Integral de Guara para abrir temporada
Lola Mas
Recorrido de todas las cumbres desde el Cabezo a Montedinera pasando por el Tozal.
Los campos de cereal del Somontano en este comienzo de Mayo simulan praderas herbáceas, pletóricos como están de verdor en su ciclo de crecimiento. Por un momento nos parece transitar en el viaje a Pedruel por tierras más húmedas que las de este piedemonte de la sierra de Guara, con su vegetación característica de encinares y matorral mediterráneo de olorosas que ahora florecen y ofrecen un paisaje frondoso y plenamente primaveral, como podemos observar en los primeros repechos nada más salir desde las inmediaciones de Pedruel, al Este de la Sierra, donde ésta linda con el ámbito de los cañones, los grandes barrancos por donde se encauzan entre otros, el Alcanadre, que han hecho mundialmente famoso este entorno.
De vez en cuando se vuelve a los orígenes en el arranque anual de la Pico a Pico con Guara en dos etapas recorriendo la Sierra al completo por sus cumbres más emblemáticas, casi todas, pasando por el Tozal. En esta ocasión la primera etapa finalizará en el refugio de los Fenales a donde son transportados mochilas y enseres para pasar cómodamente la noche. Como bien nos recuerdan, otras veces la noche se pasaba al aire libre instalando tiendas en los llanos de Cupierlo.
Al poco de cruzar el puente próximo a Pedruel, por praderas que forman sotos entre el bosque por la Sierra de Arangol, el grupo va ascendiendo camino del primer objetivo, el Cabezo de Guara, amenizado por las constantes referencias de Javier a los topónimos de cumbres y enclaves tanto del entorno más cercano como del Pirineo que asoma al fondo aún bastante nevado, haciendo gala de la envidiable memoria enciclopédica de la que disfruta. Observamos las sierras que menciona mientras alcanzamos la cresta que bordea por lo alto el espectacular paisaje labrado por el río Alcanadre de profundos cañones que se abren a nuestros pies, cientos de metros abajo, identificando los más famosos como el Mascún o las Gorgas Negras.
El Cabezo, primera cumbre de la serie que compone esta integral, requiere su tiempo, está lejana. Un descanso al alcanzarla para descender hacia los Llanos de Cupierlo, un terreno de dolinas tapizadas de vegetación para ascender a buen paso al Tozal de Cubillas de similar altitud a 1938 metros, en el que ya llevaremos acumulados unos 1.800 metros de ascenso. En esta cumbre venteada como en tantas ocasiones, un reagrupamiento para tomar un descenso directo que nos conducirá por una buena senda hace poco trazada directamente a la pista de los Fenales de Used y Bentué, praderas dedicadas al cultivo antiguamente, con topónimo que significa tierra fértil o tierra de cultivo del heno, según versiones que se comentan.
En el refugio nos encontramos con el presidente de Peña Guara que no sólo dirige con acierto una organización tan prestigiosa por las múltiples actividades de montaña que organiza, sino que se presta amablemente a ser nuestro chef preparando un plato tradicional y suculento entre otros manjares con los que se ameniza la velada.
La noche está estrellada y fría para un amanecer donde la “rosada”, la helada, cubre el suelo endurecido de los fenales. Nos espera el ascenso por la vía normal de la cara Norte de los Fenales al Tozal de Guara a donde llegamos, previo paso por las puntas de Vallemona, para no dejar cumbre sin pisar, y donde al reunirnos hacemos un recordatorio a nuestro amigo Fidel, que en esta ocasión no ha podido acompañarnos porque se encuentra luchando por su salud, y firmamos por ello en el libro de la cumbre. Se suman al grupo para este ascenso al Tozal, el propio Manolo Bara y un “histórico” de Peña Guara, Carlos Puyal que con ochenta y varios años evidencia el ánimo de las primeras ascensiones y de tantas otras cumbres que ahora rememora con estas crónicas y fotografías.
Queda una larga travesía desde Guara por las pedrizas de la canal de Abadejo en su parte alta hacia el Raso de los Hongos para alcanzar el collado de Petreñales enlazando con la normal de la cara Sur, por donde se asciende a la punta Corcurezo, donde nos fotografiamos, para recorrer la larga y aérea cresta que conduce al Fragineto, con buenas vistas de todo el entorno, con Vadiello y sus verdosas láminas de agua entre las agujas rocosas que lo caracterizan.
Un descanso en el collado de Lizana, bien merecido después del laborioso descenso de Fragineto para subir al Montedinera, última cumbre de la etapa, que siempre quiere dificultar el paso con la vegetación, pero que en esta ocasión se presenta más amable aunque empinado y rocoso, por una estrecha senda señalada con mojones. Desde este pico a Vadiello queda un descenso rocoso que se ameniza con los comentarios de unas jóvenes, nuevas en el grupo habitual, sobre lo divertido de descender pedreras, hasta enlazar con las pistas que pasan por las ermitas de la zona de Vadiello, alguna con fuente de agua fresca que permite un último respiro para finalizar los cerca de 1.900 metros de descenso que hemos acumulado y más de 1.200 de ascenso que se suman a los de la etapa del sábado con los que se culmina la integral de Guara de esta temporada.
Huesca, 5-05-2014
Lola Mas