Travesía 332 – Loarre – Virgen de la Peña – Bolea

Desde Loarre a la Paúl de Aniés y por San Cristobal a Bolea 

En la travesía que realizamos el pasado domingo la mayoría de los senderistas lucía manga corta y en los dos o tres manantiales que cruzamos durante el trayecto fueron varios los que nos aprovisionamos  de agua, resumiendo, hizo calor, y además fueron muchos los trechos que anduvimos por caminos o pistas y menos los que circulamos por zonas boscosas.

Cincuenta senderistas, un poco decepcionados por no poder realizar la travesía programada por Bergua, Escartín y Basarán ya que los autobuses no podían subir desde Fiscal,  emprendimos la tercera etapa de los Caminos Naturales de la Hoya saliendo desde Loarre, donde hacia un mes habíamos terminado la segunda etapa.

Subiendo al castillo de Loarre, junto a una paridera, sale una pista que va ascendiendo con suavidad y rodeando, aunque bastantes metros por abajo el Castillo, las vistas sobre la zona de la Sotonera son llamativas más aún por estar los almendros en plena floración, sin embargo hacia la zona de la Hoya una ligera calima la enturbia hasta el punto que Bolea más que verse se adivina. A la vuelta de un recodo aparece la derruida ermita de San Juan aunque parece que se están llevando a cabo labores de restauración o consolidación de lo existente. Estamos en la zona de Petrolanga donde afloran varios manantiales que terminan por formar una acequia cuya rumorosidad da gusto oír y hasta transmite sensación de frescura ante un sol que ya calienta con fuerza.

Varios indicadores en el camino nos invitan a tomar otras rutas pero nosotros sólo nos desviaremos cuando encontremos uno que indica: La Paúl por el sendero PR-HU 108 y que se dirige hacia la Raya d’os Tolas que son uno de los numerosos paredones verticales que aparecen y desaparecen a lo largo de toda la sierra de Caballera y le confieren esa orografía tan singular y llamativa.

La senda asciende al pie de los paredones entre un cerrado bosque de carrascas y bojes y gana altura con rapidez por lo que pronto serán bonitos pinares los que nos acompañarán hasta llegar al refugio de La Paúl de Aniés a casi mil trescientos metros de altura. Allí unos minutos antes de las once nos dispusimos a almorzar.

A partir de ahora toca descender y durante dos centenares de metros caminaremos por la pista que sube de Aniés para luego tomar un cortafuegos que sale a nuestra derecha y que lógicamente presenta una apreciable pendiente y muchísimas piedras que hacen el caminar un tanto incómodo por contra el paisaje de la Sotonera se muestra en todo su esplendor destacando el cada vez más famoso y revalorizado castillo de Loarre, la villa de Ayerbe coronada a lo lejos por la silueta blanca del Moncayo, el pueblo de Aniés al pie de los cortados sobre los que caminamos y a lo lejos un gran espejo brillante que es como vemos la lámina de agua del pantano de la Sotonera.

El cortafuego termina en una pista que deberemos tomar a la izquierda, en suave ascenso por un pinar,  que nos llevará a colocarnos sobre otra raya rocosa con unos cortados impresionantes   en cuyas paredes se aloja, colgada sobre el abismo, la ermita de la Virgen de la Peña de Aniés junto a otras dependencias que conforman el recinto religioso que está cerrado por una puerta de hierro pero puede ser visitado solicitándolo en Aniés. Desde el pueblo son unos 3 km. de buena pista y 15 minutos a pie, por senda al principio y luego por tramos adosados a la roca con escalones tallados. Es un paraje para visitar pues tantas veces como lo admiras te llaman la atención las increíbles construcciones y el porqué y cómo lo construyeron en tan original e inalcanzable lugar.

Tras descender a la pista la continuaremos durante dos kilómetros y medio en  dirección este hasta encontrar el indicador que marca  la senda para descender al desfiladero que el río Sotón ha excavado entre los farallones  de conglomerados que son la base de la sierra Caballera. El descenso es algo pronunciado al principio para pasar luego por lajas de piedra un tanto resbaladizas  por la tierra suelta que las cubre,  para en el tramo final descender de forma vertiginosa por un bosque de bojes, cuyos troncos cumplen admirablemente su misión de firmes agarraderos, hasta llegar al desvío que por una escalera excavada en la roca lleva al eremitorio y a la ermita rupestre, pues sólo tiene una pared de cerramiento y está bastante deteriorada, donde puede observarse la imagen de un angel pintado en la pared (para algún autor románica) y en una cueva un Belén montañero.

La dificultad del descenso y que hay que visitar el lugar por turnos, ya que no caben más allá de ocho o diez personas,  nos permitió contemplar con todo detalle el profundo barranco con roquedos de muy variadas formas con agujeros, hoyos y dos monolitos conocidos como «los Gemelos», antes de iniciar la estrecha senda que nos va a llevar, entre coscojas y aliagas,  hasta la ermita de Santa Quiteria ya muy cerca de Bolea, donde a la sombra de las carrascas y olivos habíamos planificado comer. Eran las dos y media de la tarde.

Los datos que nos aportaban los navegadores de montaña eran que el recorrido había sobrepasado los 19 km., realizados en 5:20 horas de caminar neto y salvando un desnivel de casi 700 m.. Un buen paseo.

El próximo domingo día 6 de abril T.A.A. ha planificado una travesía circular que partiendo de Lúsera nos lleve a los picos de Gabardiella y La Luna para por el llano de La Paul descender al pantano de Cifuens y por el de Belsúé llegar de nuevo al desvío de Lúsera.

 

 

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