XLIª TRAVESÍA ALTOS PIRINEOS

23 y 24 de marzo de 2019 

Por fin la “Altos Pirineos” con buen tiempo

Lola Mas

Ascenso al pico Cordier y al pico Alba rememorando la gran clásica

La travesía “Altos Pirineos” es una travesía de esquí de montaña clásica que viene celebrándose desde los años setenta, con gran auge en las décadas ochenta, noventa y dosmil, a la que acudían equipos de esquiadores de todas las regiones, organizada conjuntamente por los clubes Peña Guara y Montañeros de Aragón de Barbastro con un gran despliegue de organización, se trataba de una auténtica carrera de esquí de montaña en un entorno de alta montaña, alpino e itinerante que ha recorrido todos los macizos del pirineo aragonés.

En los últimos quince años la tendencia de la competición en el esquí de montaña a optado por trasladar las pruebas a escenarios más accesibles y domesticados sin embargo el club Peña Guara prefirió mantener el estilo alpino y entornos salvajes que dieron origen a su emblemática Travesía Altos Pirineos aunque esto supusiera estar ausentes en los calendarios de competiciones.

En esta 41ª edición volvemos al macizo de las Maladetas, escenario de ediciones anteriores.

Nos reunimos un numeroso grupo de Peña Guara el sábado en los Llanos del Hospital para iniciar la primera etapa que se prevé dura, de gran desnivel. Para abrir boca hay que llegar a la Renclusa donde se ascienden 400 metros y la travesía prácticamente acaba de empezar. Desde el refugio en el que pernoctaremos tenemos a la vista todo el macizo de las Maladetas, desde la Oriental a las tres Occidentales. Por las amplias laderas que se dirigen al glaciar que se asienta a sus pies, vamos cogiendo altura hasta situarnos por debajo de la gran muralla que forman las occidentales. La pendiente se inclina considerablemente y hay que salvar el paso de la muralla que cuando hay mucha nieve se pasa con relativa facilidad descalzando esquís. En esta temporada de escasas nevadas, el paso rocoso que da acceso a la plataforma superior del pico Cordier está descarnado y difícil.  Jorge abre una huella directa ascendente, salvando el paso por un corredor a la derecha que nos sitúa en el plateausuperior. Hemos dejado los esquís abajo, aunque sabemos que hay ocasiones donde se pueden calzar en la parte superior. Ascendemos los escasos cien metros que restan a la cima, donde cerca de las dos de la tarde nos agrupamos la mayoría y nos hacemos la foto de cumbre, en el magnífico entorno que nos rodea con el gran Aneto al fondo.

Descendemos con precaución ya que a cada paso hay que anclar el pie en la nieve que se descuelga y los bolos que caen de los de arriba y, por fin, con cierta dificultad, calzamos esquís en la inclinada pendiente, para perder altura con rapidez e iniciar giros más seguros en la amplitud de las laderas superiores del glaciar e iniciar el largo descenso hasta el refugio, mientras Pedro Albero nos va grabando con su cámara de vídeo. Sobre las 4 de la tarde llegamos a la Renclusa después de haber superado 1.500 metros de desnivel incluido el tramo más técnico de la jornada en el acceso a la rampa colgada bajo la cima del pico Cordier.

Merecido descanso y cena para afrontar al día siguiente la segunda etapa, que se prevé menos dura en cuanto a desnivel, en la que con otra jornada de espléndido sol ascenderemos al pico del Alba. En los primeros tramos con nieve muy dura por el rehielo nocturno, en amplias zetas vamos alcanzando la base de otra muralla, la del pico del Alba, que también hay que salvar por un escalón en forma de canal con pasos rocosos, en los que se ha instalado una cuerda que viene bien para los tramos descarnados de la roca. Se alcanza el rellano superior donde está a la vista la pala final del Alba, característica, inclinada, donde asoma mucha roca, pero que está con buenas huellas en la rampa nevada que alcanza los 40 grados de inclinación. Esta vez la nieve es más sólida que la del corredor del Cordier. Poco a poco la mayoría vamos alcanzando la cresta cimera que es un tramo rocoso y aéreo. Unos van y otros vienen cruzándonos en las huellas de la inclinada pala con precaución. No somos los únicos el numeroso grupo que formamos, viene otro grupo tan numeroso como el nuestro tras nuestros pasos. Descendemos el corredor ayudados por la cuerda de nuevo, o incluso por otra cuerda que a modo de rápel ha instalado Pedro, ya que el itinerario previsto por los lagos de Alba y el paso del Forau Tancau, tal como se ha adelantado Pedro a mirar, está muy descarnado y no permitiría mucho esquí, así que volvemos por el itinerario de subida, por la ruta normal del Alba. El estado de la nieve es bueno, en la parte superior cayó una pequeña capa que ayuda a trazar giro tras giro, con cortas paradas que nos conducen sobre los tubos de Paderna que como tantas veces tienen nieve irregular, pero que descendemos todos con los esquís puestos para terminar en las pistas de fondo sobre los Llanos del Hospital.

La segunda etapa ha resultado algo más corta en desnivel al volver por el mismo itinerario. Aún así ha sumado 1.000 metros positivos que sumados a los 1.500 de la jornada anterior han dado como resultado una gran travesía Altos Pirineos, que con gran satisfacción celebraremos reunidos en Benasque donde nos han reservado sitio para tan numeroso grupo en el Ciria, donde podemos brindar porque al fin la meteorología haya permitido rememorar la “Altos Pirineos” que en las últimas temporadas se venía resistiendo, ¡alguna ventaja tiene que tener la eterna primavera que venimos viviendo durante la temporada!.

25-03-2019