Por el Valle de Pineta
El pasado domingo pasadas las nueve, 47 senderistas iniciábamos la ruta que desde el aparcamiento que hay antes de entrar a Bielsa, sube hacia Pineta. La senda gana altura con rapidez entra avellanos, bojes, pinos y paneles informativos de las especies ornitológicas que conviven en este Bosque Húmedo, Tras unos veinte minutos la subida se dulcifica y tras cruzar el desvío que señala a “Tella por el Canal del Cinca se llega al Mirador de Pineta.
Tras atravesar bosques de pinos rojos, una maraña de vegetación arbustiva, caminando por encima de la cubierta acequia que alimenta la central hidroeléctrica de Lafortunada y superando algún que otro repecho, a las diez de la mañana nos sentábamos a almorzar en las gradas de la presa del embalse de Pineta.
Se toma el camino contiguo a la presa y al llegar al bosque hemos de girar en dirección al rio pues junto a uno de sus brazos vamos a caminar. El cómodo paseo se ve alterado cuando la senda queda encajonada entre un espolón rocoso y la exuberante vegetación de la ribera por lo que el tramo es una umbría con alta humedad e irregularidades en el suelo. Para andar con cuidado y disfrutar de su tenebroso encanto. Se termina saliendo a una pista.
Tras un buen tramo de pista llegamos a El Cornato. Allí se ha diseñado un circuito para que puedan recorrerlo personas con movilidad reducida y así atravesar los bonitos bosques de pinos y abetos de la zona.
Llegar lo antes posible a cruzar el Cinca era nuestro objetivo pues eso nos permitiría tener una ruta de escape en caso de que “cayera la mundial” y el cielo estaba para eso. Hasta el momento se había contentado con asustar con algún que otro trueno y cuatro gotas.
Con el espectacular Circo de Pineta enfrente y a la derecha la sierra de Espierba por delante de nosotros sólo nos quedaba por superar el imprevisible barranco de la Fuen Blanca. Pues bien, ¡“bajaba desmandao”!
Ante esta eventualidad el buen senderista elige entre: pasar haciendo “pinganetas” entre las piedras cubiertas o encubiertas por el agua; descalzarse y pasito a pasito cruzarlo o caminar sobre las aguas. Hubo de todo, eso sí, entre risas y bromas. Cruzado el barranco hay que descender a la derecha para cruzar el rio por el “inestable puente” de El Pratet de la Rosca.
El metálico puente tiene su pilona central inclinada por lo que el segundo tramo solo apoya un tercio de su estructura así que lo fuimos pasando de tal forma que en esos ocho metros solamente hubiera dos o tres personas a la vez.
Ya en la orilla orográfica izquierda del Cinca la senda discurre entre bojes, en ocasiones pegada a la orilla del rio, en otras se separa pues el rio se la ha tragado. Atraviesa el Bosque de los Árboles Ilustrados (en una treintena de pinos hay colgados carteles con poesías de renombrados poetas), salva algunos estrechos brazos del rio, que dan un toque de emoción a la marcha, cruza praderas, en esta ocasión con abundantes fresas silvestres y variadas flores y llega entre pinos al refugio de Pineta que fue nuestro restaurante.
Este bellísimo recorrido final puso un broche de oro a una auténtica jornada senderista pues tuvimos todo tipo de eventos, salvo el que esperábamos, la lluvia. Ésa la disfrutamos en el autobús durante todo el viaje de regreso. ¡Qué manera de diluviar!
Distancia recorrida 12 Km. Desnivel acumulado 350 m. Tiempo neto 4:40 h
El domingo día 18 se cierra la primera parte de la temporada de senderismo y por ello Turismo por el Alto Aragón ha preparado una espectacular travesía por los ibones de Riueno, Estany Fe y Anglios en la Ribagorza Oriental.
Alfredo Zazo Agón