Domingo 01 de octubre
HOZ DE JACA – PISTA – VALLE DE LA RIBERETA – COLLADO DE BOZUELO – IBONES DE ASNOS Y SABOCOS – BARRANCO DE TRAVENOSA – PANTICOSA
En la presente travesía, que ha tenido lugar entre las poblaciones de Hoz de Jaca y Panticosa, hemos recorrido lugares muy poco frecuentados que nos han permitido contemplar increíbles vistas del Valle de Tena así como de las sierras Partacua y Tendeñera.
Partiendo del mirador de Hoz de Jaca, desde donde pudimos apreciar la impresionante vista del entorno del embalse de Bubal, atravesamos el pueblo para ascender a continuación por un fresco y bonito sendero rodeado de espesa vegetación, y que estaba señalizado en la tablilla como «Ibones».
Después de cruzar varias veces la pista que lleva a la estación de esquí de Panticosa y de caminar un par de kilómetros por la misma, nos dispusimos a almorzar mientras contemplábamos la panorámica de la Sierra de la Partacua, así como de los pueblos situados a la orilla del embalse de Bubal (Piedrafita, Tramacastilla, Sandiniés, Escarrilla…).
Abandonamos la pista para introducirnos en el colgado, herboso y solitario valle de la Ribereta (o Coronazo, o Estatiecho). Ascendimos por el mismo hasta alcanzar el collado de Bozuelo. Bonitas vistas del entorno: Ibón de los Asnos, agrestes paredes de Peña Blanca y Peña Roya, pico Sabocos y sierra de Tendeñera, pico del Verde… Hacia el norte se situaba la punta del Mandilar, a donde ascendieron varios integrantes del grupo, que aún iban sobrados de fuerzas.
Descendimos hacia el ibón de los Asnos y seguidamente hacia el de Sabocos. Buen momento para comer y efectuar un merecido descanso. Refrescante baño de pies en el ibón y algún que otro chapuzón.
A partir de aquí iniciamos el descenso hacia el agreste barranco de Travenosa. La senda tenía tramos pedregosos por lo que hubo que caminar despacio y con cautela. Más adelante, acercándonos al barranco, la senda se hace mucho más cómoda atravesando agradables laderas de prados flanqueados por bojes, pinos y servales. El tramo final paralelo al río Bolática, por el interior de un tupido bosque, nos condujo hasta el turístico pueblo de Panticosa.