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Midi d’Ossau

Domingo 16 de Julio de 2.017

 

El Midi D’Ossau, una atalaya en mitad del Pirineo

 

Al norte del valle de Tena, asomándose tras los pastos del Portalet, el Midi D’Ossau aparece esbelto, solitario y majestuoso.  A pesar de sus 2.894 metros de altitud, el Balaitous, los Infiernos, las Argualas…todas de más de tres mil metros, apenas le restan protagonismo en este paisaje de bellas cumbres.

 

Tanto el tipo de roca, la andesita, de origen volcánico, como la forma del Midi (otro tanto podría decirse de su vecino Anayet) sugieren que se trata de los restos de un antiquísimo volcán. Otra teoría menos extendida explicaría la formación de esta montaña a partir de una gran “lenteja” de lava que las posteriores fuerzas orogénicas que formaron los Pirineos  pusieron vertical.

 

No es el único enigma que esconde el Midi. La cumbre está defendida por grandes y verticales paredes de hasta setecientos metros que le confieren un carácter de inaccesibilidad. No obstante, el Midi fue una de las primeras montañas importantes en ser ascendida. Se tiene constancia de que en 1.787 algún pastor levantó un bran mojón de piedras en la cumbre, seguramente  por encargo del geógrafo Reboul, en aquellos años enfrascado en la cartografía del Pirineo. Cuando en 1.796, Guillaume Delfau realizó la segunda ascensión, primera conocida, a esta cumbre encontró este, al parecer, enorme mojón.

 

La ascensión al Midi D’Ossau por la vía normal no es fácil. Quizás por eso se trata de una montaña sólo apta para montañeros experimentados que todo pirineista desea escalar. Hacía diez años que habíamos ascendido al Midi con la Pico a Pico y ya tocaba volver a repetir esta interesante actividad

 

Salimos de Huesca a las seis de la mañana rumbo al Portalet, en el extremo norte del valle de Tena. El autobús nos deja en el aparcamiento de Aneou, donde nace el sendero de La Pombie, y en seguida formamos una larga fila multicolor que entre rebaños de ovejas, vacas y yeguas asciende al collado del Soum de Pombie.

 

Primera parada fotográfica en el collado desde donde el Midi y su gemelo Le Petit Pic, se ven impresionantes.

 

Este lugar, a los pies del Midi, con el pequeño lago de La Pombie y el refugio en su orilla, más una amplia vista panorámica hacia el Palas, el Balaitous, Tendeñera y la sierra de La Partacua… es sin duda uno de los rincones con más encanto del Pirineo.

 

Formamos un bullicioso grupo de treinta y cuatro montañeros que, cuando llegamos al refugio, no podemos evitar turbar la paz que se respira en este lugar. Echamos un pequeño bocado, recogemos agua y descansamos brevemente de la subida. En seguida dejamos el refugio y proseguimos hacia el collado de Souzon atravesando el caos de rocas que forma la Gran Raillere, seguramente los restos de algún antiguo glaciar rocoso como sugieren las formas ondulantes de esta gran pedrera.

 

Desde el collado de Souzon, el sendero continúa por la arista en dirección a la cara nordeste de la montaña por donde discurre la vía normal. Y nada más llegar a las rocas se encuentra la primera chimenea, la primera dificultad, y seguramente la parte más difícil de la ascensión.

 

Nos colocamos los cascos y los arneses e instalamos una cuerda fija para facilitar la escalada de esta chimenea cuya roca se ha pulido con el paso de la gente. Antiguamente estas chimeneas del Midi estaban equipadas con grandes clavijas de las que sólo quedan algunas repartidas a lo largo del itinerario, casi de forma testimonial. Una de estas viejas clavijas facilita la escalada de esta resbaladiza chimenea.

 

Continuamos ascendiendo por los trazos de camino que señalizan algunos mojones y llegamos a la segunda chimenea, más larga que la primera pero algo más fácil. No obstante, la equipamos también con una cuerda y así todos llegamos sin problemas a lo alto del resalte. El camino continúa, ahora en dirección norte, en busca de la tercera chimenea, más bien una canal, que trepamos necesidad de colocar ninguna cuerda y que termina en la conocida como Cruz del Portillón, en realidad una cruz de hierro cuyo brazo horizontal es una flecha que señala la dirección dónde se encuentra esta tercera chimenea.

 

Un poco agobiados por el calor, recorremos la pendiente de rocas y pedreras, el  Rein de Pombie, que nos separande la cima. Finalmente llegamos a la aérea cima del Midi, a la Punta España, donde nos apretamos todos para hacer unas fotos y echar algún bocado mientras contemplamos las magníficas vistas que nos rodean. Y es que el Midi está ubicado en el centro de este nudo de montañas que forman en valle de Ossau y el valle de Tena. Para muchos es la primera ascensión al Midi y no pueden evitar la emoción de, por fin, haber alcanzado esta cima.

 

Incomprensiblemente, pero por fortuna, en pleno mes de Julio, en plenas vacaciones francesas…. estamos prácticamente solos en el Midi. Apenas nos hemos cruzado con media docena de personas y por eso no hemos tenido ningún problema de atascos o retenciones y hemos podido ascender en un horario francamente bueno.

 

El descenso ya es un poco más complicado y decidimos instalar rápeles para descender cada chimenea. Seguramente el sistema es más lento que destrepar pero nos parece más seguro. Y así, poco a poco, vamos llegando sin incidentes al pie de la montaña y de nuevo al idílico rincón de La Pombie. Nueva breve parada  para disfrutar del lugar y para reponer fuerzas, y sobre todo líquidos, porque a estas alturas del día el calor es sofocante, antes de continuar descendiendo hacia el este, por prados al principio, y por un bonito bosque de hayas después, hasta la Cabaña de Soques donde nos espera el autobús.

 

Ha sido una bonita ascensión a uno de los picos más espectaculares de nuestras montañas y todos volvemos un poco más enamorados, si cabe, de este singular rincón pirenaico.

 

Lorenzo