“Alpina travesía de esquí al Bisaurín y al Aspe”
Lola Mas
Primera Alta Ruta de esquí de montaña de la temporada 2015
El mes de Febrero se ha comportado como le corresponde, invernal, prolífico en nieves, con bajas temperaturas y fuertes vientos en la montaña y en el valle. Nada extraño en pleno invierno, aunque se presenten inconvenientes cuando las nevadas continuadas cubren muchos pueblos de montaña o las aguas llegan al río, y su cauce se desborda
Al llegar el invierno y el año nuevo se inicia la temporada y el programa de esquí de montaña de Peña Guara con el curso que se ha desarrollado en tres fines de semana y la participación de 8 alumnos deseosos de disfrutar del esquí de travesía desde las primeras salidas promocionales programadas en Febrero. La meteorología adversa ha condicionado que las promocionales se hayan realizado, bien por el alto riesgo de avalanchas después de caer grandes espesores que desaconsejaban salir por razones de seguridad o por el mismo temporal.
Llegó Marzo, y con él la primavera se ha anticipado con un fin de semana espléndido de sol y buenas temperaturas para disfrutar de todos los planes al aire libre, como dicen en el parte del tiempo. Se llenan los macizos del Pirineo de esquiadores de montaña y “raqueteros” y las estaciones de esquiadores de alpino. Hay que disfrutar de la nieve, ese elemento tan variable y efímero y que tanto gusta a todo el mundo. Y a ser posible antes de que imprevisibles subidas de temperatura derritan parte del manto nevado que por las alturas está inmenso, aunque con la evidencia de que ha llovido bastante alto, asomando la roca de las crestas y zonas sobresalientes, mientras que el viento ha rellenado grandes ventisqueros. Se observan formas onduladas características de la combinación de ambos elementos que hay que sobrepasar con los esquís a modo de un mar de olas, contentos porque estos relieves significan que el manto está libre de tensiones y el peligro de avalanchas es muy bajo, una gran noticia para el buen plan de la primera Alta Ruta de dos etapas al Bisaurín y al Aspe.
La primera etapa parte desde el bosque de Sansanet, valle de Aspe, a mitad de camino entre la desembocadura norte del túnel y el puerto de Somport, hacia el lago de Estanés, y recorre el valle de los Sarrios pasando por puerto Bernera a Plana Mistresa y al Bisaurín por la vertiente Noreste para descender por la normal de la cara Sur al refugio de Lizara. Y la segunda etapa cierra el círculo desde el refugio hacia el macizo del Aspe por la vertiente Sur desde el collado del Bozo para descender por el corredor Norte con final en Candanchú.
Se desvelará como una alta ruta emocionante y dura, debido a las condiciones de la nieve muy helada en bastantes tramos, y a la necesidad de emplearse a fondo con técnicas alpinas, como en el descenso del corredor Norte del Aspe, ruta normal desde Candanchú, que en invierno es un corredor que puede ponerse muy alpino según las condiciones de la nieve, como el domingo.
Desde el aparcamiento de Sansanet se atraviesa un magnífico bosque de hayas aún sin brotar, no hay que olvidar que estamos en invierno aún, y de altísimos abetos por donde discurre el ancho camino nevado que seguimos hacia el lago de Estanés. Se puede atajar pero la nieve tan dura lo desaconseja. La lluvia de las semanas pasadas cuando cruzaron frentes cálidos con aire del Sur llegó a bastante altitud humedeciendo mucho el manto que después se ha congelado con el rehielo nocturno formando un compacto caparazón en casi todas las orientaciones, cubierto de buena nieve suelta donde la pendiente lo permite y la orientación de la ladera.
Con el entretenido recorrido, espléndido y variado se ameniza la marcha hacia la vertiente Noreste del pico Bisaurín después de atravesar el valle de los Sarrios, tan bello, al pie del imponente macizo de Bernera por su cara Norte, hasta el puerto del mismo nombre que desciende a plana Mistresa, unos con pieles otros sin ellas, al gusto, para afrontar después de reponer fuerzas la impresionante vertiente Noreste de unos 700 metros de desnivel a salvar hasta la cumbre.
Buenas zetas con cuchillas, más adelante crampones para salvar los escalones más verticales, que ya no quitaremos hasta arriba al atravesar la fotogénica cresta cimera engalanada de cornisas. En la cumbre a 2.670 m. el viento azota a ráfagas intensas pero el sol lo compensa todo, antes de iniciar el descenso por la ruta normal de la cara Sur con buen espesor de nieve en la continua y empinada ladera, para llegar al llano de Fetas esquiando hasta el refugio de Lizara, buen lugar para reponer fuerzas después de los 1680 metros de desnivel de subida y 1500 de descenso.
Amanece el domingo día 8 con una brisa suave y templada y nubes altas que velan el cielo sin constituir amenaza ya que la previsión es estable. Para ascender el Aspe desde Lizara primero al Este se alcanza el collado del Bozo, donde sopla fuerte el viento. Primer descenso del día por nieve dura con una fina capa de polvo que facilita el esquí traspasando avalanchas en la gran ladera que conducirá al lugar de transición en las cercanías del ibón de Izagra en el llano del Cubilar al pie del macizo.
Bajo las murallas de Llena del Bozo y de la Garganta hay que trazar una media ladera sin perder mucha altura hasta el embudo característico de la vía normal del Aspe desde la vertiente Sur de Aísa, donde de nuevo se utilizan crampones para afrontar buena parte de la inmensa ladera que conduce al paso de la Garganta de Aísa y a la cumbre. La ladera somital está llena de montañeros que unos bajan y otros suben, protegiéndose del viento que vuelve a soplar fuerte en las zonas de cumbre y en los embudos naturales.
La mayoría regresará por el mismo sitio, pero los que disponemos de un autocar que nos permite hacer travesía de una vertiente a otra bajaremos por la vertiente Norte desde por la brecha superior de Aspe por la impresionante vertiente septentrional a través del corredor Norte, la vía normal desde Candanchú que en invierno es un corredor de variable dificultad según las condiciones de la nieve.
Desde la cumbre las vistas invernales son impresionantes. La trilogía que forma el Aspe con Llena de la Garganta y del Bozo, con su frontal septentrional alpino y vertical, tapizado de hielo y nieve. El Bisaurín, los picos del macizo de Bernera, el macizo de Collarada al Sureste y más lejos el Midi con su roca oscura sobresaliente.
En el corredor, colaboradores y organizador se afanan en hacer seguro un descenso por pendiente de unos 45 grados, endurecida que hay que destrepar con buena técnica de doce puntas, anclando el piolet con decisión. De pronto van apareciendo inmejorables descansillos a modo de escalones que han tallado entre César, José Manuel, Jorge Arazo, Jorge Aguilera, Pedro Mir, Pedro Díaz, Antonio, que hoy merecen una mención especial por su meritorio acompañamiento en tan espléndida jornada.
No sabemos si la caravana que se espera de regreso nos dejará invitarles al llegar pero queda prometido y celebrar este hermoso 8 de marzo para las tres representantes del colectivo femenino en el grupo de veintinueve, que por fin relajamos piernas al alcanzar las pistas de la Rinconada en el descenso por Tortiellas a Candanchú, en suavísimos giros por nieve pisada. Han resultado cerca de 11 horas y 1.500 metros de desnivel positivo. Una gran alta ruta.
Huesca, 10 de marzo de 2015
Lola Mas
Mapa Etapa 1
Perfil Etapa 1
Mapa Etapa 2
Perfil Etapa 2