Otro hito alcanzado y superado
Tras dormir en el refugio de Llauset a la Tuca de Vallibierna de 3.056 m
A principios del pasado año el programa de senderismo Turismo por el Alto Aragón alcanzó las 400 travesías y para este año nos propusimos conseguir el objetivo de ascender a un pico de más de 3.000 m. y el pasado domingo día ocho de septiembre, lo conseguimos. Pero vamos por partes.
A las tres de la tarde del sábado, 55 senderistas subíamos a los autobuses para tras pasar por Benabarre seguir la carretera que sube al embalse de Escales y Pont de Suert y desviarnos en el pueblo de Aneto, accedíamos al embalse de Llauset. Esta larga pista, con tramos asfaltados, en otros algo deteriorada pero accesible para turismos, asciende de forma continua para superar los casi 900 m. de desnivel entre el pueblo y el ibón. Tras cruzar un lúgubre y largo túnel se accede a un amplio aparcamiento que estaba prácticamente lleno.
De aquí parten varios itinerarios senderistas y nosotros tomamos el que tiene como destino el refugio de Cap de Llauset. La senda parte de la presa y discurre paralela a la orilla del embalse. Atraviesa algunas pedreras y un trecho de lajas de piedra que tiene una sirga para asegurarse y cruzado un barranco por un puente de hierro comienza un fuerte ascenso hasta llegar al ibón de Botornás. En ocasiones por laderas herbosas, en otras por pedrizas, se llega a la cola del ibón desde donde ya se ve el refugio. En total hemos salvado casi 400 m. de desnivel acumulado en hora y media.
Los dos modernos edificios que conforman el refugio, uno de ellos inaugurado el año pasado, se montaron como un mecano pues sólo hubo que ensamblar in situ los módulos prefabricados construidos con materiales muy aislantes para hacerlo confortable con el menor gasto energético. Las habitaciones son de seis plazas y disponen de cuarto de aseo y ducha con agua caliente. En esto de los refugios de montaña las mejoras por comparación con años pasados son notabilísimas. En resumen, un refugio y un entorno que vale la pena visitar.
A las seis y media se tocó diana y tras almorzar emprendimos, siguiendo a Juanma que no sé por donde apareció, el recorrido hacia nuestra ambicionada meta: la Tuca de Vallibierna con sus 3.056 m. de altitud. En principio la ruta sigue las marcas rojas y blancas de la GR-11, que se dirige al Plan de Senarta en el valle de Benasque, pero pronto las dejamos a la derecha para por entre grandes bloques de granito acceder sin dificultad a la Coma de los ibones de Arnau. El primero está casi colmatado, el segundo es una bonita postal pero el tercero, más grande, profundo, de aguas azuladas y con cierto oleaje, que tiene como fondo la piramidal forma de la Tuca es, sencillamente, para enmarcar. Superando los repechos que separan tan magníficos ibones y paisajes, el ibón Chelau lo dejamos a la derecha, nos paramos a almorzar y gozar de la impresionante vista de la cara sur del Aneto y del espléndido tiempo que nos regaló el día.
Los 300 m. de desnivel que aún tenemos que superar presentan un paisaje tricolor. Primero atravesando una zona granítica de bloques medianos, luego una zona de terreno rojizo conformado por esquistos pizarrosos y para final la cresta blanquecina de la Tuca de Vallibierna. Siguiendo hitos, rastros de senderos y buscando el camino más fácil llegamos a la base del pico. Ahora todo es más sencillo ya que una senda con fuerte pendiente pero buen piso nos pone en la antecima (3.038 m) también llamada Roques Blanques. Llegar al pico supone seguir el aéreo y atractivo cordal calizo con algún paso un tanto delicado.
La panorámica es impresionante pues nos presenta hacia el norte toda la cara sur del macizo de las Maladetas, bajo nuestros pies el profundo tajo del valle de Vallibierna que contrasta con la verde suavidad que por el oeste se desliza hacia el valle del Isábena. Los expertos montañeros contaban y nombraban hasta más de cincuenta picos por encima de los 3000 m. y hacia el sur ¡¡nuestro pico de Guara también era visible!!
Desandando el camino llegábamos a la una y media al refugio de Cap de Llauset donde comimos y la organización de la Peña nos obsequió con un llavero como recuerdo de tan magnífica jornada para luego emprender el regreso hasta el aparcamiento donde nos esperaban los autobuses. Allí llegaba, a las cinco y media de la tarde cerrando la marcha nuestro presidente que quiso acompañarnos en la celebración.
El recorrido de este día llegó a los 10 km. con un desnivel acumulado de subida de 800m. y 1.050 m. de descenso.
Para el próximo domingo día 15 los compañeros de Rutas nos han preparado un fácil paseo por el valle de Bujaruelo para terminar en el Puente de los Navarros.