Un paseo por el románico serrablés
En un buen día, los caminantes disfrutaron de un entorno lleno de historia
P. A.
Cuando “Rutas por la Provincia” propone a sus seguidores un itinerario por tierras del Serrablo, la ilusión y el interés por conocer el rico patrimonio que este entorno recoge lleva consigo una mayor participación. Así ocurrió el pasado domingo. A las 8 de la mañana, 74 senderistas subieron a los autobuses para partir hacia Sabiñánigo. En esta ocasión los conductores eran José María y Mario. El tiempo se preveía bueno como pudimos comprobar al coronar el alto de Monrepós. Una rápida parada en la rotonda de Sabiñánigo para recoger a dos compañeros y al poco, abandonando la carretera general, tomamos la que se dirige a Lárrede.
En una hora escasa nos detenemos en un pequeña aparcamiento al lado de la iglesia de San Pedro, considerada como el ejemplar más notable del grupo monumental del Serrablo. Restaurada en el año 1933, en ella destacan los ventanales y la torre-campanario que realza el conjunto por su esbeltez y bella sobriedad.
Antes de comenzar la andada nos hacemos una foto de grupo y subiendo por las callejuelas del pueblo enlazamos con la pista que se dirige a la conocida como Torraza Lárrede que ya contemplamos. Dos señales se observan, una que se dirige a la nombrada torre y otra cartela que marcan los puntos que informan de los glaciares de la zona.
Ascendemos por una pista vertical, en muy malas condiciones, que estuvo acondicionada cuando años atrás se consolidó la mencionada torre. En 10 minutos de exigente subida nos encontramos en la base de este bastión defensivo que sirvió en tiempos del medievo para controlar el paso que provenía del sur, de La Jacetania y del Pirineo.
Por una puerta natural accedemos al sendero que nos lleva en dirección a las laderas de Busa. Sorteamos a algunos cicloturistas en los primeros metros y nos introducimos en el sendero abierto a media ladera, muy limpio y señalizado, donde predomina el pino, roble y boj. Al poco hay un desvío a la derecha, pero seguimos por el camino más marcado y evidente. A la izquierda tenemos el inmenso valle glacial donde destaca la morrena de Senegüé. Y también podemos observar desde las alturas la pequeña ermita románica de San Juan de Busa en medio del prado.
Después de pasada la zona conocida como “El Mirador”, descendiendo pasamos al lado de una borda casi derruida. Bueno sería conseguir tejado para estas antiguas edificaciones que pueden servir de refugio a los caminantes ante cualquier inclemencia meteorológica.
Hace un par de semanas, al día que se hizo el reconocimiento de la marcha, todo el trayecto desde Lárrede a Susín se hallaba cubierto por la nieve; el domingo apenas quedaban restos pero las zonas encharcadas dan fe del deshielo de estos últimos días, sobre todo en las pequeñas torrenteras de agua que el grupo tiene que salvar.
Al poco, el camino nos reserva agradables sorpresas como unos robles centenarios que se levantan al borde del sendero. En apenas diez minutos se distinguen a través del ramaje las casas de Susín. Un desvío nos informa de la dirección a Oliván por donde bajaremos más tarde, pero nos encaminamos a pasar un buen rato en la aludida Susín. Abrimos y cerramos la vieja verja y en las amplias eras nos detenemos para almorzar.
Ya nos esperan en el pueblo Teresa, Inés, Angeles y Carmen con las puertas abiertas de la iglesia de Santa Eulalia y también con el fuego encendido de la entrañable cocina de Casa Mallau. Con nuestras amigas recordamos a la desaparecida Angelines Villacampa, que tantas veces acogió a los caminantes de Peña Guara y, sobre todo, de lo que representó para ella este precioso rincón serrablés. Hace bien la Asociación Mallau de mantener viva la ilusión de Angelines con sus labores de rehabilitación y mantenimiento de este entorno.
El grupo deja el pueblo y ladera abajo por una sombría senda cruza la pista que asciende a Susín usando vehículos; poco más adelante nos encontramos con la pista que se dirige a Berbusa y Ainielle y por ella, tras cruzar el puente, llegamos a Oliván donde nos paramos para contemplar otra preciosa iglesia románica, la parroquial de San Martín.
Nos falta un último tramo. Para ello tomamos el GR-16 un agradable sendero protegido por paredes construidas en piedra seca. Vemos frente a nosotros las primeras estribaciones de los Pirineos con picos como Corona del Mallo y Cachivirizas. En menos de una hora cruzamos un pequeño puente y entramos en Orós Bajo. Con los autobuses nos dirigimos hacia Sabiñánigo donde nos esperan en el Restaurante Mi Casa con un abundante y sabroso menú.
Recordar que la próxima salida de “Rutas” está prevista para el domingo 8 de marzo, con la excursión que saldrá fuera de los límites provinciales. Será un recorrido por Sanatorio de Agromonte – Vozmediano (Soria) – Los Fayos – Tarazona. Pero el próximo domingo, día 15, los compañeros de Turismo por el Altoaragón tienen previsto un interesante recorrido: Biniés – Hecho.