22/01/2023
ERMITAS, SENDAS, CUEVAS, BAJO EL RESPLANDOR DE LA SIERRA DE GUARA
Excelente jornada la que disfrutamos este pasado domingo 22, nada menos que en el día de San Vicente patrono menor de Huesca, con buen frío según manda la fecha, cielo raso para que el sol luciera y sin apenas viento, la cosa no podía pintar mejor.
Esta vez no podíamos perdernos, junto con la excelente compañía habitual, contábamos para guiarnos con nuestro amigo Vicente, vecino de Sieso y conocedor como nadie de estos parajes, no en balde es dueño de casi la mitad de estos campos y montes, esto según dijeron algunas lenguas, no sé si con cierta picardía, pero ahí queda la duda .
Comenzamos pues la jornada algo temprano, pues el sol estaba asomando, desde Angüés cruzando el pueblo para salir por el antiguo camino de Casbas, donde encontramos muy cerca un pozo con fuente de origen árabe, excavado en la tierra con cámaras abovedadas de sillería y ancha escalinata para bajar, todo muy bien techado y bien conservado, así da gusto ver.
En esos momentos el sol ya iluminaba el día y la impresionante imagen de la Sierra de Guara nevada y recortada sobre fondo azulado, se presentaba como una preciosa postal de fondo que nos acompañaría toda la jornada vigilando nuestros pasos por cualquiera de los caminos que tomáramos.
Mientras hacíamos los primeros tramos también se iban asomando poblaciones como Ibieca y Sieso, hasta que tomando a la derecha un desvío poco conocido que rodea unos campos llegamos a un pequeño carrascal donde pudimos descubrir la cueva Orús, hecha a pico, de poca altura y con curiosas galerías curvas de rara utilidad y que en su día debió servir de refugio para labradores de la zona.
Dejamos la curiosa cueva de Orús atrás y de nuevo tomamos el camino que nos fue acercando a la iglesia de San Miguel de Foces, impresionante y muy bello edificio datado en el año 1.249, declarado monumento nacional desde 1.936 y construido en estilo de transición del románico al gótico que rodeado de campos de cultivo, sólo es, a pesar de su tamaño y belleza, la parte central del original núcleo de Foces, sólo llegar hasta aquí para visitar esta iglesia ya justifica cualquier paseo.
Aprovechamos el entorno de San Miguel, que dispone de mesas y asientos así como protectores muros, para almorzar al sol resguardados de un suave vientecillo que aún refrescaba lo suyo.
Tras terminar los alimentos, retomamos el camino en dirección a Sieso entre campos de labranza y pequeños núcleos de bosque con carrascas, chinebros y romeros, ya con el sol calentando suavemente el cuerpo y deshelando los charcos helados del camino, hasta que nos acercamos al paraje llamado El Biero, donde pudimos admirar una enorme cueva, hecha en una gran roca arenisca con una buena entrada y mucha capacidad.
Tras las fotos de rigor en éste punto, pusimos la vista en la torre de la iglesia de Sieso, para ir llegando al pueblo, parando en la ermita de la Señora de los Olivares o de San Blas que está junto con el cementerio junto al pueblo, preciosa ermita muy bien restaurada rodeada de impresionantes olivos y que pudimos visitar gracias de nuevo a la colaboración de nuestro amigo Vicente y familia.
Terminada la visita a la ermita entramos en Sieso viendo todo el pueblo y aún pudimos acercarnos a la fabrica de los famosos lácteos de Sieso y donde amablemente nos obsequiaron con algunos lamines, a los que hicimos buen aprecio, para subir después al autobús que nos llevó de nuevo a Angüés donde teníamos mesa y mantel dispuestos en el restaurante los Rosales, para disfrutar de la comida en la mejor armonía.
Tras unas 4:30 horas, 13,4 km., +124 m. y -117 m., terminamos la jornada, felices y contentos, agradeciendo el buen día y la mejor compañía, ventura para todos y hasta la próxima.
Peña Guara
Javier Albás Garzo