Travesía 521 – Ermitas de Ayerbe

Domingo 02 de febrero

CAMINOS  POR  LAS  TIERRAS  DE  AYERBE  ENTRE  SANTUARIOS  CASTILLOS  Y  ERMITAS

Este domingo día 2 tocaba jornada por Ayerbe, bien cerca de Huesca, por lo que ni madrugar hubo que hacer, poco antes de las 9 ya estábamos en el pueblo y tirando para el monte como las que no nombraré y menos estando en Ayerbe.

El día, tras las lluvias del anterior, se presentó frío como corresponde a febrero, pero despejado y sin viento, lo que aseguraba buen sol y cielos limpios para disfrutar del paisaje.

Así que comenzamos la ruta en Ayerbe desde la parte alta del pueblo, tomando la senda que asciende empinada hacia el monte de San Miguel y que atraviesa el pinar que viste todo el cerro, senda bien conocida y con lazadas bien marcadas que nos llevaron hasta la cima, allí visitamos primero al norte el cerro donde está el castillo de Ayerbe en ruinas (750 m.) y después cambiando de cerro, la ermita de San Miguel (715 m.), que tiene sus orígenes en el siglo XII y está muy bien conservada, siendo en la antigüedad punto de festejo el 29 de septiembre de cada año.

Desde estos cerros ya pudimos disfrutar de preciosas vistas, tanto hacia el norte con los mallos de Riglos y de Agüero separados por el gran corte del río Gállego marcado por espesa niebla y con las cimas del pirineo nevado de fondo.

 Tras disfrutar de estos primeros lugares, seguimos la ruta tomando una pista que parte entre los cerros y que discurre jalonada de pinares, carrascas y monte bajo, pero por una cresta de cierta altura, que nos  permitió seguir disfrutando de unas buenas vistas de todo el entorno y en la que encontramos un punto de acomodo para hacer un alto todo el grupo y reponer fuerzas que ya se alargaba la hora de almorzar.

Terminado el refrigerio seguimos la misma pista durante un buen trecho, hasta que tras una suave bajada llegamos a la ermita de San Pablo (513 m.), edificio varias veces reformado pero bien interesante, datado al menos en el 1.618 y donde según la tradición hizo prédica San Pablo cuando anduvo por estas tierras y así quedó bajo su advocación.

Dejamos la ermita de San Pablo a nuestra espalda y bajamos a la pista para tomar a la izquierda la dirección hacia Ayerbe y tras unos pocos cientos de metros dejar la pista tomando una senda a la derecha que encara la subida hacia el cerro de nombre El Arguiso, casi toda en sombra y aún con el suelo helado, la subida se hace larga pero espectacular ya que al ir ganando altura con el hermoso día de sol que nos acompañaba, las vistas hacia los mallos de Riglos, Aguero, Loarre con el pirineo de fondo eran inmejorables.

Al fin alcanzamos el alto del cerro El Arguiso lo que nos permitió admirar todo el valle que acompaña al Gállego, con el santuario de Casbas de Ayerbe y Losanglis a nuestros pies, paramos un momento para admirar el paisaje y retomamos la marcha para ir bajando hacia Losanglis por un largo camino jalonado por monte bajo y almendrerales algo perdidos, que protegidos por el cerro y orientados al sur ya presentaban las primeras flores.

Qué mérito tiene este árbol, que agarrado en la peor tierra nos anticipa año tras año la primavera, regalando su primera flor, aun con riesgo de perder su fruto, de tan cotidiano parece vulgar, pero bien mirado es un ejemplo de fortaleza y generosidad como pocos.

El camino de bajada nos llevó hasta Losanglis entrando junto a su iglesia dedicada a Santiago el Mayor, edificio precioso con su torre acampanada, que da gusto verlo tan bien cuidado, así como el abrevadero y lavadero que está a continuación en un cubierto de teja bien conservado, atravesamos Losanglis admirando todo y en el otro extremo del pueblo tomamos el camino que nos llevó hasta el santuario de Casbas de Ayerbe, donde llegamos justo a tiempo para la visita guiada que teníamos concertada.

La visita al santuario fue el plato especial del día, ya que habíamos acordado con el Ayuntamiento de Ayerbe, poderlo ver en grupo con la ayuda de una persona conocedora del monumento, detalle por el que quedamos muy agradecidos.

Este santuario es un sitio especial, está declarado Bien de Interés Cultural desde 2.014 y se va de romería todos los primeros de junio, su enorme tamaño exterior ya indica algo, pero es en el interior donde el visitante queda deslumbrado por las coloridas pinturas que llenan todo el espacio y que son de una belleza y valor enormes, está documentado desde 1.341, pero su origen se sitúan en el siglo XI tras la llegada de una imagen de la Virgen procedente del condado de Toulouse durante la cruzada contra los cátaros, fatalmente relacionada con la muerte en Muret del rey de Aragón Pedro II el Grande, recientes restauraciones han dejado el edificio consolidado y muy cuidado, es un santuario espectacular que merece ser visitado estando además a solo 3 km. de Ayerbe y pegado a la carretera, un lujo a dos pasos de Huesca que todo el mundo debería conocer.

 Después de la visita al santuario nos dispersamos en su entorno para la comida, aprovechando el enorme espacio en derredor con mesas y asientos entre soles y sombras, a elegir, que hasta alguno se hecho una siestecilla al sol.

 Tras la comida y el descanso retornamos a Losanglis y bajamos a la carretera para cruzarla y tomar de frente el camino que, entre campos de cultivo y arbolado nos llevó hasta la última ermita del día, la de Santa Lucía, pequeña pero preciosa ermita románica del siglo XII, sobresaliente por tener tres ábsides en forma de trébol, siendo que en todo Aragón sólo existen otras dos con esta característica tan especial, pese a lo cual se encuentra hoy casi ahogada por los campos de cultivo, que la tienen cercada casi hasta sus muros, esperemos que paren allí.

Una vez disfrutado de la última ermita encaramos el tramo final del camino hasta Ayerbe donde se finalizo la jornada.

Así tras unas 7 horas de camino, 17,2 km. y +-440 m., terminamos la jornada bien contentos por el hermoso día, la visita al Santuario de Casbas y todas las ermitas conocidas, hasta la próxima.

Peña Guara

Javier Albás Garzo