El trío del Aspe, Llana del Bozo y de la Garganta en una jornada.
Lola Mas
A la tercera fue la vencida
El trío de picos rocosos que constituyen el macizo del Aspe con el Llana del Bozo y el de la Garganta, se habían resistido en las dos temporadas anteriores a su encadenamiento en una etapa de la Pico a Pico. La primavera, con su variabilidad meteorológica, de nuevo presentaba un cariz tormentoso que amenazaba el intento. No obstante nos dirigimos al valle de Aísa por donde está prevista la ascensión ya que el domingo amaneció bastante despejado y había que confiar en las previsiones que precisaban un horario libre de tormentas.
A las seis de la mañana, parte del grupo partimos del club peña Guara en vehículos para reunirnos con los que se iban a sumar procedentes de Ayerbe, de Pamplona, o de Artieda en el mismo aparcamiento del valle de Aísa donde se inicia la ascensión. Gracias a ellos pudimos tener una fotos de avanzadilla de cómo iba comportándose el amanecer en el valle, que presentaba un cielo despejado a la salida del sol. Para contrarrestar en cierto modo la incertidumbre meteorológica venía muy bien que Lorenzo hubiera realizado el recorrido en la misma semana previa para acertar con los pasos de una cumbre a otra y conocer el estado de los neveros que hay que superar. Reunido el grupo con los procedentes de Huesca poco pasadas las 8 de la mañana iniciamos el ascenso por el camino que conduce a la vía normal del Aspe cruzando rápidamente el arroyo de Rigüelo que desciende por el valle de Napazal.
Se abandona el sendero que se dirige hacia el embudo característico de la ascensión al Aspe para tomar camino hacia el noroeste a la canal que conduce a la brecha Wallon ocupada por el nevero pendiente por el que hay que subir. El ritmo es bastante ágil, llegamos a la base del nevero a poner crampones para ir subiendo sin descuido la considerable pendiente de nieve endurecida donde se transita bien con buena técnica. Ya se pueden quitar crampones, llegamos a la brecha entre el pico Llena del Bozo y de la Garganta donde hace sol que anima mucho para continuar. Por la ladera Este y traspasando una vira rocosa y unas cortas canales que se trepan nos situamos en los 2.570 m. de la cumbre.
Tomamos fotos sin mucho entretenimiento para descender a la brecha de nuevo viendo las impresionantes paredes de la vertiente Norte y sus corredores con vista de Candanchú y de Astún al fondo. Según se baja a la brecha se observa el paso a la siguiente cumbre que se inicia por la vertiente Oeste. Corto reagrupamiento en la brecha que recibe el nombre de uno de los primeros ascensionistas del Aspe, y se van superando las viras herbosas y rocosas del paso que está marcado con algunos hitos. Se alcanzan las laderas de la vertiente Sur del pico con neveros que no presentan más dificultad que evitar hundirse entre el paso de la nieve a la roca. El cielo está semicubierto pero asoma el sol cuando parece que se van a querer imponer los nubarrones más negros, y segunda foto de cumbre en el Llana de la Garganta (2599m.)
Para continuar con el encadenamiento después de descender por los neveros hay que destrepar unos pasos por la cara Sur traspasando una pequeña brecha que conduce a la travesía de las paredes meridionales de la mole rocosa que constituye este pico, donde se suceden neveros inclinados al pie de las paredes. Superándolos en parte por la nieve, que ha reblandecido por la orientación meridional, y en parte por los cascajales que se forman en este tipo de terreno, se va recorriendo la travesía hasta la brecha de Aspe que por esta parte tiene forma de una gran comba entre los picos. El optimismo va cundiendo, tenemos a la vista la última ascensión de la jornada, la inclinada ladera somital del Aspe que superamos con más esfuerzo por los metros de desnivel que se acumulan y con las buenas sensaciones de alcanzar el tercer pico cuando las previsiones eran tan inciertas. Hay restos de neveros que se pueden sortear por las curvas que va haciendo el trazado entre la cresta rocosa y la ladera hasta alcanzar la brecha superior de Aspe, y en poco tiempo el último tramo está superado.
Esta vez sí, los nubarrones han ido alternando con el sol y ninguno se ha impuesto definitivamente, para que haya sido posible el encadenamiento de las tres cumbres del macizo del Aspe. En sus 2.643m. reponer fuerzas y celebración del encadenamiento, con la foto más festiva de las tres que llevamos. Lo meteorológico sigue acompañando para disfrutar de los neveros que facilitan mucho el descenso por el laberinto rocoso del paisaje kárstico de la ruta meridional del Aspe. Vamos descansando en las praderas verdes que se hacen hueco entre la caliza grisácea, para terminar por el sendero que nos conducirá de nuevo al arroyo y al punto de partida. Celebramos el trío, que “quién no arriesga no se moja” o que “a la tercera fue la vencida” y los 1.655 metros de desnivel positivo acumulado.
Huesca, 16-06-15
Lola Mas