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A vueltas con el K2 de 1995

El pasado mes de agosto, un amigo de Tudela, me envió un WhatsApp con un enlace a un artículo que había aparecido en el Periódico de Aragón, de la agencia EFE, firmado por Luis Enrique Fácil. El artículo pretendía ser un homenaje a nuestra expedición al K2 de la que esos días se cumplían 29 años. Cuando leí el artículo me quedé estupefacto. Contenía una serie de errores e invenciones que no puedo imaginar de dónde las había sacado el periodista pero que enseguida fui consciente que, a parte del cabreo, iban a causar una gran inquietud entre las familias de los amigos que desaparecieron en esta montaña.

Hubo medios que, después de leer el artículo, desestimaron su publicación. Alguno lo retiró después de advertirles de los errores que contenía. Algo más tarde también El Periódico de Aragón quitó el enlace tras solicitárselo desde Peña Guara.

Nos pusimos en contacto con el autor para advertirle de los errores e inexactitudes y, sobre todo, para que fuera consciente de nuestra preocupación por la angustia que esta información podría generar en las familias de los amigos desaparecidos. El autor, del que no dudamos de sus buenas intenciones al recordar esta trágica expedición, se justificó alegando que había escrito el artículo fiándose de su memoria y de “otras informaciones” y reescribió el artículo con las correcciones pertinentes volviéndolo a enviar a la agencia EFE. Algún otro medio publicó posteriormente el artículo ya corregido, pero, hasta hace poco, todavía circulaba por las redes el artículo original y esa es la razón de publicar estas correcciones, insisto, siempre referidas al artículo original.

Sin entrar en matizaciones menores, hay que aclarar que la expedición no era sólo de Peña Guara, también lo era de Montañeros de Aragón de Zaragoza, de hecho el jefe y el promotor de la expedición fue Pepe Garcés, pero Peña Guara  se implicó tanto en la organización que desde siempre  en el club la hemos considerado “nuestra”.

Aunque no es tan importante, el periodista confunde  el orden de llegada a la cumbre ya que los primeros en hacerlo fueron Lorenzo Ortiz y el neozelandés Bruce Grant y, poco después Javier Olivar con Alison Hargreaves. Pero lo más grave es que el periodista afirma que Javier Escartín “decidió renunciar a la cima” (¿?) y que, a través del relato del libro “K2, La montaña sin retorno”, se sabía que Lorenzo Ortiz y Javier Olivar se refugiaron “en el mismo abrigo en el que les esperaba Javier Escartín”. Lamentablemente el único testigo de lo que ocurrió allá arriba soy yo (Pepe Garcés murió en el Dhaulagiri en el 2.001) pero Manolo Avellanas y Manuel Ansón que estaban en el Campo Base grabaron las conversaciones con Lorenzo Ortiz y con Javier Olivar desde la cumbre, conversaciones que están transcritas literalmente en el citado libro del K2. La última noticia que tuvimos de Javier Escartín era que estaba subiendo a la cumbre en compañía de Rob Slater. Lo normal es que llegaran a la cima porque ya estaban muy cerca y está claro que no habían renunciado a la cumbre y que no se habían quedado en ningún abrigo esperando a nadie. Después de la conversación desde la cumbre con Javier Olivar ya no volvimos a tener ninguna otra comunicación y no sabemos qué pudo ocurrir.

Otra confusión del periodista es cuando en el artículo dice que Rob Slater “había decidido regresar sin coronar el K2 y que había fallecido poco después de llegar…” El periodista se confunde con el canadiense Jeff Lakes, perteneciente a la expedición neozelandesa que, efectivamente, se dio la vuelta renunciando a la cumbre (fue el último en pasar por nuestras tiendas del Hombro) y que, igual que Pepe Garcés y yo mismo, soportó en su último campamento la tempestad nocturna descendiendo al día siguiente hasta su Campo II donde lo esperaban sus compañeros y donde murió de agotamiento.

Y para rematar esta serie de  errores, el último, para mí el más grave: “Ese mismo día, un equipo de rescate formado por sherpas informó de que habían localizado los cuerpos de los montañeros aragoneses a más de ocho mil metros de altitud, sentados en la misma posición en la que buscaron refugiarse del huracán”  ¡¡Por favor!! Que a estas alturas haya que desmentir esto… Esta información se parece mucho, y yo pienso que de allí puede venir la confusión del periodista, al hallazgo de los cuerpos de Ali Sadpara, Pablo Mohr y John Snorri que desaparecieron tras intentar subir al K2 en invierno y que al año siguiente fueron encontrados por un grupo de sherpas a más de 8.000 metros. ¡¡Pero estamos hablando del verano de 2.021!! A finales de agosto de 1.995 en el K2 no había nadie más en el K2, y de los que estábamos no había nadie en condiciones de subir a rescatar a nadie, y mucho menos a ocho mil metros. Los neozelandeses se fueron inmediatamente en cuanto comprendieron que no había supervivientes. Sólo unos  italianos estaban por el campo base y desde luego ellos no tenían capacidad para moverse  más que por los alrededores. De hecho, Manuel Ansón tuvo que echar mano de nuestro cocinero para venir a ayudarnos. Esta “invención” no merece más comentarios, pero es que, además, pasaron más de veinte años hasta que los primeros sherpas de los que se tiene noticias fueron al K2 .

Toda la información acerca de las expediciones al K2 de 1.995 estuvo contrastada y escrita detalladamente en revistas tan fiables como High, Alpine Journal, Desnivel , etc. además de en el libro  “K2, la montaña sin retorno” que publicamos a modo de homenaje a nuestros amigos desaparecidos. Así pues, no hace falta inventar nada, se trata de algo tan fácil como copiar…o preguntar.  Lo malo es que este artículo tan erróneo habrá quedado para siempre colgado en Internet. Sólo espero que quede colgado junto a estas correcciones.

Lorenzo Ortas