Ventisca y polvo sahariano en el Pirineo del valle de Benasque
Lola Mas
Peña Guara realiza la segunda actividad promocional de esquí de montaña
La realidad del esquí de montaña puede ser aquélla del domingo pasado por bonitas aristas y cornisas nevadas en un día espléndido de sol o enfrentarse a la ventisca de un día duro, donde los collados se convierten en pasos de cuchillo de la borrasca que alcanza poniendo a prueba la destreza del esquiador para salir indemne de la situación.
La actividad promocional del esquí de montaña, tan solicitado en la actual temporada 2021, en que las estaciones de esquí alpino no se han abierto en el Pirineo aragonés, a excepción de Astún, nos traslada al valle de Benasque, cambiando de valle y con muchos por recorrer ahora que se atisba la primavera y con ello la mejor temporada del esquí de montaña para las altas rutas y las travesías clásicas.
Observamos que las borrascas occidentales de esta temporada invernal que han llenado de nieve los valles occidentales del Pirineo y el valle del Aragón, han dejado menos nieve en el valle de Benasque, y también que las altas temperaturas y el polvo sahariano han dejado huella quitando nieve, por lo que aparecen los fondos de valle y las lomas venteadas muy pelados para tratarse de un mes de Febrero. Pero, a cambio, sus cumbres tienen mayor altitud por lo que hay continuidad por los “tresmiles” del macizo de las Maladetas.
En el tercer domingo de Febrero con unas previsiones meteorológicas que alarman por un temporal de viento que se acerca, nos decidimos por el pico Sacroux en el cordal fronterizo que va del puerto Biello al puerto de la Glera, conocidos pasos entre los vecinos países. El desnivel que hay que salvar desde la salida en el Vado del Hospital, el paisaje del que se puede disfrutar, la duración del recorrido, los participantes, el estado de la nieve, la orientación de las laderas, la previsión de aludes, todo es adecuado, salvo el condicionante principal en muchas ocasiones, la meteorología, a la que habrá que hacer frente sobre la marcha.
Así que partimos del aparcamiento del Vado por el bosque de Gorgutes a pie hasta el primer escalón donde calzamos los esquís en nieve amarronada por la precipitación de polvo sahariano. El viento ya se deja notar al alcanzar el escalón cercano al ibón de la Solana bajo el pico de la Montañeta que creíamos haría mejor de pantalla. Resulta costoso alcanzar el llano de Gorgutes donde está el ibón helado, con mala visibilidad y la ventisca desatada a rachas muy fuertes. En las crestas se veían fumarolas de cientos de metros, por lo que la decisión de dejar el Sacroux para otro día no admite duda. Nos reagrupamos bajo unos bloques de piedra para organizar el descenso lo más rápido y seguro posible, con la ventisca que arrastra partículas punzantes de hielo. Hay que protegerse con todos los cortavientos posibles para pasar el momento más duro al traspasar el paso que se forma en el desagüe del ibón y comenzar a descender por la gran canal. Y ahí nos llevamos la sorpresa de que el viento del sur ha transformado la nieve en esta gran cuenca dejándola esquiable a placer por la pleta de Gorgutes hasta el bosque.
Sólo queda cargar los esquís y regresar al Vado del Hospital, nos detenemos un momento en los restos que pasamos del hospital medieval, imaginando el paso de caminantes que en aquel tiempo no podían buscar placer en las montañas, sólo acogida y refugio en sus desplazamientos … El deporte llegó a la montaña siglos después….
Huesca, 22-02-2021