27 de Octubre de 2019
Travesía transfronteriza – Siguiendo las huellas de Camille
El domingo 27 de octubre, 42 senderistas nos dábamos cita a las seis de la mañana en Huesca para realizar la travesía desde Linza a Lescun. El madrugón se debía a dos razones: por un lado el largo desplazamiento hasta Linza, punto de inicio de la misma y por otro el cambio de hora para adaptarnos al horario de invierno. La ruta prevista es una de las etapas de la travesía circular La Senda de Camille, aunque nosotros íbamos a realizarla en el sentido contrario al que se lleva a cabo habitualmente. Camille era el nombre del último oso pirenaico que vivió en la cordillera y que pasó su vida entre el valle francés del Bearn, el valle navarro de Roncal y los valles de Ansó y Hecho en Aragón.
A las ocho y media de la mañana llegábamos a Linza. La mañana estaba fresca, aunque el cielo despejado hacía prever un buen día de montaña. En el aparcamiento situado frente al refugio de Linza cogemos el sendero adaptado que se adentra en un bosque de hayas vestido con los colores del otoño. Recorremos este sendero durante unos cientos de metros para salir a una pista que desemboca en un claro del bosque. Desde este punto, de nuevo por senda, vamos ascendiendo por zona boscosa hasta que llegamos a un claro. En este punto, antes de iniciar una fuerte subida, hacemos un alto en nuestro camino para almorzar. Tras el almuerzo reiniciamos la marcha, subiendo un fuerte repecho que nos sitúa en una ladera pedregosa por la que vamos ascendiendo a media altura. Nos adentramos en el paraje de las Foyas del Ingeniero, un mundo kárstico, sin apenas vegetación, y en el que numerosas dolinas flanquean la senda por la que vamos subiendo.
Al mediodía llegamos al collado de Petrechema, situado a 2084 metros de altitud y que es el punto más elevado de la travesía de hoy. A partir de este amplio collado, situado entre los picos de Petrechema y Sobarcal, iniciamos un largo descenso, ya por territorio francés. En el primer tramo del descenso, presidido por las agujas de Ansabère, la pendiente es bastante acusada y con numerosas piedras sueltas, lo que nos obliga a extremar las precauciones. Llegamos a las cabañas de Ansabère y en este punto hacemos una larga parada para comer. A partir de este punto cambia totalmente el terreno sobre el que pisamos, que se hace mucho más amable.
Tras la comida reiniciamos la bajada, ya por terreno menos comprometido, y nos adentramos en un precioso bosque de hayas. Cuesta distinguir la senda ya que está totalmente cubierta de hojas. Llegados a un claro, seguimos por una pista, llegamos al puente de Lamary y continuamos por pista asfaltada hasta llegar al puente de Lamareich. El valle se va abriendo y disfrutamos de vistas incomparables del circo de Lescun, con el imponente pico Billare presidiéndolo. A partir de este punto, y por pista asfaltada, todavía nos quedan unos tres kilómetros de recorrido por zona rural en la que hay numerosas casas y bordas diseminadas por los prados. Las pistas asfaltadas que comunican estas edificaciones con el mundo exterior dificultan en algún momento la orientación pero finalmente, y pasadas las cinco de la tarde, llegamos a las puertas del camping Lauzart, situado en las inmediaciones de Lescun y donde nos estaba esperando el autobús.
La próxima salida del programa se llevará a cabo el 10 de noviembre, coincidiendo con la llamada a las urnas, y en ella llevaremos a cabo un recorrido que nos permitirá disfrutar, entre otras cosas, del maravilloso bosque de Betato y del arco geológico de Piedrafita.