Otoño en el Valle de Betesa
Interesante recorrido circular contemplando las iglesias románicas y los despoblados de la zona
P. A.
11- noviembre-2018
La sección de Rutas eligió para la salida 209 un interesante itinerario por los despoblados y las iglesias románicas del entorno de Betesa, en la comarca de la Ribagorza.
Hubo que madrugar ya que el recorrido era largo. Así, a las 7 de la mañana 52 senderistas se subían a los autobuses que en esta ocasión eran conducidos por Javier y Jhonatan. Tras pasar Barbastro, Benabarre y Montañana por la HU-841 pasado Sopeira se toma un desvío a la izquierda. Por carretera estrecha se llega a Betesa.
Estamos en el punto de partida, una plaza en la entrada de la población donde encontramos las señales del PR-HU 245 que vamos a seguir. A las 9´30 tomamos en ascenso una pista que llega hasta Bonansa. La abandonamos al poco rato para tomar un camino de herradura que bordea el farallón rocoso de El Grau; poco después, tras pasar por una fuente, se alcanzan las ruinas de la única casa que fue habitada y en un bancal superior llegamos a la ermita de Rigatell, templo románico austero que albergó un hermoso frontal de altar. Lástima que para contemplarlo tengamos que acudir al Museo de Arte de Cataluña.
Estamos en un excelente lugar que aprovechamos para tomar el bocadillo al tiempo que disfrutamos de unas hermosas vistas del valle de Betesa-Santoréns y del Pirineo leridano con la niebla cubriendo las zonas bajas del valle.
Tras el descanso de nuevo en marcha por una pista poco transitada que va ganando altura. En pocos minutos llegamos a Santa Eulalia o Santolaria; en el lugar más alto del despoblado se encuentra la ermita del mismo nombre; como la anterior se encuentra abierta por lo que podemos contemplar el interior. Se trata de un edificio del siglo XIII, de construcción más elegante que la de Rigatell y donde se observa en todo el edificio un esmerado trabajo de cantería en los sillares utilizados para su construcción.
De aquí nos encaminamos a Obis sin dejar las señales del PR. La vista es preciosa, divisando continuamente desde el sendero el lugar a donde nos dirigimos. Cruzamos el barranco de Belarta con precaución porque lleva un buen caudal de agua recogida tras las últimas lluvias y por un sombrío camino ascendemos entre hermosos quejigos y arces hasta alcanzar Obis, despoblado en los años 70 del pasado siglo aunque se ha recuperado una de las casas.
Hacemos una foto de grupo con el fondo de los árboles en pleno otoño y bordeamos el núcleo urbano descendiendo por una zona sombría hasta cruzar el barranco Cremat o de San Marc; unos cazadores, que se encuentran en cuestiones cinegéticas, nos facilitan el paso y atravesamos el barranco de La Selba.
Ahora caminamos durante un buen trecho observando el caserío de Obis en el espolón rocoso donde se asienta; es un bonito sendero con un mullido suelo cubierto de hojas que atraviesa un bosque de pinos, robles, avellanos, bojes y otras variedades de arbustos; por él seguimos hasta llegar a un paso que bordea los acantilados del llamado Canal del Tambó. Abajo se observa el caserío de Casa Pallás, construido entre prados.
Desde aquí, siguiendo el antiguo camino que cruza la pista en varias ocasiones, pasando el barranco de Obis por un pequeño y bonito puente de piedra medieval, llegamos a Betesa ascendiendo por los antiguos huertos entre chopos, endrinos, zarzamoras y escaramujos.
Ya en el bus nos dirigimos al restaurante Lo Pas d’Arán, donde Ramón y su equipo nos esperan con un variado menú para reponer fuerzas tras disfrutar de una magnífica mañana con una excelente temperatura.
La próxima salida de Rutas será conjunta con Turismo para despedir el año el 16 de diciembre con el itinerario Erés – Puente de Hierro – Ardisa.
