Travesía 216 – Surgencia de Rigüelo – Dolmen – Llanos de Napazal

Praderas y arroyos en el valle de Aísa

El grupo disfrutó de unos bellos paisajes y despide sus excursiones hasta septiembre

P. A.

Domingo 09 de junio

Llegan los meses de calor y con la salida del pasado domingo este grupo senderista cierra la primera parte de su programa anual. Para esta ocasión se organizó una marcha por el valle de Aísa, una zona llena de atractivos para visitar en estas fechas. Dispuestos a disfrutar de la jornada montañera nos reunimos medio centenar de caminantes en el lugar acostumbrado.

A las 7´30 de la mañana los autobuses, guiados en esta ocasión por los amigos Alejandro y Benito, emprendieron la marcha en dirección a Jaca y desde allí recorrer la carretera que discurre por la solana del río Aragón y se dirige a Aísa tras pasar por Banaguás, Nevés y Esposa. Una fuerte tormenta entre estas poblaciones nos hizo temer por el buen desarrollo de la excursión.

Pasamos la población de Aísa para dirigirnos por una pista asfaltada hasta que unas puertas metálicas nos impiden continuar. Justo en ese momento el tiempo cambió y quedó una espléndida mañana para caminar. Nos encontramos en el aparcamiento de La Cleta (1.490 m.s.n.m.), un lugar apropiado para saborear el frescor de la naturaleza, con un verde intenso en todo el valle si dirigimos la vista hacia el sur.

En marcha, avanzamos unos metros por una cuesta con capa de cemento hasta alcanzar un llano desde el que contemplamos una preciosa visión de multitud de altas cumbres que nos van a acompañar a lo largo del recorrido.

Cruzamos el arroyo por donde nos indican unas señalizaciones verticales y seguimos en ascenso por una ladera hasta la bifurcación que nos indica el camino a seguir hacia la surgencia de Rigüelo o El Chorrotal, a la que llegamos en unos minutos. Enfrente tenemos el impresionante conjunto rocoso de los Lecherines, con sus esbeltas formas. En el entorno del manantial de las aguas que se transforman aguas abajo en el río Estarrún nos detenemos un buen rato para tomar el bocadillo y hacer unas fotos del idílico lugar.

Retornamos unos metros tomando una senda para ganar altura hasta unas marcas de madera y giramos a la derecha para seguir el ascenso. Hay que salvar un notable desnivel que aprovechamos para contemplar una hilera de picos entre los que se encuentran el Aspe, Llana del Bozo y Llana de la Garganta.

Tras la ascensión hacemos un giro a la izquierda haciendo caso de unas indicaciones direccionales que marcan Collado del Bozo y Circo de Igüer. Este cambio de vertiente nos permite avanzar por una estrecha senda hacia los llanos de Napazal o Igüer, lugar atravesado por el barranco del mismo nombre que cierra de forma espectacular en forma de circo el fondo superior del valle. Un momento para recordar la excursión de “Rutas” llevada a efecto no hace mucho siguiendo la larga y pendiente ascensión hacia el collado del Bozo desde el refugio de Lizara.

En un cruce de senderos decidimos la opción de bajar hacia el valle o completar la excursión con la ascensión al plano de Izagra. Los que eligen la segunda opción emprendieron la subida por una pendiente hasta llegar a una inmensa plataforma de piedra caliza, precioso mirador de todo el valle; desde aquí nos acercamos al dolmen denominado Cubilar del Barranco 1 (1.834 m.). Junto a él recordamos la utilidad de estas construcciones prehistóricas. También disfrutamos de la excepcional panorámica que tenemos desde este lugar.

Regresamos unos metros hasta la señalización que indica Refugio de La Cleta. Un fuerte pero cómodo descenso por una ladera cubierta de flores hasta alcanzar la cabecera del barranco. Por la orilla derecha de la corriente avanzamos por la inmensa pradera hasta llegar a la confluencia con el barranco Estarrún observando unas gradas por las que salta el agua del deshielo y pasamos por el refugio de Saleras (1.575 m.). Pasamos junto a él y enlazamos con la pista por la que comenzamos la marcha. En unos minutos pasamos de nuevo las puertas metálicas y finalizamos el recorrido tras andar unos 10 kilómetros durante 4 horas.

En 20 minutos con los autobuses llegamos a Aísa; en el Restaurante Valle de Aísa nos esperan Moncho y su equipo que nos han preparado una comida muy buena y un trato familiar. Tras la comida una rápida visita a la localidad para observar la arquitectura y la compleja configuración del casco urbano.

Aún nos queda culminar la jornada con la visita cultural. Para ello nos dirigimos por la sinuosa carretera hasta Borau para contemplar una de las joyas del románico de la provincia oscense, San Adrián de Sasabe, (1.081 m) que formó parte de uno de los monasterios más importantes de la historia de Aragón. Desde este lugar especial regresamos a Huesca. Reanudaremos la actividad en septiembre para recorrer el valle de Bujaruelo.

 

Mapa Rutas

MENÚ

1º- Vichyssoise de puerros o pastel de setas

2º – Pollo asado o merluza en salsa gratinada

3º.-Helado o fruta

Restaurante Valle de Aísa.

15€