Travesía 166 – Ordesa

Disfrutando el Valle de Ordesa

 

Los senderistas aprovecharon un día espléndido entre torrentes de agua y verdes praderas

P.A.

Esta vez hubo que madrugar un poco para realizar la excursión número 166 de la sección Rutas por la Provincia,  A las 7´30 de la mañana el grupo, compuesto por más de sesenta caminantes, arrancó en los autobuses guiados en esta ocasión por Javier y Beatriz para dirigirse al siempre majestuoso Valle de Ordesa. No era la excursión prevista ya que la programada era la que visitaba el entorno del Ibón del Toro, en el Valle de Benasque; el problema de acceso, al estar el tramo final de carretera en malas condiciones, fue el motivo del cambio. Nuevamente queda pendiente esa salida; el próximo año buscaremos una fecha más adecuada para realizar dicha travesía.

A las 9´30 pasábamos por la localidad de Torla y en pocos minutos los autobuses aparcaban en la pradera de Ordesa (1.310 m.s.n.m.). El frescor de la mañana y el tiempo despejado anunciaba a los caminantes que la larga jornada estaba preparada para disfrutar de la naturaleza. Así, en pocos minutos, con las mochilas repletas de agua y comida la marcha daba comienzo por el camino más conocido y transitado del parque Nacional de Ordesa.

El paisaje es magnífico y el color verde destaca en las laderas de los acantilados que se abren a ambos lados del valle. Se deja a la derecha el desvío que marca Senda de los Cazadores y en pocos minutos nos encontramos con el desvío a Cotatuero donde nos recibe el monotito dedicado a la Virgen del Pilar. Seguimos adelante adentrándonos en el bosque de hayas, pinos y abetos; no viene mal la sombra que sol no nos faltará más adelante.

En apenas 45 minutos, tras una ligera subida llegamos al mirador de la cascada de Arripas (1.400 m). Un buen lugar para el almuerzo, rellenar la cantimplora en la fuente, realizar unas fotos y de nuevo en camino; En 10 minutos, a la derecha, los carteles anuncian el desvío que marca el sendero de acceso a las cascadas del Estrecho, La Cueva y el camino que baja a la pradera por la orilla izquierda del río; por él transitaremos a la vuelta.

Se atraviesa un espectacular hayedo y un refugio de montaña hasta que el bosque se va despejando; la pista va ganando altura de forma suave y constante y se llega a las denominadas gradas de Soaso (1.770 m); el conjunto de cascadas componen uno de los rincones más impresionantes del valle. Llevamos 1´45 horas de andada. Apetece quedarse para disfrutar de la torrentera de agua que baja por ellas, pero tenemos que llegar a la Cola de Caballo; de regreso, pararemos un buen rato para el almuerzo.

A esta altitud el bosque va desapareciendo; el río Arazas queda a nuestra derecha con un inmenso caudal de agua; encima, el hermoso bosque y oteando hacia arriba, la Faja de Pelay, donde se divisan algunos montañeros que se acercan a la cola de Caballo por la nombrada Senda de Cazadores. Siguiendo el camino, el valle se abre de forma espectacular y observamos las inmensas y verdes praderas que cubren el suelo del valle. Ahora se camina por senda de piedra y cemento (para evitar la erosión) y atravesamos el circo de Soaso (1.800 m) entre torrenteras de agua que bajan por la ladera de Tobacor.

Ya se divisan las cumbres de Monte Perdido y las cimas aledañas. Queda poco para llegar al primer gran descanso; al llegar al fondo del valle aparece ante nosotros la impresionante cascada Cola de Caballo (1.850 m.). Una parada de media hora para realizar un buen reportaje fotográfico y refrescarnos con el agua pulverizada que desprende el salto de agua. El grupo no ha podido elegir mejor fecha para llegar hasta aquí, no suele ser normal ver tal volumen de agua.

A la 1´30  reemprendemos juntos el camino de vuelta y larga parada en el entorno de las Gradas de Soaso para almorzar tranquilamente en la orilla del río y aprovechar el frescor de sus aguas. Después del café y los dulces seguimos la marcha pausadamente hasta encontrar un desvío que lleva en rápido y pedregoso descenso a las cascadas del Estrecho y de La Cueva a donde nos acercamos para contemplar la enorme cantidad de agua que se despeña por esos saltos.

En grupo, tras cruzar el puente, realizamos el último trayecto por la orilla izquierda del Arazas, disfrutando del magnífico hayedo que llega hasta la pradera, lugar de donde hace ya casi 8 horas emprendimos  la excursión. Solo queda tomar un buen refresco en el bar del lugar y subir a los autobuses para regresar al lugar de origen, en Huesca.

Un magnífico día, una buena excursión y un grato recuerdo en buena compañía. Ahora se acercan los meses de vacaciones y con ellos el descanso estival para la sección de “Rutas”. Volveremos a retomar las excursiones en septiembre, para visitar el Valle de Hecho. Hay que recordar que el día 22, Turismo por el Altoaragón llevará a cabo la travesía Lizara – collado del Foratón – Gabardito antes de hacer un receso veraniego en sus marchas que, igualmente, se reanudarán el mes de septiembre.

 

Ordesa marcada