Si en el paseo anterior la lluvia fue una constante, esta vez nos hemos resarcido con un claro día otoñal de cielos despejados, sin viento y con el frío propio de esta época. Las cumbres cercanas ya blancas por la última nevada ha sido el regalo de este otoño, ya que la explosión de color otoñal de hayas, arces, tremoles y abedules ya ha pasado, y sus hojas recién caídas han sido el colchón que hemos ido pisando a lo largo de la mayor parte del día. El paseo se pensó con dos objetivos, uno la competencia por la luz en el bosque a cargo de las plantas trepadoras, y el otro ver las morrenas de dos antiguos glaciares que se quedaron muy cerca, pero que no llegaron a conectarse; y ambos objetivos los cumplimos con la marca de la casa: un paseo tranquilo en una jornada de campo con la agradable compañía de los participantes.
La primera parte del paseo discurrió por un pinar de altos y estilizados pinos silvestres, la competencia por la luz y la abundancia de agua les permite crecer así, y otras plantas se aprovechan de ellos como soportes: la hiedra con sus raicillas pegada a la corteza, y la clemátide o petiquera enreda su hojas en las ramillas de los pinos de manera que sus largos tallos cuelgan hasta el suelo como autenticas lianas que son. El muérdago, va un paso más adelante logra colocarse entre las ramas soleadas del pino pero sus raíces ya no se hunden en el suelo varios metros más abajo, lo hacen en la propia rama del pino, del cual toman la savia bruta.
Llegamos Plan de Sus, como su nombre indica una llanura, pequeña y coqueta, que se abre en mitad de la ladera con una vista impresionante sobre la sierra de Tendeñera. Su origen está en la morrena lateral del Gallego que “abancalo” parcialmente este barranco.
Por encima los pinos empiezan a dejar paso a las hayas, entre cuyas ramas ya sin hojas, vamos contemplado las laderas descarnadas con grandes bloques de rocas en equilibrio de los contrafuertes de la morrena que se origino en la zona de Telera. Fue un glaciar modesto como corresponde a su altitud moderada y orientación solanera, pero los materiales de la morrena resbalaron por la ladera y hace que esta parezca mucho mayor, cuando llegamos la parte superior otra llanura de origen glaciar, Plan de Usabas, no acoge con sus prados sembrados de arbolillos y matas de boj, un grato lugar donde comer, charlar e iniciar el camino de vuelta desandando lo andado.