CABAÑA DE SOQUES-IBON DE ARRIUS-COLLADO LA SOBA-LA SARRA
Senderismo de altura con tiempo excelente
Desde la cabaña de Soqués en Francia a La Sarra por el collado de Soba.
A las siete de la mañana partíamos el pasado domingo cuarenta y cuatro senderistas para realizar nuestra travesía dominical. Cruzado el Portalet, tras unos seis km. por la vertiente francesa, hay dos amplios aparcamientos a ambos lados de la carretera del que parten varias sendas de montaña. Allí nos dejó el autobús junto a un poste indicativo que señala el camino a seguir para acceder al collado d’Arrious y al Refugio de Arremoulit. Eran las nueve menos cuarto.
La senda se interna en un espeso hayedo y con muchas lazadas va superando el apreciable desnivel hasta que sale a una pradera alpina desde la que se ve un larguísimo valle encajonado entre paredones rocosos. La senda va ganando altura entre la tasca, siempre con buen piso, y alterna cortos pero duros repechos con falsos llanos que suponen un descanso. Hacia la mitad del valle se encuentra, cobijado bajo una gran piedra, un refugio donde pensábamos almorzar pero como todavía no daba el sol, preferimos hacerlo un poco más arriba en un vallecito colgado con una inmejorable vista hacia el oeste. La mole del Middi presidia todo el amplio panorama.
El valle se estrecha un poco más entre los paredones del Lurien y los que conforman la arista fronteriza de Soba y tras salvar un contrafuerte rocoso llegamos al collado d’Arrious y a su encantador ibón. Es preciso subir un poco más por la senda que se dirige al refugio de Arremoulit para gozar de una extraordinaria visión. Al fondo el embalse de Artouste y junto a su presa la estación donde llega el trenecito, más a la derecha el altivo Palas y el macizo del Balaitus o pico Moros y aguzando la mirada se adivina el famoso y equipado paso de Orteig que cruza la muralla pétrea por una estrecha senda labrada en la roca.
Para proseguir hemos de regresar al ibón y tomar una senda que lo deja a la izquierda y va ascendiendo con suavidad por praderas y algún tramo rocoso, siempre con buen piso, para ir remontando por la ladera el profundo barranco que cruzaremos en su parte alta para acceder sin dificultades al collado de la Soba (2500 m) y fotografiar la “muga 311” que nos confirma que ya estamos en España.
Tras un largo descanso que nos permitió contemplar con detenimiento un amplio panorama con el embalse de la Sarra al fondo, punto final de la travesía, y a lo lejos el seco pantano de Lanuza, destacando especialmente el piramidal pico de Arriel, bajo el cual estábamos, con las abruptas paredes de su cara oeste. Comenzamos el todavía largo trecho que teníamos por delante siempre por laderas herbosas y senda poco definida, en algunos trechos, en los que se alternaban suaves descensos con fuertes pendientes cuando teníamos que salvar los escarpes rocosos que a modo de enormes escalones conforman el valle de Soba, eso sí con bastantes paradas para reagruparnos y de paso dar descanso a las rodillas. En el último rellano, antes de entrar en el bosque, y a orillas del riachuelo nos paramos a comer soportando el acusado calor en ocasiones suavizado por algunas ráfagas de viento.
La senda se introduce en el bosque por la orilla del barranco por lo que desciende con rapidez y está jalonada por enormes hayas que luego dejan su espacio a un bosque de abedules que en muchos sectores han sido arrancados de cuajo y amontonados por la fuerza de un alud. Semejante quebranto produce cierto desconsuelo pero la montaña es así y así hay que aceptarla.
Cuando llegamos a conectar con la senda que baja del Respomuso el camino se hace más llevadero y se puede caminar con más rapidez para presentarnos en el embalse de la Sarra a las cinco y media de la tarde.
Los navegadores de montaña indicaban que habíamos recorrido casi 16 km., salvando un desnivel de mil cien metros en un tiempo neto de caminar de seis horas.
El próximo domingo día 8 de octubre el programa de Rutas por la Provincia tiene preparada su caminata por la zona de Zuriza en el valle de Ansó.
