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Infiernos

Clásica pirineista a los Picos del Infierno

Lola Mas

 

El refugio de los ibones de Bachimaña facilita la actividad en el macizo de Panticosa.

 

Los Picos del Infierno, con la característica banda rocosa marmórea que los distingue desde el fondo del valle en Sallent de Gállego, son muy apreciados por los pirineistas, ya que su ascensión culmina recorriendo una espectacular cresta cimera por esa roca marmórea a los tres hitos de cumbre, Oriental, Central y Occidental, con las vistas de una vertiginosa vertiente al valle de Tena y al otro lado un paisaje salpicado de grandes ibones que se encajan en los escalones pétreos que configuran el macizo de Panticosa del que el pico Central de los Infiernos de 3.082 m. es el tres mil de más altitud.

 

Este macizo con centro en el Balneario de Panticosa, tan frecuentado en verano y en invierno, ha visto ampliada su capacidad de acogida para la práctica del montañismo con la apertura del refugio de los ibones de Bachimaña, bien situado para el ascenso a los picos del Infierno por los lagos Azules.  El refugio se encuentra en un entorno muy hermoso entre los ibones y forma parte de los enclaves estratégicos del sendero de Gran Recorrido GR11 que encadena el macizo de Piedrafita desde el refugio e ibón de Respomuso con el de Panticosa aprovechando la vieja senda del Puerto de Marcadau, el paso fronterizo al valle francés que se toma desde el camino de los lagos de Bachimaña.

 

En esta ocasión para ascender a los Infiernos desde el nuevo refugio se ha previsto un recorrido circular por el itinerario de los lagos Azules, que es largo pero al realizarlo en dos etapas es muy recomendable y transita por un hermoso paisaje desde el mismo punto de partida en los ibones de Bachimaña.

 

Se llega al collado de los Infiernos para acceder hacia las cumbres alcanzando la vertiginosa vertiente Oeste por donde discurre la ruta de las viras por la que se accede al pie de la cresta cimera. El descenso se dirigirá hacia la cuenca de los lagos de Pondiellos, viendo, según el desarrollo de la jornada, si se puede alargar por el Garmo Negro, o se desciende por la ruta normal del collado de Pondiellos, teniendo en cuenta las previsiones de tormentas vespertinas del fin de semana.

 

Con estas previsiones, nada más aparcar junto al refugio de Casa de Piedra en la tarde del sábado, suenan los truenos y al ponernos en marcha cada uno va dándose cuenta si lo mejor ha sido salir con el anorak puesto a riesgo de pasar calor, con el paraguas abierto o cerrado el que lo ha traído, o con la camiseta y ya se verá si uno se enfría, ya que la tormenta no acaba de ser muy fuerte. Lo que sí está furioso es el estruendo de las cascadas del río Caldarés camino de la cuesta del Fraile que rompen con tanta fuerza que escupen ráfagas de agua que se unen a la lluvia suave que nos acompaña. Antes de las siete de la tarde con fuerte viento que arruga los paraguas al paso por el puente del ibón de Bachimaña, llegamos al refugio, una gran construcción en el collado que separa los ibones en un precioso entorno, a una altitud de 2.200 metros, como indica la placa a las puertas del refugio de la que dejamos constancia fotográfica con los organizadores de esta actividad de la Pico a Pico por las cumbres emblemáticas del macizo.

 

Los guardeses del refugio se afanan en servir a tiempo con todo el comedor ocupado y quizá sea por esto o porque algunas jarras de vino acompañan al menú, nos entendemos casi a voces en la animada charla que se convierte siempre una cena de refugio, y más en esta especial ocasión.

 

Con una mañana fresca y bastante clara después de la tormenta que continuó al anochecer, sobre las seis y media, iniciamos la marcha por el sendero que rodea el ibón para encontrarnos enseguida con un escollo que está siendo habitual en esta temporada, cruzar torrentes impetuosos, como los que desagüan de los ibones Azules.

 

Nos reunimos antes de remontar la ladera nevada por buena huella que nos llevará al collado de los Infiernos a 2.721m., momento en que el catedrático de Geología, estudioso de la evolución de los glaciares del Pirineo, pide amable permiso para no desaprovechar la ocasión de ilustrarnos sobre el gran muestrario geológico y glaciológico que nos rodea.

 

El macizo de los Infiernos, en la vertiente orientada al Norte del valle ocupado actualmente por los lagos Azules albergó cuencas glaciares procedentes de la última glaciación de la que existen los restos actuales del Pirineo. En este valle podemos ver aún en los mapas la referencia al glaciar del Infierno, el de Arnales o el del Garmo Blanco, de cuya evolución quedan signos visibles tan llamativos como la perfecta morrena lateral de piedra oscura que tenemos enfrente.

 

Algunas preguntas más a Cuchí sobre la variedad de rocas que nos rodea, como los llamativos mármoles blanquecinos de los Infiernos, o unos filones verdosos de los que nos indica su verdadero nombre, haciendo notar que al otro lado del valle aparecen rocas calizas, porque estamos en una zona de contacto donde emergieron las grandes incrustaciones de roca marmórea con metamórficas de origen más antiguo, junto a los sedimentos calcáreos que fueron apartados por las fuerzas orogénicas terciarias. Nos gustaría extendernos en preguntas pero la mañana avanza y nosotros también tenemos que hacerlo llegando al collado. El ibón de Tebarray aparece al otro lado, tan redondo, al pie del pico y el collado del mismo nombre por el que pasa el GR. Aquí, algunas disquisiciones geográficas sobre las diversas denominaciones y situación que unos mapas y otros dan a los pasos claves de la zona, como éste del Infierno y el de Tebarray o de Piedrafita.

 

Para continuar nos dirigimos en diagonal ascendente por roca suelta con cortos pasos de trepada hasta superar bastante arriba el espolón por el que se accede a la vertiente Oeste por donde discurren las viras que atraviesan la vertiginosa ladera en trazos que se siguen sin mucha dificultad por la zona de contacto entre las distintas rocas, siguiendo los hitos que llevan al pie del cordal de las cumbres. En ese punto dejamos las mochilas para subir por fin a la cresta cimera de los Infiernos en un trayecto de ida y vuelta muy animado de montañeros. Las fotos en la cumbre principal con el grupo al completo y emprendemos el descenso a una hora que requiere optar por el más directo a la vista de las nubes que van creciendo. Bajaremos por los lagos de Pondiellos, que aparecen en su cuenca medio azules en pleno deshielo, para seguir el descenso por la ruta normal del collado de Pondiellos. Las laderas de la parte alta tienen la inclinación suficiente para ir con cuidado piolet en mano. Con precaución alcanzamos el camino de la Mallata Baja cuando la tormenta empieza a dar los primeros avisos. Pacientemente, para llegar todos con salud, termina por reunirse el grupo al completo en torno a las cervezas que amenizan el final de la jornada en el refugio Casa de Piedra.

 

16-07-2013

Enlace con más fotografías de la excursión:

http://www.mediafire.com/download/h6dlh349sdxdme8/Fotos_Santi_el_de_Zaragoza_Infiernos.zip

IMG_9578-los torrentes están difíciles de cruzar IMG_9611-camino de la cresta con el ibón de Tebarray y el Balaitus al fondo IMG_9620-por las vertiginosas viras IMG_9633-en la cresta de los Infiernos IMG_9647-foto de cumbre IMG_9544-llegando al refugio Bachimaña