Este domingo, atípico por la climatología para este mes de octubre, nos disponemos a ascender al Pico Otal por el valle del Turbón desde el camping de Bujaruelo.
El pasado año ya lo intentamos, pero tuvimos que desistir ante la climatología, después de la gran nevada que había caído en las cumbres del Pirineo, llevándonos a otro valle a ascender el Puntal de Secús, que en ese momento era más asequible.
Así pues, a las 6:00 de la mañana nos vamos a realizar la aventura prevista, el Pico Otal, de 2701 mts. de altura y con un desnivel previsto de unos 1500 mts. positivos. Poco después del amanecer y preparados con el material necesario, comenzamos el ascenso por una empinada senda que nos da acceso a un pequeño barranco dónde el bosque desaparece ya, dejando paso a canchales de piedras y grietas.
La inclinación no da tregua alguna, con lo cual nos hace esforzarnos por mantener un ritmo adecuado. Durante el ascenso pasamos por delante de la sima Grallera del Turbón a unos 2000 mts. de altitud. A partir de ahí nos dirigimos a la derecha hacia el pico Royo con el fin de suavizar un poco el ascenso ya que hay menos piedra y más hierba.
Hemos llevado un buen ritmo así que, en menos de 3 horas, con almuerzo por el camino incluido, estamos ya en el collado de Otal donde hacemos una breve pausa. En este punto nos colocamos los cascos que llevamos en las mochilas porque empieza el terreno de las trepadas y piedra suelta.
Después de unas pequeñas trepadas aparece el casquete somital del pico Otal. Su aspecto es realmente desafiante para los montañeros. De una de sus cimas, porque son dos, descienden varios corredores con una inclinación considerable que nos hace usar las manos en todo momento. Ahora la emoción aparece en el grupo y nos hace tener el respeto que merece esta preciosa montaña llamada Pico Otal. Así que ponemos toda la atención que podemos para ascender los corredores que nos quedan para llegar a una de sus cimas.
Poco antes de terminar el corredor que íbamos ascendiendo nos desviamos a la izquierda para cambiar a otro corredor todavía más inclinado que se queda a nuestra izquierda mientras hacemos una diagonal que poco después nos deja en un collado que separa las dos cimas y en el que al otro lado se vislumbra un abismo interminable, lo que los montañeros denominamos un gran patio. Ahora ya solo queda ascender unos pocos metros y llegar a la cima principal donde nos espera un panorama a nuestro alrededor que nos deja satisfechos de la ascensión realizada. Esta montaña tiene un encanto especial y se deja ver desde cualquier punto a su alrededor.
Para el descenso nos desviamos hacia otro pequeño valle que transcurre debajo del Pico Fenez y nos hace disfrutar a lo lejos de otra de las simas del impresionante mundo interior del conjunto de simas denominado Arañonera, que cuenta con más de 40 km de galerías explorados en su conjunto.
El día nos ha sido de lo más agradable para estas fechas. Esta vez el Pico Otal nos ha dejado ascenderlo, no sin esfuerzo, pero con una satisfacción que solo los aficionados a la montaña podemos trasmitir.
Sergio Vivas.