Travesía 342 – Canal Roya

Un día más veraniego que otoñal

Desde el valle alto del Gállego al del Aragón pasando por los ibones de Anayet

Cuando se diseña el programa anual de actividades de senderismo las travesías del mes de octubre se presuponen lluviosas, ventosas o con niebla pero la del domingo pasado más era veraniega que otra cosa. ¡Qué el buen tiempo nos siga acompañando!. A las siete y media de la mañana cuarenta y ocho senderistas partíamos rumbo al Corral de la Mulas, último desvío a la izquierda unos tres kilómetros antes de llegar al puerto del Portalet, para iniciar una larga travesía por los valles altos de Sallent de Gállego y Canfranc. El primer tramo coincide con la carretera asfaltada que lleva a las pistas de esquí de Anayet y por las todavía cerradas instalaciones pasábamos antes de las diez. Se dejan las pistas a la izquierda y siguiendo la insegura senda, porque los abundantes manantiales en la ladera provocan desprendimientos y corrimientos del terreno, nos introduciremos en el valle que surge a nuestra derecha tras atravesar el barranco de Culibillas. Siempre pegados al barranco que desciende por pequeñas terrazas, lo que conlleva momentos de dulce y plácido  caminar con cortos pero fuertes repechos, llegamos casi a la base del circo que cierra el valle y sirve de sostén al llano superior (mallata) de Anayet. Un buen lugar para almorzar, contemplar el paisaje que dejábamos a la espalda,  aligerarnos de ropa pues comenzaba a hacer calor y advertir la gran cosecha de arándanos  que teníamos a nuestros pies. De nuevo con las mochilas a la espalda se nos presentan delante unos enormes paredones rocosos por uno de cuyos laterales  desciende una  escorrentía de agua que resbala por la roca y uno imagina la belleza de lugar cuando en lugar del escaso caudal de agua que ahora baja, sea el fuerte caudal que a finales de primavera y principios de verano desaguará por allí unos de los ibones de Anayet. La fuerte pendiente se salva a base de numerosas lazadas y en unos de los giros la punta de una grandiosa y grisácea cumbre va a apareciendo: el Anayet. La zona lacustre de los ibones de Anayet es un lugar para enmarcar. La mallata son los restos de una caldera volcánica de la que sólo queda el altivo pico y está rodeada por la cresta de las  Arroyeras y el rojizo Vértice de Anayet al oeste, el majestuoso mazacote de roca que es el pitón de Anayet al norte y las azuladas aguas de unos de los tres ibones de la zona, por encima de las cuales sobre sale, allá a lo lejos, la siempre reconocible  figura del otro gigante volcánico de la zona: el Midi d’Ossau. Bordeando el ibón, que queda a nuestra derecha, por terreno herboso y en tramos encharcado se llega en pocos minutos a contemplar otro de los lugares emblemáticos del Pirineo: la Rinconada de la Canal Roya. El amplio, largo y profundo valle es de origen glaciar y lo recorreremos hasta que el barranco entregue sus aguas al río Aragón  en las inmediaciones de Rioseta. Ahora deberemos salvar los trescientos metros de desnivel hasta llegar a las praderas que se ven muy por debajo nuestro. La senda con abundantes lazadas alterna terrenos muy pedregosos, cuando se acerca a las fuertes cortaduras de las paredes norte del pico de Anayet, con terreno más blando y cómodo al alejarse de ellas. Salva varías escorrentías de agua pero sin dificultades se alcanzan los restos morrénicos del fondo donde ya dominan los verdes pastizales que durante más de dos horas iremos recorriendo siguiendo las marcas rojas y blancas del sendero. El valle describe un gran arco y se camina con comodidad junto al barranco salvando los abundantes manantiales que descienden de la sierra de As Negras, unas veces en pequeños barrancos y otras por turberas y zonas encharcadas. A mitad de recorrido, cuando ya a lo lejos  se ven las antenas y mástiles que coronan el pico de La Raca o enfrente el macizo del Aspe, se llega al refugio de Lacuart o de la Canal Roya. Tras una breve parada se decide que iremos a comer al área recreativa que hay al final del valle y la verdad es que este tramo, tanto por ser terreno más irregular, el clásico rompepiernas, como por el calor se hizo un poco pesado. Aprovechamos la magnífica fuente del Cerezo para refrescarnos y sobre las tres y media tomábamos asiento, unos en mesa y bajo techo, otros entre los pinos y un grupo que se preparó su conejo con robellones dejando bien patente que si hace pocos días no nos reconocieron un merecido título gastronómico, nos lo merecemos como el que más. La lectura de los navegadores de montaña señalaban que durante la caminata habíamos salvado un desnivel de subida de 650 m., de 920 m de bajada, en un recorrido de casi 18 Km., invirtiendo 5:30h netas en caminar y  7:50 h desde que bajamos del autobús en el Corral de las Mulas. El próximo domingo día 26 la sección de Rutas efectuará la travesía desde Candanchú a la localidad francesa de Forges d’Abel para luego comer en el refugio de Sargantana en el pueblo de Canfranc. Esperamos disfrutar con los colores otoñales de los hayedos que cruzaremos.

 

Canal Roya marcada