Bajo los colosales paredones de Peña Montañesa
Desde Laspuña, pasando por Oncins terminamos con fiesta en Torrelisa
El pasado domingo día siete los autobuses nos dejaban a setenta senderistas en el aparcamiento del pueblo de Laspuña. El día se presentaba primaveral y como la atmósfera estaba completamente diáfana nos volvieron a cautivar las magníficas vistas pirenaicas, tanto hacia el norte como la esbelta silueta de Peña Montañesa hacia el sur. ¡¡Laspuña es un mirador natural de primer orden!!
Con las mochilas a la espalda iniciamos la PR-138 que entre muretes de piedra y alguna zona encharcada nos llevó a la ermita de San Andrés cobijada bajo un enorme roble. El camino prosigue hasta encontrarse con la carretera que sube a Ceresa.
Antes de entrar en las primeras casas del pueblo tomamos una pista que parte a la derecha en moderado ascenso. Para eliminar las muchas lazadas que realiza fuimos tomando algunos atajos entre pinares, que en muchos lugares estaban castigadísimos por la procesionaria. Con unas preciosas vista y a ambos lados de la pista decidimos almorzar ya que llevábamos caminando algo más de hora y media y el cuerpo lo pedía. En la siguiente bifurcación que encontramos, dejamos la pista que sube a la Collada de Ceresa y tomaos el camino que se dirige al Tozal de los Pozos al que se llega en unos diez minutos.
Un indicador nos señala a la izquierda el camino que lleva a Oncins, por el que luego continuaremos, pero subiendo un poco más se llega a un grupo de antenas, divisable desde muchos puntos de esta zona del río Cinca y que nos ofrece un auténtico panorama del cordal pirenaico destacando en medio la zona de las Tres Sorores y Castillo Mayor y numerosos pueblos como Puértolas, Tella, Ainsa, etc.
Tras las fotos y un merecido descanso iniciamos el descenso por un cómodo camino (PR-139) que serpentea pegado a los murallones que conforman la base de Peña Montañesa con unas buenas panorámicas hacia el sur donde se aprecia sobre todo el embalse de Mediano y los pinares de la sierra de Araguás.
En nuestro tranquilo descenso una senda sale a nuestra derecha con el indicador de “apto para bicicletas”. Es el camino que seguían los naturales de Torrelisa, Araguás y San Lorien para acceder con su ganado a los pastos que les correspondían en la Valle, al otro lado de la Collada de Ceresa. Nosotros proseguimos para en poco más de media hora entrar en Oncins situado muy cerca del Monasterio de San Vitorian. Eran casi las dos de la tarde.
La ladera meridional de Sierra Ferrera que venimos recorriendo desde el Tozal de los Pozos nos presenta variados ecosistemas y paisajes producto de una utilización tradicional por parte del hombre y ello se pone más de manifiesto en el camino que baja a Torrelisa con amplios bosques de carrascas y quejigos y algunos tapiales de piedra seca que se conservan en perfecto estado lo que demuestra de forma clara la gran capacidad de trabajo de las personas de la zona.
Ya sabíamos que nos esperaban en el pueblo, que podíamos contar con abundante brasa para prepararnos la comida pero el recibimiento sobrepasó todo lo imaginable. El alcalde del Pueyo de Araguás, Jesús Buetas, y algunos vecinos habían colocado bancos y mesas y tras comer nos obsequiaron con música, melocotón con vino y café. Gracias Sr. Alcalde y vecinos de Torrelisa, ni olvidaremos el pueblo ni el magnífico recibimiento que nos dispensaron. Por otra parte el pueblo une a sus bien remozados caserones unas espléndidas vistas a los paredones de Ferrera y a lo lejos al Macizo de Monte Perdido.
La travesía de casi quince kilómetros salvó un desnivel de 670 m que recorrimos en algo más de cuatro horas.
El próximo domingo día catorce Rutas por la Provincia subirá desde Canfranc a la Majada de Gabardito para bajar a comer a Villanúa.