19 FEBRERO 2017
Soleado paseo con raquetas por la Partacua
Amplio recorrido circular por los alrededores del ibón de Piedrafita
Nos tocó el día deseado. Nuestro anual paseo con raquetas ha conocido de todo, de frío y ventisca insoportables, a días con niebla y algo de frío y a días soleados con excelente visibilidad, sin viento y con nieve polvo, y éste fue el que disfrutamos el pasado domingo día diecinueve. Al llegar al pueblo de Búbal nos pusimos a cola del consabido atasco que provoca la circulación lenta que hay que llevar para cruzar Escarrilla, no obstante nosotros no lo sufrimos muchos kilómetros pues nos desviamos en dirección a Piedrafita. El autobús, con cuarenta y nueve senderistas, debe emprender la fuerte subida con ímpetu y al conductor le queda la tarea de negociar las vueltas y revueltas con suma habilidad, especialmente cuando hay que encarar el tramo de carretera desde el pueblo al Parque Faunístico de la Cuniacha.
En los aledaños del Parque nos ajustamos las raquetas y empezamos a caminar por la ascendente pista. La nieve estaba algo apelmazada por las últimas lluvias pero en perfectas condiciones para caminar incluso sin raquetas. Al llegar a un recodo queda ante nuestros ojos un paisaje inolvidable: las verticales paredes, con sus corredores horizontales nevados, que configuran la mole de Peña Telera y la canal de Cabacherizas. ¡Trabajo a destajo para las digitales!
En lugar de dirigirnos hacia su base nos desviamos hacia el Refugio de las Planas atravesando una zona llana que mostraba en algunas zonas casi un metro de nieve. En el refugio nos dispusimos a almorzar y gozar de la excelente temperatura. Cuando salimos, en lugar de ir directos hacia el ibón ascendiendo junto a su desagüe, optamos por hacerlo un poco más arriba dando un rodeo, subiendo y bajando pequeñas lomas.
El ibón era una superficie totalmente plana, helada, en la que únicamente sobresalía el pequeño muro de contención. Lo rodeamos girando en suave ascenso hacia el este pues queríamos acercarnos lo más posible a contemplar el Arco Natural que hay bajo las verticales paredes del final de la sierra de la Partacua.
Caminar con raquetas por terrenos llanos y efectuar pequeños ascensos y descensos no supone dificultad alguna. Éstas se presentan si hay que caminar en horizontal por laderas muy inclinadas o llevar a cabo descensos con fuerte pendiente y delante de nosotros teníamos uno, corto, sin peligro, pero muy pronunciado, y había que superarlo. Unos pasito a pasito con firmes apoyos en los bastones; otros deslizándose tratando de emular a los esquiadores; otros echando el trasero al suelo y resbalando con suavidad y otros dando un rodeo para suavizar la pendiente.
Al llegar al llano y mirar hacia el suroeste se hace visible el Arco Natural que se muestra bastante evidente pues queda remarcada su oquedad por la nieve que se ve a través del vano. Al darnos la vuelta aparece ante nosotros una panorámica espléndida, hacia el sur toda la llanura que comienza en Biescas y termina por Monrepós y al este las colosales Peña Blanca y Peña Roya coronando las pistas de esquí de Panticosa, con el Mandilar en primer término.
En este punto iniciamos el regreso para lo cual una vez que nos encontramos con el vallado de seguridad del Parque de La Cuniacha nos dedicamos a seguirlo entrando por un pequeño valle intermedio hasta encontrar la pista por la que habíamos subido tres horas antes. Ya mas duchos en el arte del manejo de las raquetas el descenso no lo hicimos siguiendo la pista sino aprovechando un par de atajos los que nos llevó a efectuar cortos descensos y a ir sorteando las gabarderas (rosales cuyo fruto es el escaramujo o tapaculos) que no te permiten el menor descuido si no quieres terminar con enganchones en las ropas o arañazos en las manos.
A las dos subíamos a los autobuses para dirigirnos al restaurante de Búbal, ya que en las travesías por nieve ante la imposibilidad de sentarse para comer, y que normalmente el tiempo es frío, se come con los pies debajo de la mesa.
Los navegadores de montaña nos indicaron que habíamos recorrido casi diez kilómetros salvando un desnivel de quinientos metros en un tiempo total, con almuerzo incluido, de cuatro horas.
El programa de senderismo Rutas por la Provincia tiene planificada para el próximo día doce de marzo una travesía por el Monasterio de San Juan de la Peña, ermita de San Salvador con ascensión al Cuculo.