Domingo 12 de enero
CAMINANDO ENTRE BARRANCOS, CUEVAS Y BOSQUES, POR LA FALDA DE GUARA
Año nuevo y nosotros en el monte otra vez, segundo domingo del año 25 y con el mejor ánimo, a caminar una jornada por la falda de nuestra querida Sierra de Guara y no éramos pocos, que el bus iba lleno con 54 excursionistas dispuestos a todo, claro que contamos esta jornada con nuestro amigo Vicente el mejor guía de la zona.
Con un día que se presentaba fresco pero espléndido de sol y sin aire, comenzamos la ruta poco antes de llegar a Panzano (Hoya de Huesca), por una pista que se inicia en la misma carretera y que se encamina al norte hacia el embalse de Calcón, entre algún campo de cultivo con almendreras y olivos, hasta que va ascendiendo y se adentra en el monte bajo típico de la Sierra de Guara lleno de coscojos, romeros, buchos, carrascas, chinebros,… una delicia.
Este tramo que tiene una buena anchura de paso, nos permitió saludos y buenas charradas entre grupos para desearse todo lo mejor para este año y además ponerse al día de novedades y acontecimientos recientes, que siempre hay nuevo para contar.
Casi a los 2 km de la pista hay un desvío a la derecha que tomamos para dejar la dirección hacia el pantano de Calcón y orientarnos hacia el cauce del Formiga, donde llegamos tras dejar la pista y rodear un gran campo conocido como Plano de Sandicuso.
Una vez junto al cauce del Formiga aprovechamos el sitio para almorzar, que la hora y la gana ya lo pedían, y así que se dispersó la tropa para encontrar acomodo y dar cuenta compartida del almuerzo correspondiente.
Una vez que se dio buena cuenta del almuerzo, nos desplazamos un poco hacia arriba para disfrutar de las impresionantes vistas de las paredes de la margen izquierda del Formiga en un punto muy angosto y debajo la cueva de Las Polvorosas con el Puntón de Yara de fondo, todo un espectáculo.
Terminada la vista a las paredes del Formiga, bajamos de nuevo hacia el Plano Sandicuso y lo bordeamos por la izquierda hasta tomar la senda que baja hasta el puente que cruza el barranco del Formiga, este tramo lo tomamos con mucha calma porque es muy empinado y hasta en un punto tiene una sirga que es cómoda y de gran ayuda.
Situados en el pequeño y corto puente que cruza el Formiga pudimos disfrutar de preciosas vistas en todas direcciones ya que esta hecho en el punto más angosto del barranco, pero todavía bastante alto respecto al fondo del cauce, por lo que es un punto que merece ser visitado.
Tras cruzar el puente ascendimos hasta alcanzar la senda del propio barranco y seguimos por la izquierda hasta llegar a la cueva de Las Polvorosas, impresionante abrigo de gran tamaño usado desde siglos por pastores y ganados, siendo además un excelente observatorio de aves; Disfrutamos de nuevo del panorama y se hicieron incontables fotos.
Llegado a estos lugares, me gusta recordar con respeto la figura de aquellos pastores, gente sufrida como nadie, echados al monte ya de niños a soportar sin festivos todo lo que llegara, pedriscos, solanas, hielos, lluvias y tronadas sin fin, todo con escasas ropas pero de soledades llenos; Lo que daría por recuperar las imágenes que poblaron sus ojos por ésos montes y admirar su sabiduría para guiar y curar al ganao, así como adiestrar y mandar a los perros, todo para dormir meses en el monte o volver tarde cada día al pueblo, donde solían ser poco reconocidos si no menospreciados; Yo los veo como titanes inalcanzables para la acomodada vida que hoy disfrutamos; Mi recuerdo más admirado.
Después de la visita a la cueva, retomamos la senda que baja por la margen izquierda del Formiga, admirando el precioso cauce con sus pozas, rápidos y saltos, todo mientras la senda se viste de un hermoso bosque de pinos y monte bajo, hasta que llegamos al aparcamiento del Formiga; Este es el punto donde los barranquistas inician y terminan las bajadas del popular barranco y donde hicimos un alto para descansar y despedirnos del río.
Estábamos terminando la ruta, pero aun faltaba el último empujón, así que tomamos la senda que desde el aparcamiento sube hasta el camping de Panzano bordeando la carretera, mientras contemplábamos a nuestra izquierda, vistas de Santa Cilia de Panzano, el Tozal de Cubillas, Cabezo de Guara y Bastarás, acompañados en el tramo final por una margen de oliveras centenarias que bordeaban el camino como despedida.
Terminamos pues la andada en el camping de Panzano, un gran día, allí nos recogió el bus y nos llevó hasta Angüés, donde teníamos reservado el comedor para todos y una buena comida a la que le hicimos los honores en buena armonía.
Así tras unas 5:15 horas de andar, 9,2 km. y +277 / -294 m., terminamos la jornada, contentos por el buen sol, las preciosas vistas, barrancos y bosques disfrutados; Deseando ventura para todos, os esperamos en la próxima jornada.
Peña Guara
Javier Albás Garzo