T.A.A. de Peña Guara por los ibones franceses de Ayous.
El pasado domingo día 30, cuarenta y un senderistas de Turismo por el Alto Aragón iniciábamos en la estación de esquí de Astún, poco antes de las nueve, nuestra dominical travesía. Con unas predicciones meteorológicas preocupantes, cielo totalmente cubierto, niebla por las cumbres, pero temperatura agradable, comenzamos la subida paralelos al torrente que da origen al rio Aragón hasta alcanzar, tras algunos duros repechos, el ibón de Escalar o de las Ranas.
En las amplias praderas que rodean al ibón nos paramos a almorzar viendo como los jirones de niebla iban y venían, pero sin que realmente hiciera frío. La senda entre verdes prados y algún nevero prosigue para en poco tiempo alcanzar la muga fronteriza en el collado de los Monjes. La impresionante panorámica del valle con el majestuoso Midi d’Ossau sólo la pudimos disfrutar cuando ya llevábamos un rato bajando y salimos de la niebla. Entonces ante nosotros quedó patente la mole del pico de Casterau y su ibón y un poco más allá el de Paradis.
En la primera bifurcación dejamos de bajar y tomamos la senda que de forma suave asciende hacia los ibones de Ayous. En una amplia cubeta rodeado por una espectacular muralla rocosa, todavía con muchos neveros, se asienta el lac de Bersau que fuimos rodeando por una amplio y cómodo camino. Este gran ibón difiere de la clásica forma ovalada ya que presenta un perfil tortuoso con entrantes y salientes. Proseguimos siguiendo su desagüe natural que hace de forma escalonada entre praderas con abundantes flores y excelentes panorámicas hacia el profundo valle a nuestra derecha y la muralla rocosa a la izquierda. El Midi seguía entre la niebla.
La senda cruza el riachuelo y nos presenta otra sorpresa paisajística. Al fondo, muy abajo, un sorprendente ibón reposa en una amplia pradera y todo el conjunto presidido por un llamativo refugio de montaña: El Lac y refugio de Gentau. En sus mesas y bancos nos tomamos un buen descanso ya que el tiempo había mejorado bastante y el chaparrón que esperábamos, no llegaba.
Seguimos descendiendo con suavidad hasta encontrar el ibón de Miey y el primer árbol del recorrido. Un pino negro que resguardado entre unos pedruscos ha resistido los aludes que por estas laderas deben ser abundantes. Además por brevísimos instantes pudimos contemplar el Midi poco antes de llegar al lugar donde el riachuelo que venimos siguiendo se despeña en una maravillosa, espumosa y larga escorrentía hacia el ibón de Roumassot.
Sobrepasado éste comenzaron las primeras gotas, justo cuando entrábamos en la zona boscosa del recorrido. Atravesamos un hayedo y luego un abetal con ejemplares de tamaños colosales por una senda que desciende de forma rápida a base de numerosas lazadas hasta dejarnos en el puente de la Gave de Bious.
Al llegar al fondo del valle, que habíamos ido bordeando por arriba durante todo el recorrido, no pudimos verlo pues había una espesa niebla y además empezó a llover con fuerza por lo que la última media hora capas y paraguas fueron protagonistas.
Como temíamos, al llegar a la zona de recreo de Bious-Artigues todo estaba cerrado, sólo quedaban pastando caballos, por lo que bajamos al bus que nos subió al Portalet y allí comimos. Cosas de la vida, entonces pudimos ver mejor el Midi y entonces cayó “la mundial”, pero estábamos a cubierto.
El recorrido de 13 km., salvando un desnivel de 600 m., el de bajada fue superior a 1000 m., lo realizamos en un tiempo neto de 5 horas. Algo más de 6 horas en total.
Las secciones de senderismo de Peña Guara retomaremos nuestras travesías el mes de septiembre.
Alfredo Zazo