9 de junio de 2024
Jornada primaveral por las cascadas del Boom.
Unas previsiones meteorológicas desalentadoras y la jornada electoral fueron factores que influyeron en que el número de senderista del pasado domingo día nueve bajara de forma acusada con respecto al de otras jornadas.
Con algunas nubes pero dominio de cielo azul nos recibió la estación de esquí del Ampríu cuando a las nueve y media comenzábamos a caminar por la pista que sube al valle de Ardonés. Pronto penetramos en el atractivo pinar del Ubago y al llegar al puente sobre el barranco nos detuvimos a almorzar.
La pista continua su suave ascenso ahora ya sin arbolado pero es un auténtico anfiteatro que muestra unas panorámicas extraordinarias hacia el collado de Sahún, el pueblo y pantano de Eriste, la zona de los Posets, aun cuando sus cumbres más altas estaban tapadas por las nubes, y muy cerca Gallinero y el pico de Cerler. Así, sin darnos cuenta, llegamos al sencillo refugio pastoril de Ardonés.
Junto al abrevadero hay un claro indicio de senda que deberemos de seguir y en el pronunciado y largo descenso iremos controlando los rastros de la senda que a veces se difuminará entre las altas hierbas o se encharcará en manantiales que fluyen por la ladera. Sin riesgo, pero con atención, llegaremos a localizar un sendero más definido que nos llevará a cruzar sin dificultades el barranco de la Mascarada y continuar por una aérea senda hasta cruzar la Pala Lorruegos y ver, muy por debajo nuestro, el profundo embudo que ha excavado el barranco y la cascada de Ardonés. Un paisaje de ensueño enmarcado en lo alto por la Serreta Negra, Roques Trencadas y la zona del pico de Castanesa.
El pedregoso camino bordea la profunda angostura y salvo que se quiera descender a la brava, a campo través por fuertes pendientes herbosas, nos lleva en dirección a Cerler para realizar un viraje de 180º y ya por una cómoda senda devolvernos al Rincón de las Cascadas del Boom.
La senda cruza por dos puentes metálicos los primeros barrancos (ambos los habíamos cruzado sin puentes en su curso alto) y nos deja frente a la imponente, espectacular y grandiosa cascada del Boom o Ardonés con su nube de agua. Con impermeable y sin entretenerse se cruza el puente, se pega uno la duchita y a plasmar el recuerdo con múltiples fotos. El domingo se pasaba bastante bien, hace un mes estaba problemática cruzarla. Si hay nieve o hielo es una temeridad. En verano una delicia.
La colgada senda continúa por la otra orilla del tumultuoso barranco, pasa junto a una defensa anti aludes y termina en una pista. Por la orilla izquierda prosigue la senda y por una palanca lo cruza antes de que se una el que baja del Ampríu. El camino hacia Cerler está delimitado por los aterrazamientos de lo que fueron campos de cultivo a nuestra izquierda y por laderas, antiguas morrenas glaciares, de tierras descompuestas y fuertemente erosionadas que terminan en el barranco Remascaro cuyo cauce presenta numerosas obras para prevención de riadas antes de entrar en el pueblo de Cerler.
El bus nos trasladó a comer a la Escuela de Montaña de Benásque donde nos atendieron rápido y muy bien y así a las seis de la tarde estábamos en Huesca.
El recorrido de 10 Km., con un desnivel de subida de 100 m.; 400 m. de descenso; lo realizamos en un tiempo neto de 3:30 h.
El domingo día 16, Turismo por el Alto Aragón realizará una travesía por el Valle de Pineta. Durante el trayecto nos acompañará Anchel Belmonte, geólogo coordinador del Geoparque del Sobrarbe de la Unesco que nos explicará sobre el terreno: “El cómo y el por qué de la belleza de esos incomparables paisajes“.
Alfredo Zazo