Álvaro Novellón ha estado presente en muchas de las ascensiones importantes que se han realizado últimamente en nuestro club y por eso forma parte de nuestra historia más reciente. Madrileño, Álvaro comenzó a subir montañas a los quince años empujado por su madre. Tanto le enganchó la montaña que decidió venirse a vivir por Huesca, cerca de las montañas. Inevitablemente lo asociamos con Oscar Pérez, con el que consiguió en el 2.006 el Piolet de Oro que otorga la FEDME a la mejor actividad tras escalar en estilo alpino la ruta japonesa al Latok III de 6.949 m. Hubo otras ascensiones remarcables que hicieron juntos como la apertura de una nueva ruta al Cerro Adela, Asamblea de Majaras, en la que también participó Dani Ascaso y Santi Padrós.
En 2.009, Álvaro y Óscar, vuelvenal Pakistan, al grupo de los Latok, y escalan el Latok II de 7.125 m por la arista noroeste. Durante el descenso tras un accidente, Óscar se quedó allí para siempre. La triste historia de este accidente ya es muy conocida y no vamos a hablar más de ello.
– Álvaro, cómo llegaste a Peña Guara? Conocías el club anteriormente?
Llegué a Huesca hace poco más de diez años, no conocía apenas a nadie y lo que hice fue buscar un club de montaña al que apuntarme para encontrar gente con la que salir al monte. Lo primero que me sorprendió es que sólo encontré un club, y lo segundo que Peña guara fuera tan grande!!! Yo venia de una ciudad cinco veces mayor en la que había varios clubes de montaña pero ninguno de ellos pasaba de los 100 socios. En estos clubes lo normal era reunirse un día a la semana y hacer distintos planes para el fin de semana. Ese ambiente al final lo encontré en el rocódromo y fue donde empecé a conocer a la gente, eso si, todos eran del Club.
– En tus escaladas se puede apreciar que intentas que sean diferentes por su grado de dificultad y compromiso. Cómo crees que debe ser el alpinismo? ¿Crees que en la actualidad los valores del alpinismo clásico se están perdiendo?
El alpinismo es algo distinto para cada uno, y cada uno busca cosas diferentes cuando va al monte. Creo que hay tantos estilos de alpinismo como personas y ninguno de ellos será mejor o peor que los demás siempre y cuando se respete el entono en el que se practica. Es normal que la forma de salir a la montaña vaya cambiando con el tiempo, a fin de cuentas la sociedad cambia y lo que hacemos en la montaña es un reflejo de cómo vivimos. Lo que no me gusta a nivel personal es que cada vez se vaya a la montaña de una forma más deportiva, buscando una marca, encadenar varias ascensiones en el día, correr y bajar los horarios de las actividades…. está claro que es una cuestión de gustos, pero yo nunca he vivido el alpinismo como un deporte e intento evitar los ambientes competitivos. Creo que hay que escalar para disfrutar, y cada uno lo hará a su manera, pero en mi caso aunque consiga hacer cima por una ruta difícil si no he disfrutado de la actividad no la podré considerar una buena actividad.
– Has escalado en el Karakorum y en Patagonia, además de los Alpes. Cuál sería para ti la montaña ideal?
En Patagonia sólo he estado una vez y, en líneas generales, no me apasiona el tipo de alpinismo que se hace allí. La meteorología obliga a que las actividades tengan que ser muy rápidas y ligeras y casi todas las ascensiones se intentan hacer en el día y con lo puesto. Yo soy más tranquilo, me gusta escalar sabiendo que cuando me pille la noche tengo mi saco, hornillo, comida… y todo lo necesario para disfrutar de un buen vivac en montaña. Aunque haya hecho algunas actividades así, no disfruto corriendo todo el día con el culo “preto” por si te pilla la noche, pero parece que es la tendencia actual y cada vez cuesta más encontrar gente con la que hacer actividades de varios días. Me gustan las ascensiones largas, con varios vivacs y recursos suficientes para que no sea un problema pasar uno o dos días más durante la ascensión. También busco que la actividad me suponga un reto, tener claro cómo me voy a bajar de la montaña pero no de si voy a ser capaz de subir. Normalmente se escala con la certeza de que si las condiciones meteorológicas y de la montaña son buenas seremos capaces de llegar arriba, pero prefiero que haya incertidumbre y que el hecho de alcanzar la cima no dependa sólo de factores ajenos a mi o de la suerte. Para este tipo de ascensiones si te vas al Karakorum puedes encontrar cientos de montañas ideales, largas, bonitas y muy difíciles.
– En los últimos años también has escalado al menos cuatro difíciles vías en la cara oeste del naranjo de Bulnes, todas en invierno. ¿qué tiene esta montaña que no tengan otras?
500 metros desplomados y verticales de roca excelente!! Me gusta el bigwall y hay pocas paredes en España con rutas de varios días donde merezca la pena todo el esfuerzo que requiere hacer una vía de este estilo. Ya que hay que invertir tanto tiempo y fuerzas para hacer estas ascensiones, merece la pena aprovechar y hacerlo en el mejor entorno posible. El Naranjo es alta montaña, con unas vistas increíbles, y estar colgado de cualquiera de sus paredes con la hamaca me parece un lujo, y si lo haces en invierno más todavía. Después de haber escalado varias rutas en invierno allí, me doy cuenta de que tengo más sensación de estar en alta montaña en el Naranjo que en cualquier pared o montaña cercana a Chamonix. En Picos raro será ver a alguien en invierno, en Alpes lo raro es no cruzarte con oleadas de esquiadores o alpinistas.
– Viendo tus actividades, y sobre todo después de tu escalada a la Lafaille del Dru con Unai Castresana había pensado encabezar la entrevista con una frase como: “El hombre que amaba el frío”, ¿Realmente en condiciones invernales escalas más a gusto?
Para nada!!! me gusta el calor como a todo el mundo, pero cuando llega el frío en vez de emigrar al sur intento disfrutar de la montaña en todas sus estaciones y aprovecho para hacer actividades que en verano o no se pueden o me dan mas pereza. Uno de los motivos por los que he escalado en el Naranjo y en el Dru en invierno es que la escalada artificial te permite subir por mucho frío que haga aunque las condiciones sean bastante malas. Si voy a estos sitios en verano prefiero escalar rutas en libre y disfrutar de la roca caliente, pero también me gusta darle a la maza y los estribos, así que de vez en cuando hago alguna ruta de artificial y normalmente en invierno. Lo que ocurre es que poca gente hace actividades invernales de ese estilo y al final llaman la atención. Y mucha gente tiene la idea de que debe ser lo único que hago. Lo que sí que es cierto es que no soy muy friolero, aunque cada vez creo que tolero menos el frío. Las congelaciones y la edad hacen mella.
– Puedes dar tu opinión sobre el papel que en la actualidad tienen los clubs de montaña en el desarrollo y promoción del montañismo, y en la defensa del medio ambiente? A juzgar por las restricciones y prohibiciones tan frecuentes en nuestro entorno, ¿crees que los escaladores somos un peligro medioambiental?
Para mi los clubes siempre han sido muy importantes, creo que son el mejor entorno para aprender a moverse por montaña de una forma correcta, desde la base. A día de hoy es bastante habitual que la gente se inicie en los deportes de montaña de forma casi autodidacta y empezando directamente a escalar o a cualquier actividad sin tener conocimientos generales sobre el medio en el que se mueven. En un club es muy fácil encontrar gente y cursos con los que aprender todo lo necesario para disfrutar de la montaña de forma segura. Por otro lado un club es un colectivo que siempre va a tener más fuerza que las personas a título individual, por muchas que sean, para defender nuestros intereses. Algo que debería preocuparnos bastante es el medio ambiente, que es a fin de cuentas donde desarrollamos nuestra actividad. Lo triste es que a veces somos nosotros mismos los que suponemos un problema para el entorno, normalmente por que somos muchos, más que por el hecho de no ser respetuosos, aunque de todo hay… Considerarnos un peligro medioambiental esta claro que es exagerado, como mucho podremos incordiar a las aves y dejar basura a pie de vía pero, con todos los que somos, debemos cuidar esos aspectos porque nuestro paso por la montaña se nota, solo hay que darse una vuelta por algunas zonas de escalada. Me dan miedo sitios como Ordesa, donde antes era raro ver escaladores y a día de hoy se abren muchas vías nuevas y cada vez escala más gente. Siendo un parque nacional no resultaría muy difícil “regular” la escalada si acabamos saturando la zona. Debemos ser cuidadosos con estas cosas e intentar que, como colectivo, se vea que nos preocupa y que respetamos el entorno, si no cada vez tendremos más problemas. Afortunadamente vivimos en un sitio repleto de roca y creo que no es necesario subirnos por todas las piedras que se nos pongan delante. No pasa nada si dejamos paredes o periodos de tiempo en los que no escalemos.
Para terminar, ¿Qué consejos darías a los chavales que empiezan en la montaña?
Que disfruten. Que no se obsesionen con las marcas o los grados, lo importante es tener buenos recuerdos de las actividades que hemos hecho. Y que se formen. La montaña es un mundo muy amplio en el merece la pena conocer todas las actividades que podemos practicar en ella, pero tendremos que hacerlo con los conocimientos adecuados para disfrutar de una forma segura.
Lorenzo Ortas