De nuevo, para dar la bienvenida al verano nos reunimos el pasado fin de semana en el refugio de Peña Guara en Vadiello. Hemos sido más de cincuenta entre niños y adultos los que hemos compartido estos dos días en familia y han sido dos días relajados y sin prisas, de convivencia familiar.
Al mediodía del pasado sábado nos dirigimos un grupo a Vadiello, el resto irían llegando después de comer. Lo primero que hacemos allí es montar las tiendas de campaña, el sol nos castiga y cuando terminamos estamos sudorosos y hambrientos, sacamos la comida que llevamos preparada, los pequeños como siempre tardan poco y se ponen a jugar. Es después de comer cuando van llegando el resto de familias, nos saludamos y montan sus tiendas.
El sol que calienta y las altas temperaturas que sufrimos nos invitan a media tarde a ir hacia el Barranco de Isarre, que remontamos durante unos minutos hasta llegar a una pequeña poza en la que refrescarnos y jugar mientras combatimos los rigores veraniegos. Habiendo un poco de agua el lugar es perfecto para que niños y mayores podamos remojarnos, agua que agradecemos. Más tarde ya en la chopera nos disponemos a merendar mientras los niños no paran de jugar, es increíble la energía que tienen, sobre todo teniendo en cuenta que el calor nos impide hacer cualquier cosa que conlleve un mínimo esfuerzo.
Es al caer la tarde cuando de nuevo nos acercamos al refugio para ir preparando la cena entre todos, mientras que los niños, unos junto a las tiendas, otros junto al refugio, no paran de jugar. Tras la cena, nos relajamos en la calle, algunos contemplando las estrellas, pero todos descansando del calor que hemos sufrido todo el día.
El domingo no tardamos en levantarnos, no necesitamos despertador, amanece muy pronto y la claridad ilumina el interior de las tiendas, así que con más o menos sueño nos disponemos a desayunar y prepararnos para el día. Después de desayunar y aprovechando que ahora hay sombra en la zona de la tiendas de campaña, las desmontamos antes de ponernos en marcha. En esta ocasión en lugar de ir a escalar como otros años, vamos realizar una excursión hasta la Ermita de San Chines.
No es mucha la distancia que hay para llegar desde los carteles en el parquin de Vadiello y salvo una pequeña subida al principio, el recorrido es muy agradable a la sombra del bosque por dónde transcurre la senda. Una vez llegamos, descansamos un poco y regresamos por el mismo camino hasta el río dónde nos bañamos el día anterior. El agua fresca reconforta y de nuevo contemplamos a los niños jugar durante un buen rato, hasta que de vuelta al refugio preparamos la comida.
Una espléndida paella nos sirve de colofón al caluroso fin de semana. Una relajada sobremesa y después entre todos nos disponemos a recoger y limpiar el refugio, con todos los que hemos estado, no han faltado manos y hemos terminado pronto.
Como siempre, un dulce premio y antes de despedirnos nos hacemos la foto de grupo que nos servirá de recuerdo de este fin de semana de acampada de la familia de Peque Guara. De vuelta a casa los niños, agotados, no aguantan despiertos el breve trayecto que nos lleva de vuelta a Huesca.
El adiós sólo es hasta septiembre, cuando retomaremos de nuevo el programa de excursiones tras el parón veraniego. Otro fin de semana de acampada cuyo recuerdo perdurará: buen tiempo, convivencia familiar, contacto con la naturaleza y la sonrisa de los niños cuando los ves disfrutar, no tiene precio.
J.L.
