“Después de la tempestad llega la calma”
El domingo pasado, domingo de Ramos, la sección de TAA recorrimos parte del Camino Natural del Somontano que enlaza las poblaciones de Las Almunias de Rodellar y Radiquero.
Cuando nos acostamos el sábado, después de oir semejante trueno y quedarnos sin luz, la mayoría de los que estábamos apuntados a la excursión pensamos que no íbamos a poder realizarla, de todos modos a las 8:00 horas del domingo en el punto de partida fuimos llegando los mas optimistas, otros optaron por quedarse en la cama. Nos subimos al autobús con un cielo encapotado y todas las conversaciones giraban en torno a cuantas paginas web habíamos visitado en busca de un buen pronostico meteorológico. En poco más de una hora llegamos a Las Almunias de rodellar, mientras nos calzamos las botas los pesimistas cargan los paraguas en las mochilas y otros, los optimistas, deciden dejarlo en el autobús, acertarán estos últimos.
Son las 9:30 y arrancamos la excursión caminando por la carretera, enseguida cogemos la senda que esta inundada por el pequeño barranco que discurre paralelo a ella y que no puede recoger toda el agua que lleva, 30 minutos después llegamos al Collado de las Almunias. En este lugar decidimos almorzar por si las “cosas” se ponen peor, media hora después iniciamos el descenso por un pinar hasta encontrarnos con el río Balced, donde cruzaremos por el “Tranco de las Olas”, la plancha que hace de puente queda apenas a dos palmos del agua que baja con una tremenda furia. Seguimos caminando junto al barranco y al cabo de un rato lo abandonamos para continuar por superficies desnudas y con fuerte pendiente, es curioso pero a pesar de la cantidad de agua caída apenas encontramos barro, señal de cómo empapa la Sierra el agua caída.
Siguiendo nuestro camino atravesaremos el angosto barranco de Cautiecho por el nuevo puente de las Brujas. El recorrido continúa protegido por un bosque de Encinas, Enebros, Sabinas y Madroños que es una preciosidad, de vez en cuando nos asomamos a improvisados miradores que nos brindan unas maravillosas vistas del Somontano y del Tozal de Guara.
Son la casi la una del mediodía y en nuestro discurrir alcanzamos un mirador situado enfrente de la zona conocida como Las Palomeras, un terreno calizo fuertemente erosionado y puesto a la luz por la acción del agua. Por cierto el cielo cada vez tiene más claros y la amenaza de lluvia se antoja más lejana.
Continuamos nuestra ruta hasta alcanzar un lugar llamado Corral Nuevo, hace ya un rato que divisamos la Ermita de la Virgen de la Viña, nos parece que esta muy cerca, pero como la senda serpentea por los barrancos, que por cierto bajan cargaditos de agua y para cruzarlos hay que dar buenos brincos, tardamos una hora en llegar a la citada Ermita. Aquí hay un área recreativa y decidimos parar a comer.
Son las 3:00 de la tarde, por la zona del Tozal de Guara observamos la cortina de agua que esta cayendo, como ya hemos repuesto fuerzas con los mas variados manjares, iniciamos el descenso hasta Radiquero por una senda, que tras cruzar a base de equilibrios y “pinganetas” los barrancos de las Abellaneras y Mondobil, nos lleva de nuevo a el Camino Natural por el que continuamos caminando, por cierto bajo un sol espléndido, por tierras de cultivo, olivares y almendreras, hasta alcanzar nuestra meta en Radiquero, son las 4:30 de la tarde y los navegadores nos indican 5:15 horas netas caminando, la distancia recorrida 16,200.- Km y el desnivel superado, 675.- m. de ascenso y 745.- m. de descenso.
