Travesía 422 – Raquetas por el valle de Pineta

3 de marzo de 2019 

Sin raquetas y con tiempo veraniego

Agradable paseo por el valle de Pineta para terminar viendo el Carnaval de Bielsa

El pasado domingo día 3 celebramos el anual paseo con raquetas. A lo largo de los años hemos disfrutado ese día con fuertes nevadas, con borrascas y espesa niebla, pero el otro día, como consecuencia del atípico mes de febrero, no tuvimos necesidad de ponernos las raquetas: la mitad del recorrido programado carecía de nieve.

Conocedores de esta circunstancia se formaron dos grupos. El más numeroso comenzó la empinada senda que se inicia justo tras la ermita de Nuestra Señora de Pineta y sin ninguna dificultad se plantó en los Llanos de La Larri en poco más de tres cuartos de hora. El otro grupo decidió subir por la pista, allí donde empieza la estación de esquí de fondo, pero al encontrar algunos tramos helados nos introdujimos por el hayedo para progresar por el bosque hasta encontrar la pista un par de kilómetros más arriba. Poco antes del puente que cruza el incipiente río Cinca que baja del Balcón de Pineta, que mil metros por encima de nosotros ofrece un extraordinario mirador junto a las morrenas inferiores del glaciar de Monte Perdido, la nieve desapareció y por la solana del Felqueral hicimos un alto para almorzar junto a la espléndida cascada de La Larri que bajaba con un abundante caudal de agua.

El otro grupo atravesó todo el llano hasta llegar a las cascadas que de forma impetuosa descienden de los picos e ibones de La Munia.

En el refugio forestal de los Llanos (1.660 m. de altitud) nos reunimos para disfrutar, con camiseta de manga corta, del paisaje que ofrece ese santuario de la naturaleza que es el valle de Pineta.

Sabedores de la programación de los actos finales del Carnaval de Bielsa optamos por bajar todos por la pista, única forma de pisar nieve, y llegar al refugio de Ronatiza (Pineta) sobre las dos de la tarde para comer y bajar al pueblo. Tras la foto de grupo en las cascadas de La Larri emprendimos la pista que en muchos tramos aún tenía algo más de veinte centímetros de nieve muy húmeda (sopa) y sólo en la zona del hayedo se presentaba algo más dura. Tras la clásica comida de refugio de montaña a base de caldo, potaje y carne llegábamos a la plaza de Bielsa, ya con abundante gente, a las cuatro de la tarde.

Desde tiempos inmemoriales tanto la esencia como los personajes del Carnaval de Bielsa no sólo se conservan, sino que el espectáculo va a más. Durante media hora pudimos contemplar el “acoso” de los Trangas (mozos solteros del valle) a los niños y mozas y el atuendo de las Madamas (mozas solteras) así como algunos otros singulares disfraces.

El recorrido de casi diez kilómetros, con casi trescientos metros de desnivel lo hicimos en poco más de tres horas. Para el domingo día diez los compañeros de Rutas nos han programado un recorrido por Grustán, el castillo templario y terminar en Graus.

Pineta marcada