“La gran vuelta al Posets”
Lola Mas
Gran recorrido circular por la vertiente de Viadós y de Eriste
El Posets, segunda montaña más alta del Pirineo, como las más altas de la cadena, se observa en toda su dimensión y sus vertientes desde cierta lejanía, pero también se oculta desde la proximidad de algunos accesos, como desde el valle de Estós o de Eriste. Sin embargo, por la vertiente de Viadós, la montaña se presenta en toda su dimensión desde las praderas del valle hasta las alturas de la cumbre, en un salvaje entorno de restos glaciares y canchaleras que se descuelgan de las crestas del macizo de Espadas-Posets, que era la ruta elegida para ascender a este pico, conocido también como Llardana.
Es la segunda temporada consecutiva que acudimos por Viadós ya que las condiciones de la pasada, a finales de junio con abundante nieve y peligro de avalanchas en un fin de semana de frío y viento, no se pudo subir. Esta vez las condiciones meteorológicas y de nieve son muy distintas, con la ola de calor que se ha presentado al iniciarse el verano de 2015, que está menguando rápidamente todos los neveros de los tresmiles.
Mientras esperamos a la cena en el refugio, repasando el itinerario, leemos que por esta vertiente discurre el ascenso de alta montaña más salvaje del Posets., así que con esa idea disfrutamos de la mesa y de la charla. A buena hora el grupo de dieciocho montañeros estamos organizados para comenzar el ascenso del fuerte desnivel de más de 1.600 metros que separan de la cumbre por este itinerario. La mañana está templada y algo bochornosa, iniciando el trayecto atentos a acertar en la primera parte por el bosque para encaminar bien el recorrido. Se desciende a cruzar el arroyo de Cinqueta de Añes Cruces por el puente que dará paso al camino de los lagos de Millares y al collado de la Forqueta por una parte, y al de la ruta del valle de Clots al Posets por el Oeste alcanzando la cuenca de Llardana.
En los claros del bosque disfrutamos de la vista de los macizos circundantes. Al Noroeste el nombrado collado de la Señal de Viadós con el macizo del Gran Bachimala, al Oeste el macizo de los Culfredas en el próximo valle de Tabernés. Javier nos induce a reconocer las puntas Suelza y Fulsa, cumbres que se han subido con la Pico a Pico. En el entorno próximo tenemos el macizo de los Eristes por su vertiente norte desde los lagos de Millaris.
Al salir del bosque comienza la parte más ardua del ascenso, observamos el itinerario para encaminarlo acertadamente y no desperdiciar energía que sin duda hará falta para la larga jornada que se prevé. El trazado marcado con algunos hitos ocasionales hacia el Este supera las cascadas de los arroyos que se descuelgan de la cuenca de Llardana donde se alojan los restos del glaciar. Para alcanzarla al pie de las paredes noroeste del Posets se van superando los derrubios que se descuelgan de las laderas por unos trazos con fuerte pendiente que constituyen la “senda” hasta alcanzar los neveros de la parte superior al pie de la arista cimera. Aquí se corrobora lo de la vía normal del Posets “más ardua y salvaje” según ascendemos la cuesta pedregosa. Alcanzamos la base de los neveros dejando a un lado el “Clot de Llardana” que se reconoce por los restos de erosión glaciar con las morrenas que circundan la cuenca. En la pared, reconocemos también el famoso corredor Jean Arlaud.
Con crampones trazamos buenas zetas para superar los neveros y el desnivel que nos queda hasta el cordal. A más de 3.200 metros de altitud, con bastante viento, uno de los breves descansos de la jornada para acometer la bonita y aérea cresta norte hasta la cumbre que ya está cerca, por unos pasos de roca algo descascarillada y bloques más compactos de tonos rojizos y grisáceos. Más picos que añadir a todos los que hemos reconocido durante la jornada, cercanos en la misma línea de crestas, los de Gemelos y Veteranos y próxima, al noreste, en la vertiente de Estós la cresta de La Paúl y Bardamina.
La travesía de la cresta es entretenida y aérea y se presta sin parar a la fotografía para reflejar tan buen momento del día con todos recorriendo el paso en poco tiempo para celebrar la cumbre con gran satisfacción. Hemos ascendido más de 1.600 metros de desnivel y el entorno es inmejorable, como la vista de la cresta de Espadas enfrente, mientras hacemos las fotos de cumbre. Para el descenso se propone evitar la cresta de regreso dando una gran vuelta que nos llevará con seguridad, aunque con un largo trayecto, a Viadós pasando por el collado de la Forqueta de Eriste. Por el corredor de la canal Fonda por donde asciende la vía normal de la vertiente de Eriste descenderemos rodeando hacia el ibón de Llardaneta para subir al collado y descender a la vertiente de Viadós por el valle de la Ribereta.
Durante el recorrido de vuelta, otro descanso para coger agua en los arroyos del torrente de Llardaneta con el lago a la vista y afrontaremos rápidamente el último desnivel al collado al pie de los Forquetas, donde el paisaje vuelve a compensar el último esfuerzo. Sin pensarlo mucho un largo descenso por el valle que nos llevará de vuelta a Viadós y a celebrar esta “gran vuelta” al macizo de Posets y Espadas. Al final se han sumado más de 2.100 metros de desnivel de subidas y esta vez, con la gran vuelta que hemos dado al macizo nos fijamos también en la distancia recorrida, que ha sumado más de 22 kilómetros, más motivo para estar cansados y contentos.
Huesca 6-07-2015
Lola Mas