Y Peque Guara volvió al Belén.
Cuando Javier Lázaro puso en marcha esta sección dentro de las actividades deportivas de Peña Guara en el año 2.014, programó en diciembre, una excursión al belén montañero de las gorgas de San Julián. De esta manera los peques cerraban un año de salidas a la naturaleza y daban el arranque a las celebraciones navideñas.
Este año 2.020 la sección era organizada por un nuevo equipo que recogía el testigo de las manos de dos expertos monitores, Antonio Beired y Fernando Grasa. Mantener el elevado nivel de calidad, no es fácil y en una temporada como ésta, es mucho más complicado aún.
Pese a ello, decidimos continuar con nuestro programa e ir al Belén montañero. Por muchos contratiempos, problemas y virus que nos encontremos en nuestra vida, nuestra obligación es seguir viviendo, y a poder ser, disfrutando. De esta manera y con el cumplimiento estricto, respeto y aplicación de todas las normas y recomendaciones de la autoridad sanitaria, pequeguara salía de nuevo al monte.
Una larga e inusual caravana de vehículos particulares llegaba a su destino en la soleada y nada ventosa mañana del domingo 13 de diciembre. El pueblo de Arascués se llenó de la algarabía de los 33 excursionistas mientras salían por el camino de la ermita de la Virgen del Olivar. Tras cruzar con relativo éxito el desagüe del embalse, puesto que algún peque tuvo problemas de humedad excesiva en su ropa. Continuamos por el camino que tras bordear y dejar atrás la urbanización nos deja en el inicio del sendero. Este punto es el sitio elegido para apaciguar los rugidos originados en los estómagos de los peques. Calmadas las fieras proseguimos ahora ya por una senda donde la agradecida naturaleza, aprovechando el escaso tránsito de este año, ha ido recuperando terreno dejando en algunas zonas auténticos y bonitos pasillos de vegetación. Conforme nos vamos adentrando en el cada vez más estrecho valle, la magnitud y exuberancia del lugar aumenta, con el agua que corre por las paredes del barranco, el verdor de las plantas y las aves sobrevolando el escaso cielo que vemos.
Y de esta manera, saltando sobre las piedras que asoman del lecho del río, llegamos a la garganta donde está el Belén montañero de Peña Guara.
A veces me pregunto qué tipo de educación transmitimos. Y es que cuando uno de los organizadores iba sacando de su mochila las velas para decorar el Nacimiento, uno de los peques con un arrebato de entusiasmo gritó : -Papá. ¡¡Han traído dinamita, van a volar el Belén !! ¿Podré encender algún cartucho ?
Tranquilizada la familia del Nazareno tras escuchar semejantes afirmaciones por parte de un nutrido grupo de gente con el rostro cubierto. Procedimos a encender la iluminación y la posterior foto de grupo. Tras lo cual desandamos un trozo de la senda para subir a la ermita de San Julián donde una cortina de agua que se escurría de la pared nos alegró con su murmullo la comida que tomamos allí.
Alegre y relajante ruido del que no se pudo disfrutar ya que los organizadores después de repartir turrones a las familias que allí estaban, presentaron a voz en grito la programación de la Pequeguara para el próximo año. Finalizado este acto, retomamos la marcha por una senda que sale de la ermita con buenas vistas que tras cruzar el caudaloso barranco de Fenez nos deja en la pista de bajada para una vez cruzado el río Venia proseguir por otra pista que bordeando la Meseta de la Corona nos devuelve a Arascués.
Casi seis horas de excursión, unos 11 kilómetros y más de quinientos metros de desnivel acumulado pueden parecer mucho para unos peques cuyas edades van de los 5 a los 9 años. Pero no, para asombro y alegría de los pataslargas, alguien sacó una pelota en llegar a los coches y durante más de una hora, jugaron dos equipos, los que se habían cambiado contra los que aún llevaban barro en botas y pantalones.
Feliz Navidad a todos desde Pequeguara.
Marcos Bielsa Ordás