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Tozal de Guara (2.070m) – Otoño

Flores de nieve en Guara

Fin de temporada Pico a Pico 2014 en el Tozal

Lola Mas

 

Muy cerca de la cumbre de Guara, por el Norte, asoman ramilletes de edelweis, flores de nieve, que se empezaron a ver en 1957. Carlos Puyal, el montañero octogenario que nos invita a fotografiarlas mientras acompaña en la cima a la “Pico a Pico” en su último día de temporada, conoce su historia. Él tendría veintitantos años cuando empezaron a crecer y hoy sigue invitando a visitar la empinada ladera del Tozal donde siguen floreciendo.

 

El presidente del club también invita en la cumbre, a firmar en su libro, a unos cuantos representantes de la temporada 2014 que han ascendido por un clásico de los mil itinerarios que hay en el Tozal y en toda la Sierra de Guara.

 

En lo alto de sus crestas todos parecen fáciles, pero el piedemonte y las medianías de esta sierra hay que saber manejarlos y en ello hay expertos en Peña Guara. Este domingo de Octubre, cerca de Nocito, en la vertiente Norte los vehículos se aparcan en un prado junto al Guatizalema, uno de los ríos principales de la sierra que nace en la vecina Sierra Belarra. Se vadea la corriente de aguas clarísimas varias veces para seguir camino en el Barranco de la Pillera, uno de los principales de la vertiente. Pronto hay que dejar el camino cerca de hermosas badinas y unas paredes rocosas, donde están las cascadas de la Gorga Estañonero y la cueva del Brazo de Mar, para tomar la senda ascendente que en un rato cruza uno de los arroyos, el de Fuente Espátula donde se puede coger agua. Y más arriba está el collado del vado de Chemelosas, buen sitio para un tentempié. Algo ligero ya que este día de fin de temporada tiene el gran aliciente de que además de la cumbre nos reunimos en torno a una buena mesa en Nocito, un grupo representativo de los que han participado en el programa 2014, para alternar, recordar anécdotas y hacer planes para la próxima temporada.

 

Atravesando la sierra con buenas vistas del Pirineo, se llega al collado de Petreñales, praderas donde confluyen las rutas del Sur, se desciende ligeramente para rodear la montaña camino de un raso herbáceo donde hay un picacho rocoso, el Raso de los Hongos, que hoy nos hemos enterado, también por Puyal, que él comenzó a llamarlo así, antes se conocía por Mallata del Mallo, por la roca, y desde esos años cuarenta o cincuenta fue quedando con este topónimo en los mapas.  El buen domingo otoñal, el Raso y sus accesos hacen honor al nombre. Las laderas están plagadas de hongos, como llaman en Aragón a las setas. Y es que el verano ha sido lluvioso, algo frío cuando tenía que hacer calor, por lo que algunas montañas del Pirineo que estaban en el programa han ido sustituyéndose por otras cuando las “meteos” o las condiciones del terreno y de la nieve, lo fueron demandando entre Junio, Julio y Septiembre.

 

El Posets cargadísimo de nieve en Junio y con un día de tiempo regular fue sustituido por los Culfredas, en condiciones invernales, abriendo huella en laderas muy empinadas. El Eriste Sur, bonita y larga circular que sustituyó al Maldito y su cresta. De las nubes fronterizas y cerradas para el día del Neouvielle salió el Cotiella, ardua y larga montaña. El Boum, en un día también incierto resultó sumarse al Maupas, sorpresa con paréntesis de tormenta. Peña Telera, lo que aparenta, montaña rocosa y magnífica. El Arbizón con su cresta oriental, neveros y rocas, un descubrimiento.

 

Y de esta temporada veraniega variable en lo meteorológico, con lluvias, tormentas, fresco en días veraniegos, y un otoño que comienza suave, han brotado en las laderas multitud de hongos que amenizan y mucho el ascenso hasta la altitud que les corresponde, antes de alcanzar los canchales cimeros, o de vuelta, al terminar de bajar rápidamente 400 metros de desnivel por las pedreras de la cara Norte, y volver atajando por las antiguas tiraderas de troncos al vado del Guatizalema final de etapa.   En el trayecto, Mariano nos ha presentado a la “Cortinarius” que tiene un velo como una cortina que se aprecia transparente, o la “Claverius delfos” que tiene forma de clavel. Concha, la “Cantarelus”, de preciosos colores. Hay muchas, parece un bosque encantado, la de pie azul, la que tiene forma de esponja…, de forma que casi no nos hemos enterado de los 1.300 metros de desnivel ascendidos.   Se comparten muchas horas en la montaña y con ello conocimientos e inquietudes, con el interés común de conocer y recorrer el Pirineo con el apoyo y el buen gusto de este programa. La lista de participantes es larga, siéntanse todos mencionados. Si acaso hoy hemos puesto apellido a nuestro acompañante ocasional, Puyal, que tanta memoria guardará de picos, rocas y flores de montaña, de la que a veces rescatamos unos retazos.

 

Y a la hora del café los proyectos, el Midí, quizá, por un itinerario novedoso, alpino, algún clásico de los grandes, quizá el Perdiguero por otro itinerario que no sea el más transitado, alguno de los que van quedando en el tintero, y más propuestas de cumbres, “tresmiles” o algo menos del Pirineo.  Se han realizado muchos, pero siempre hay ilusión y acude gente nueva, joven o menos joven, por lo que se agradece el proyecto de otra  temporada de la Pico a Pico, para el que los alpinistas, que no dejan de dar vueltas a la cabeza, también lo hagan para satisfacción y desarrollo de este magnífico programa deportivo de alta montaña.  Y salud a los que tienen que recuperarla.

 

Huesca

Lola Mas

7-10-2014