La gran alta ruta de esquí de montaña de la temporada.
Lola Mas
Tres etapas de alta ruta en una gran circular por los refugios Wallon y Respomuso. La temporada de esquí de montaña ha sido prolífica en nevadas, pero se ha dado la circunstancia de que el buen tiempo no ha acompañado en los fines de semana, por lo que ha habido que esperar al final de Abril para realizar una de las Altas Rutas que estaban programadas en la Sección de Esquí de Montaña de Peña Guara, la Alta Ruta del Valle de Tena, los días 21, 22 y 23 de Abril.
El recorrido con esquís desde el Balneario de Panticosa, por el alto valle de Ara, pasando a la vertiente francesa del valle de Arratille, regresando al Balneario por el paso de Fenías, con picos tan atractivos como el Cambalés en su recorrido, ha supuesto un logro para los diecinueve participantes, ya que había que seguir el trazado “maestro” de las tres etapas, previamente diseñado desde la sección de Esquí de Montaña de Peña Guara.
La primera etapa es un clásico recorrido de alta ruta de esquí de montaña que se dirige al valle de Ara partiendo del Balneario de Panticosa, donde los participantes, al partir, nos organizaremos para el control de detector de víctimas de avalancha, el DVA, portando unos cuantos walkies que nos servirán para reagruparnos y cambiar impresiones sobre la mejor forma de progresar, tomando unos y otros la cabecera del grupo en una organización espontánea a modo de “liderazgo compartido”.
En el collado del puerto viejo de Brazato (2.566m.), el primer alto de la etapa, se hace transición de esquí de ascenso a descenso quitando pieles, para bajar por el Barranco de Batanes hasta el punto indicado a una altitud de 2.000 metros para subir por el alto valle de Ara, al pie de la impresionante vertiente occidental del Vignemale, hasta el collado de Arratille, segundo collado del día, donde se pasa a la vertiente francesa, para dirigirse al refugio Wallon, final de etapa.
En el collado a 2.526m., sopla viento algo fuerte, nos reagrupamos y se inicia el descenso por el valle de Arratille hacia el refugio Wallon, situado en la confluencia con el valle de Marcadau. En el trazado de la etapa, hay un pico de ascenso opcional ya que supone añadir unos 600 metros a la larga etapa, el pico Alphonse Meillón (2.923 m.), o Chabarrou Sur, con fuertes pendientes en el último tramo, donde subirán cuatro de los participantes.
Trazando el recorrido de descenso, se pasa por el lago de Arratille, donde se adelanta Alfonso, para indicarnos que es mejor atravesarlo para buscar el desagüe que gira a la izquierda, y surcando laderas transformadas de nieve primavera pesada, con precaución, separándonos, llegaremos al bosque donde está situado el refugio. Nos comunicamos que hay que dirigirse a un puente al que casi hay que saltar del escalón de nieve que lo precede.
En el refugio Wallon (1.865 m.) ponemos a secar los materiales, pieles, botas, guantes, mientras descansamos y preparamos la segunda jornada. La segunda etapa tiene como objetivo el pico Cambalés (2.966m.) por el collado de Aragón para descender por el collado de la Piedra de San Martín hacia el embalse de Campoplano y llegar al refugio Respomuso, en el circo de Piedrafita. Contrastamos con el mapa los pasos a seguir, y pedimos alguna indicación a los guardas del refugio que confirman lo que está trazado, dirigirse a la cresta de Cambalés que separa el valle de los lagos de Cambalés de la cuenca superior anterior al collado, dejando abajo los lagos de Opale, para dirigirse al cuello Aragón y al Cambalés.
La etapa comienza con emoción, hay que traspasar un arroyo turbulento y una experta barranquista del grupo, Blanca, mientras unos han comenzado a pasarlo, se descuelga de la nieve al agua, con otro paso, para facilitar el de todo el grupo. Para alcanzar la cresta, que es una de las claves de la jornada, se presenta a la vista una inclinada pala. Quién va delante pronto comunica que la nieve permite buena huella y buenas zetas y con cuchillas no hay problema en salvar la fuerte pendiente, aunque sí que, a la vista de los comentarios de entusiasmo de los más jóvenes, algo de emoción había en el ascenso.
El collado de Aragón se ve al fondo de la cuenca con pendientes más moderadas. Ahora va tomando la delantera Toño, que comunica que se asciende sin dificultades. Desde el collado al pico Cambalés, la cumbre de la jornada, hay que rodear por unas pendientes empinadas hasta la cresta de una antecima donde asoman las rocas. Ahí clavamos los esquís para culminar los últimos metros a pie disfrutando del magnífico paisaje, uno a uno por la huella a la cumbre, de 2.966 m. El descenso parece muy inclinado, pero al iniciarlo resulta franco, la nieve a esa altitud es profunda y aún de buena calidad, ya que las mejores nieves en estos días de primavera se encuentra en las zonas más altas.
Hay que acertar con la canal de descenso, para rodear el contrafuerte que llevará al collado de la Piedra de San Martín. No hay huella alguna, nos detenemos a que pueda observar en el GPS, el trazado que ha dibujado uno de los participantes en los mapas de montaña que lleva incorporados. Por fin, por una canal inclinada de nieve profunda, acertamos con el itinerario hasta el collado de la Piedra de San Martín, donde nos reunimos para una foto de grupo que hace Isidro. El descenso hacia el embalse de Campoplano se hace duro para las piernas, la nieve ya está totalmente transformada. Un último esfuerzo de transición para ascender hasta el refugio de Respomuso.
Aún es buena hora para disfrutar de la vista de los picos que rodean el circo de Piedrafita, y del buen ambiente comentando las etapas en el rellano del refugio; a la vista el Campo Plano, Llena Cantal, el Piedrafita, el Tebarray y su collado, el primer objetivo de la tercera etapa. Como estaba previsto en lo meteorológico, el tiempo cambiaría esa tarde, y la tercera etapa es más nubosa y con posibilidad de tormentas de tarde, por lo que prevemos madrugar más que en la jornada anterior. Ha llovido por la noche, pero amanece solamente nublado. El guarda del refugio nos indica la mejor forma de descender al valle de Llena Cantal, por donde hay que comenzar el ascenso hacia el collado de Tebarray. No tardamos en reunirnos después del corto tramo de descenso para volver a poner pieles y dirigirnos hacia el collado que pasa por el ibón de Llena Cantal.
Poco a poco se van alcanzando las inclinadas vertientes de la parte final del ascenso, de nuevo comunicación de los que van delante, que indican que se puede subir con cuchillas sin problema, siguiendo el trazado, y que al final poco antes del collado hay que quitar esquís para el paso. Durante el reagrupamiento en el rocoso paso del collado, algunos ascienden a la cercana cumbre del Tebarray. Al otro lado se va organizando el grupo para poner esquís y descender porque sopla un fuerte viento y las nubes se espesan en el horizonte, sin quitar la visibilidad de momento.
Se rodea el lago Tebarray por el Oeste, y con nieve costra a tramos y nieve muy densa a continuación alcanzamos el fondo del Barranco de Tebarray donde suelen acumularse avalanchas, que observamos con grandes bloques de nieve al fondo. Último ascenso por el vallecito que se forma entre el Garmo de la Mina con el ibón de la Sartén bajo el manto nevado. El día ofrece una tregua y ha mejorado, aparecen tímidos rayos de sol que animan a un descanso, comer algo y reunir fuerzas para el último ascenso de la jornada, traspasar por el collado conocido como de Fenías entre las cumbres de Argualas y el pico que identifica el paso, para descender los 1.300 metros de desnivel que restan hasta el Balneario de Panticosa. Este descenso, por nieves profundas y fuertes pendientes, es exigente, pero la satisfacción de encontrarnos en el último tramo de las tres jornadas, hace que disfrutemos del esfuerzo.
Carlos, que ha ido reagrupando por detrás en todas las etapas, nos da la salida para sortear el bosque de la Mallata Baja con la mayor destreza hasta reunirnos en el puente del paraludes, final de etapa con esquís, donde nos felicitamos contentos de haber completado las tres etapas. Se han sumado más de 4.000 metros de desnivel positivo a los que hay que sumar los ascensos del pico Alphonse Meillon y Tebarray realizados por algunos. A pie por el camino hasta el aparcamiento próximo al refugio Casa de Piedra, nos citamos para celebrarlo más abajo en buena mesa y la buena compañía del entusiasta grupo de esta alta ruta.
Huesca, 1 de mayo 2018