeños les ha supuesto un esfuerzo algo mayor al habitual.
Ya en la cima disfrutamos de las vistas que nos proporciona esta inmejorable atalaya de la Hoya de Huesca y del cercano Pirineo y comemos buscando el mejor acomodo posible. Hoy el dulce premio se lo hemos entregado en la cima, ha sido un esfuerzo encomiable el que ha hecho y todo esfuerzo merece su recompensa.
Para bajar, visto que el camino ahora estaba muy mojado y que los niños no han parado de jugar en la nieve y se han mojado, les cambiamos la ropa necesaria e iniciamos el descenso, ahora en lugar de por la senda que hemos subido, lo hacemos por la pista asfaltada que nos lleva hasta el Mesón Nuevo, poco antes del Túnel de la Manzanera, dónde nos esperará el autobús, bajando por aquí, aunque en distancia no reduzcamos mucho el retorno, si reducimos el desnivel a bajar y lo ganamos en comodidad.
Al final del día estamos contentos por haber podido salir de excursión de nuevo, hemos subido a un pico con unas inmejorables vistas, hemos estado en la nieve, que siempre les gusta a los más pequeños y estos han demostrado que son capaces de todo lo que se propongan, y aunque alguno se ha cansado un poco, al final a todos les ha quedado un grato recuerdo.
Javier Lázaro