“Rutas por la Provincia” caminó el pasado domingo contemplando los escarpes rocosos de la zona
P. A.
Segunda salida del año de “Rutas”. A las 8,30 de la mañana 47senderistas subían al autobús para marchar a la zona de los Mallos. En principio se había previsto iniciar la marcha en Linás de Marcuello, pero finalmente se decidió ampliar el recorrido para conocer el camino que une Sarsamarcuello con Linás. Se puede llegar a la zona llegando a Bolea o, como hicimos, tomar la dirección hacia Ayerbe y desviarnos por la carretera de Loarre; por esta vía a los 4 kilómetros se coge el desvío que lleva a las nombradas localidades.
El día anterior había sido lluvioso y, a pesar de que los pronósticos daban una tregua y no se preveían lluvias hasta las 14 horas, los excursionistas no se hacían demasiadas ilusiones. Pero hubo mucha suerte y la mañana apareció clara y soleada con alegría para los andarines.
Nuestro conductor, el amigo Javier, aparcó a la entrada de Sarsamarcuello en una pequeña explanada y tras ajustarnos el calzado comenzamos la andada cruzando el pueblo en dirección norte. Dejamos atrás las últimas edificaciones y seguimos una pista que tras unas lazadas tiene una bifurcación a la izquierda que tomamos; de seguir en la otra dirección la pista en ascenso nos acercaría a la zona del castillo de Marcuello.
Seguimos por la pista tomando el sol de la mañana, pasamos por un pinar y en media hora entramos en Linás de Marcuello. Es la hora de tomar el bocadillo. En media hora de nuevo en marcha, pasando delante del edificio que, por ahora, alberga el Centro de Interpretación de la Escuela Rural y tomamos una pista que se dirige al oeste. Andamos por esa pista un kilómetro y medio hasta llegar a un pequeño collado, donde acaba una alambrada que delimita una parte del término de Linás para proteger el ganado.
En ese lugar, con cuidado, por el borde de la valla subimos por una pendiente a lo largo de 10 minutos hasta llegar a un camino que gira bruscamente a la izquierda. Por él transitamos una buena parte de la excursión. Algún senderista preguntó por qué los pinos son jóvenes. La explicación es sencilla: veíamos cómo se va recuperando este monte tras el gran incendio que se inició el día 1 de agosto del 2001 y que, tras varios días, arrasó una gran parte de este territorio por el que hoy transitamos.
Observamos a la derecha, en las alturas, el castillo de Marcuello, que visitamos en otra ocasión y, hacia poniente, los impresionantes acantilados de Os Fils, curiosas formaciones laminadas originadas por la continua erosión de estas paredes verticales de conglomerado. Tenemos al lado una curiosa formación de las que hemos comentado, el llamado “Tornillo”, que también se puede observar desde las alturas si lo contemplamos desde uno de los miradores superiores, cercano al Mirador de los Buitres.
Aparece ya ante el grupo una gran panorámica de las tierras regadas por el río Gállego, entre las que sobresalen los Mallos de Agüero, Peña Rueba y los imponentes Mallos de Riglos, además de los altos paredones donde los buitres tienen su hábitat. Y también observamos cómo las nubes van cubriendo el cielo.
Al poco se acaba la pista y recorremos una estrecha senda que señalizamos el día que hicimos el reconocimiento. Es un cerrado bosque de pinos, carrascas y bojes por donde el camino desciende de forma brusca. Vemos varias tablillas que indican que en la dirección que vamos llegaremos a la fuente de Los Clérigos y en dirección contraria, en ascenso, se alcanza la base de la vía ferrata que sube hasta el conocido Mirador de los Buitres.
Da gusto andar entre las rocas y los arbustos húmedos después de la sequía que venimos sufriendo desde hace meses. Pasado el mediodía llegamos a la nombrada fuente donde comprobamos que el caudal de agua ha aumentado desde el día de la revisión de la excursión.
Las nubes se van apoderando ya del cielo y emprendemos la última parte del recorrido. Ascendemos unos minutos por una estrecha senda hasta alcanzar el señalizado Camino Natural de la Hoya que no abandonaremos hasta el final de la travesía. Aceleramos un poco el paso pues el tiempo atmosférico está cambiando. Distinguimos ya las cortinas de agua que se aproximan por Agüero pero estamos de suerte y a las 13,30 concluimos la marcha. Hemos recorrido 12’250 km y la excursión ha durado 3 horas, 50 minutos.
Nos queda media hora para contemplar algunos escaladores en los Mallos y tomar un refresco. A las 14 horas subimos de nuevo al autobús; en apenas media hora, aparcamos en el Restaurante El Cobertizo donde Salvador y su equipo nos esperan con un abundante menú que nos sirve para recuperar las energías perdidas.
La próxima salida de “Rutas” será el domingo 13 de marzo; daremos un buen paseo por la comarca de Ribagorza comenzando en la carretera cerca de Montañana; pasaremos por el núcleo abandonado de Chiriveta, el torreón defensivo y la preciosa iglesia románica de Nuestra Señora del Congost desde donde contemplaremos el impresionante Congosto de Montrebei. Recordar también a los amigos senderistas que la sección “Turismo por el Altoaragón” tiene prevista el próximo domingo una excursión que partirá de Loarre y tras pasar por Santa Marina y la Foz de Escalete finalizará en Santa María de la Peña.