Travesía 431 – Portalet – Collado d’Aneou – ibones Anayet – Corral de las Mulas

TURISMO  POR  EL  ALTO  ARAGÓN 

22 septiembre 2019  

¡En el Portalet ni bajamos del autobús!

El temporal de agua nos obligó a desechar varios proyectos y terminamos caminando por el valle de Bonés

 

Nuestro proyecto de caminar por Francia, llegar a la Rinconada de la Canal Roya y por lo ibones y pistas de esquí de Anayet terminar en el Corral de las Mulas, se fue al garete, pero al año que viene volveremos. ¡Siempre sin reblar!

En el Portalet aguacero y niebla, por Escarrilla seguía lloviendo y lo mismo por Biescas, por lo que bajamos hasta el Soto de Olivan y allí a cobijo, almorzamos. A resaltar lo limpias que estaban las mesas y los bancos. Un claro ejemplo de civismo o de actuación de los guardias forestales de la zona. Gracias.

Si habíamos madrugado y teníamos ganas de caminar los treinta senderistas decidimos que, si en algún lugar no llovía, allí lo intentaríamos. ¡Ese lugar fue Arguis! Pasado el pueblo y unos quinientos metros más arriba del desvío a Bentue de Rasal, se puede tomar el antiguo camino de herradura que los naturales del pueblo usaban hace muchos años para acceder al valle de Bonés. Está señalizado.

La trocha asciende por la solana con suavidad a media ladera en dirección noreste, deja a la izquierda la senda que sube por la Raya d’as Tiñas, y prosigue alternando zonas despejadas de vegetación, lo que permite contemplar a vista de pájaro muy buenas vistas de la cuenca de Arguis, con otras de arbolado y matorral. Alcanzada su máxima altura, y ya en la cara norte de la sierra, una encantadora senda alfombrada de hojas se introduce en un pinar, con algunos pinos espectaculares, y continua por un hayedo hasta encontrarse con la pista casi enfrente de la ermita de la Magdalena situada en lo alto de un pequeño cerro. Un paseo familiar muy recomendable.

En la ermita, hoy completamente remozada y bien cuidada, optamos por no volver a la pista, que llega hasta el final de valle de Bonés describiendo un largo arco, e ir a buscarla a campo través caminado siempre en dirección norte por las zonas más despejadas de vegetación, bien por praderas, algún pinar y muchos erizones. Tras pasar por lo que se considera el nacimiento del rio Flumen, al pie de un pino que en lo alto tiene una talla de la Virgen con el Niño, soportamos un fuerte, aunque corto chaparrón, cuyas consecuencias sufrimos al encontrar la pista ya que ésta se convirtió en algunos tramos en un lodazal.

Por el amplio camino, de trazado muy sinuoso y siempre en dirección Este, pasamos por debajo del Peñuzco, un bonito mirador del Pirineo, al cual no subimos pues la niebla nos envolvía, y así en algo más de una hora nos presentamos en lo alto del Puerto de Monrepós. La autovía se cruza por un estrecho túnel que nos lleva al área de descanso que durante muchos años ha sido muy visitada. Hoy no se puede llegar a ella en coche si no es saltándose algunas prohibiciones. Aprovechamos las mesas y bancos para comer pues eran las tres de la tarde.

Tras la comida y acuciados por algunos oscuros nubarrones que nada bueno presagiaban, ascendimos por la pista asfaltada recién construida que va paralela a la autovía y que encima del túnel enlaza con la antigua carretera de Monrepós para proseguir por ella hasta el encantador viaducto de Cubils, totalmente remozado y asfaltado, al igual que el revestimiento y suelo del túnel de Manzanera que cruzamos andando, ya que al otro lado nos esperaba el autobús. Eran las cuatro y media de la tarde.

Recorrimos unos 14 km. en cuatro horas netas de caminar, salvando un desnivel de subida de 450 m. por parajes muy diferenciados, pintorescos y en ocasiones envueltos en el mundo misterioso de la niebla.

La próxima travesía programada para el seis de octubre cruza de la boca norte del túnel de Bielsa a la boca sur por la Forqueta.

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