20/03/2016
PASAJEROS AL TREN… PEQUE GUARA LLENA EL CANFRANERO
Una nueva cita de Peque Guara. El pasado domingo, aún con las bajas de última hora por la gripe, nos reunimos un numeroso grupo de 71 personas entre adultos y niños en la estación para subir al tren rumbo a Caldearenas. Recibimos a la primavera abrigados y preparados para protegernos de la lluvia y desafiamos al tiempo amenazante confiando en las previsiones que indicaban una mejoría, ilusionados porque muchos no han subido al Canfranero, que en un lento traqueteo nos ofrece un punto de vista diferente durante el viaje.
Una vez en el tren, nos apropiamos del mismo, somos casi los únicos pasajeros y nos acomodamos para contemplar el paisaje que pasa ante nuestros ojos, primero los campos de la Hoya de Huesca verdes y empapados por las lluvias de estos días. A partir de Ayerbe el paisaje cambia, la vía discurre junto al serpenteante río Gállego, que en esta ocasión ha cambiado su verde esmeralda por el marrón y donde vemos barcas que quieren desafiar sus aguas bravas. Los Mallos de Riglos se acercan ante nuestros ojos, Peña Rueba acompaña nuestro camino, bordeamos el ahora rebosante pantano de La Peña, en tren se adentra en pequeños túneles que oscurecen nuestras ventanas. Durante todo el trayecto los pequeños son incapaces de mantenerse sentados y juegan entre ellos y recorren todo el tren en muchas ocasiones, sin empezar la excursión ya llevan un buen camino recorrido. Ya queda poco para llegar a nuestro primer destino, niebla y nubes bajas ocultan por momentos las montañas y en cuanto bajamos en Caldearenas nos ponemos en marcha.
Tomamos el camino indicado de la Senda de Izarbe, los pequeños como siempre en cabeza corriendo, primero por una amplia pista, cruzamos el río Matríz por una pasarela metálica y tomamos el camino, antigua cabañera que se dirige hasta Rasal, los barrancos de la zona van cargados de agua y para evitar mojarnos cruzamos por las vías del tren por dónde hace poco hemos llegado. Llegado a un punto del camino un poste nos indica la dirección a tomar para visitar las rocas pintadas con dibujos que asemejan a las pinturas rupestres que se encuentran en algunas cuevas representando cazadores, animales… Continuando llegamos a otra zona decorada por mosaicos de cerámica que representan serpientes, peces, tortugas y otros animales que los pequeños descubren con ilusión. Debemos salirnos del camino y buscar en un par de ocasiones una alternativa para evitar mojarnos, no nos molesta, le da un pequeño toque de aventura a nuestra excursión para volver al camino principal. Pronto llegamos a una zona donde las rocas están decoradas con pinturas de colores vivos que alegran el cielo gris que nos acompaña y nos ofrecen un colorido paisaje desconocido para la mayoría de los que en esta ocasión venimos aquí. Entre las nubes contemplamos las montañas blancas del Pirineo y el río Gállego a nuestros pies.
Llegamos a una paridera en perfecto estado y una señal nos indica lo poco que nos queda para el final de nuestro trayecto, otra paridera rehabilitada como centro fotográfico de interpretación de la vida pastoril, no sin antes hacer una cadena para cruzar otro barranco que hoy nos quiere entorpecer nuestro camino sin conseguirlo. Es cuando llegamos y nos disponemos a comer que una ligera lluvia quiere hacer aparición, pero apenas nos cubrimos con chubasqueros y paraguas que pronto cesa sin apenas mojarnos y nos permite comer tranquilamente y a los más pequeños correr, jugar y escalar por la zona, no pueden estar quietos.
No tardamos en ponernos en marcha para volver por el mismo camino que hemos llegado, porque en Caldearenas nos espera otra sorpresa: visitamos la rehabilitada Fábrica de Harinas La Dolores, en un excepcional estado de conservación la antigua maquinaría para moler y tamizar el grano hasta convertirlo en harina y que estuvo en funcionamiento desde 1925 hasta 1968 y que todavía se pone en marcha, la turbina con la que generaban electricidad para el funcionamiento de la propia fábrica y para los pueblos del entorno, documentos históricos de la empresa, una pequeña zona que evoca las escuelas rurales que nuestros pequeños no han llegado a conocer, pupitres de madera, compases para la pizarra, algunos cuadernos escolares de más de 100 años, tinteros, plumas… Nos ha encantado a pequeños y mayores y a buen seguro que muchos de nosotros volveremos a visitar en otra ocasión.
Cuando terminamos la vista, una obligada foto de grupo para el recuerdo y nos dirigimos a la estación para subir de nuevo a tren que nos llevará de vuelta a casa. Aunque pensábamos que los pequeños estarían cansados y se quedarían en sus asientos cansados y dormitando, no ha sido así y continúan jugando sin parar hasta llegar a Huesca.
Las previsiones del tiempo se han cumplido, no nos hemos mojado, incluso durante la vuelta el cielo se va abriendo para encontrarnos en Huesca con un día brillante y despejado. Calificamos el día como sobresaliente, el viaje en tren, la Senda de Izarbe, la harinera, la alegría, el compañerismo, y sobre todo ver a nuestros hijos disfrutar.
Desde aquí queremos agradecer a Renfe las facilidades que nos dieron para que el viaje en tren fuese posible, al Alcalde de Caldearenas que nos facilitó el poder visitar la Fábrica de Harinas La Dolores que a todos nos entusiasmó y por supuesto a todos los que han participado en esta excursión y han compartido su tiempo, sus sonrisas, su compañía y hacen que este programa de Peque Guara sea posible, gracias a todos.
J.L.
Hora de salida: 9:30 PUNTUALIDAD
Lugar de Salida: ESTACIÓN DE FERROCARRIL
Hora de llegada: 18:30
