Domingo 05 de mayo
Agradable caminata por el P. N. de la Sierra de Guara
Partimos de Used y pasando por Azpe y Bara terminamos en el salto del Cardito.
A las nueve de la mañana nos dejaba el bus en el aparcamiento donde se inicia la senda por la que se accede al Tozal de Guara por su cara norte: Ruta de los Fenales. Nos pusimos las mochilas con ganas pues estábamos un tanto empachados de viaje ya que habíamos cruzado las cuencas del Isuela, Flumen, Guatizalema y estábamos en la del Alcanadre; tres divisorias de vertientes cruzadas y otros tantos puertos de montaña, por mala carretera e incómodo autobús, eso sí, con chofer de primera. Cruzamos el pueblo de Used y junto a un esbelto arco dejamos la GR a la izquierda para descender hacia el barranco. Seguimos su orilla durante un largo trayecto, hasta cruzarlo y separarnos de él, pues la siempre cómoda senda por la que caminamos para ir superando los largos estratos horizontales de piedra arenisca que conforman la ladera sur de la sierra de Aineto, realiza muchas y amplias lazadas.
El paisaje del solano presentaba pinos dispersos, bojes y chinebros de poco porte, pero adornadísimo de bellísimas aliagas en plena floración con ese amarillo tan intenso (como amarillo chillón lo definió alguien) que contrastaba con los profundos pinares de las zonas de umbría, por donde los bojes pasaban por encima de nuestras cabezas. Recorriendo tan bellos parajes volvimos a encontrarnos con el barranco de Azpe y luego su molino y el pueblo.
El pueblo está en ruinas e invadido por la vegetación: zarzas, hiedra, chinebros, etc. Llegar a la iglesia, un tanto alejada, es una odisea, sin embargo los caminos que lo rodean están limpios y se conservan bastante bien sus muretes. Por allí almorzamos.
Tomamos la dirección a Bara, dejando para otra ocasión la que nos conduciría a Abellada. Tras cruzar de nuevo el barranco de Azpe la senda transcurre por zona de pinares y abundantes lajas de piedra arenisca, siempre a media ladera pero ganando altura con suavidad hasta dejarnos en un impresionante mirador sobre el valle de Bara: Cerro Corona.
A nuestra derecha queda la silueta del Cabezo de Guara cortado por el profundo tajo que el Alcanadre le provoca para conformar el barranco de Gorgas Negras, del que se ve su impresionante inicio. En la profunda hondonada un sinfín de barranqueras cubiertas de pinares y a lo lejos los campos de Bara que se extienden hacia sierra Lupera y Nasarre.
Con una temperatura ideal para caminar, con algunas oscuras nubes en el cielo, como para darle cierta inquietud al largo trecho que todavía nos quedaba, iniciamos el descenso.
La senda discurre a lo largo del cordal cimero por una estrecha faja sin perder altura buscando el nacimiento del barranco al que llega tras un fuerte y largo descenso. Durante un buen rato caminamos junto a los altos pinos que conforman las orillas del barranco del Cardito por una senda herbosa y en suave descenso. Sobre las dos de la tarde llegábamos a Bara.
Por la GR-1, que discurre paralela a la carretera que va a Nocito, fuimos caminando hasta encontrarnos de nuevo con el barranco del Cardito y la dejamos para por una estrecha senda progresar barranco arriba. Al cabo de un cuarto de hora de cómodo caminar entre pinares se accede al Salto de la Tosca o Salto del Cardito. ¡¡El rincón es idílico!!
El agua salta por encima de un rocoso estrato horizontal y cae en dos chorros paralelos desde unos cuatro o cinco metros de altura sobre una turquesa poza y crea una badina rodeada de pinos por donde escapa el agua entre lajas de piedra arenisca.
Por la misma senda se regresa a la carretera donde nos recogió el bus para ir a comer al refugio de Peña Guara en Nocito.
Distancia de 15 km., con un desnivel de subida de casi 500 m. y poco más de 5 horas de caminar.
Para el próximo día doce los compañeros de Rutas nos han preparado una travesía de Senegüé a Lárrede.
Alfredo Zazo