En septiembre la lluvia lo impidió, lo intentaremos de nuevo, subiremos al Pelopín de 2007m, para muchos será su primer pico de más de 2000 metros y esperemos que no sea el último. Como el día es ya más corto, saldremos un poco antes, a las 08:30!!!!!!
Iniciamos la ascensión junto al túnel de Cotefablo (1425m). En la ascensión no tendremos posibilidad de sombra, así que si sale un día soleado habrá que darse crema. Bastones en mano, tomamos el camino. Hoy el desnivel es muy superior al que estamos acostumbrados, aunque sabemos que los niños lo harán fácilmente.
Primero por un sendero señalizado por un poste que indica PR-HU 117 Otal/Ainielle/Escartín que pasa por encima del túnel y sube por un bosque poco denso, por el camino de fuerte pendiente vamos ganando altura, así que nos lo tomamos con calma, cruzamos una pista forestal y continuamos de nuevo por el camino hasta un collado, con vistas a Tendeñera y al Pico Otal. Desde aquí ya divisaremos nuestro objetivo.
Ahora el camino discurre por pista, hasta que llegamos a las faldas del Pelopín. Desde el collado divisamos el pueblo abandonado de Otal. No queda casi nada, una pequeña pendiente por la ladera herbosa nos acercará a la cima. Ya estamos a 2007metros!!!!!!!, para muchos la mayor altitud alcanzada, una gran explanada en la que un pequeño cúmulo de piedras nos indica la cima. Las vistas desde aquí nos ofrecen la visión Sierra Tendeñera, de Monte perdido y Ordesa a un lado, a otro lado Oturia, al fondo del valle Linás de Broto… Magnífico mirador del Pirineo. Será aquí dónde daremos cuenta de nuestra comida, que hoy nos la hemos ganado.
Para bajar nos dirigimos hacia el Puerto de Yosa y tomamos el GR15 hasta llegar a una explanada dónde un cartel nos indica el camino a tomar y la dirección si quisiéramos ir a Yosa y Oto. Desde aquí pronto tomaremos un camino que en fuerte pendiente, dentro de un bonito bosque de pinos, boj y algún acebo, nos hará perder altura rápidamente. El paisaje se empieza humanizar, encontraremos que el camino discurre entre muros de piedra seca recubiertos de musgo. La sombra que nos ofrecen a buen seguro la agradeceremos.
El camino ahora es llano, sin pendiente alguna, prados herbosos, alguna construcción derruida hasta llegar al Puente de Engotituero. Desde aquí son apenas unos minutos los que nos separan de Linás de Broto, dónde nos esperará el autobús que nos llevará de nuevo a Huesca, cansados, pero satisfechos.