29/01/2017
DESCUBRIENDO EL ESQUÍ DE FONDO EN SOMPORT
Otro domingo más y de nuevo somos cerca de setenta entre adultos y niños los que madrugando algo más de lo habitual salimos de Huesca rumbo a la estación de Esquí Nórdico de Somport. La excursión de este mes de enero la hemos preparado como una jornada de iniciación al esquí de fondo, jornada que no habría sido posible sin la inestimable colaboración de la Sección de Esquí de Peña Guara y sus voluntarios y de la Estación de Somport.
Aunque la semana previa las previsiones meteorológicas no eran muy halagüeñas, poco a poco fueron mejorando y el día salió espectacular, fresco como corresponde a esta época del año, pero soleado y sin apenas viento, lo que hizo que disfrutásemos mucho la jornada.
Nada más bajar del autobús y tras abrigarnos y almorzar un poco, ya nos están esperando nuestros compañeros del club de la Sección de Esquí y nos ponemos las botas y recogemos los esquís sin demora. Una vez ya pisamos la nieve nos dividimos en grupos, primero por adultos y niños y luego por experiencia en el esquí, con lo que en cinco grupos recibimos nuestras primeras lecciones en este deporte en la zona de iniciación de la estación, para la mayoría su primera experiencia.
En esta ocasión acompaño a los más pequeños sin ninguna experiencia y es admirable el esfuerzo, tesón y pundonor que demostraron a lo largo de la mañana, cómo seguían las instrucciones que nos impartían, la forma en que los más pequeños del grupo se caían y se levantaban sin quejarse y se esforzaban por hacer lo que correspondía en cada momento, incluso pidiendo hacer más.
A lo largo de la mañana, todos excepto el grupo de los más pequeños sin experiencia, van esquiando por las pistas marcadas con mayor o menor éxito y se adentran en el bosque, descubriendo el paisaje blanco que se abre a la vista.
A la una de la tarde damos por concluidas nuestras lecciones y nos despedimos de nuestros monitores de esquí y mientras la mayoría de los pequeños hacen lo que es normal en los niños y más en un entorno como este, jugar en la nieve, otros todavía recorren una pista más antes de ponerse a jugar. Devolvemos los equipos de esquí y cogemos de los autobuses la comida y los trineos (que todo estaba previsto). Hay mucha gente en la estación, pero vamos encontrando sitio para comer al aire libre, y los niños consideran la comida un pequeño trámite que hay que insistir que realicen; poco tardan en comer, porque lo que quieren es jugar, deslizarse por las pendientes nevadas con sus trineos, realizar cuevas en la nieve con sus manos cual expertos zapadores y lanzarse alguna bola de nieve, vamos, lo que esperamos de ellos en un lugar como este.
Cuando se acerca la hora de marchar, cuesta ir recogiendo a los niños, no quieren irse y conseguimos hacernos la foto de grupo de este día antes de cambiarnos de ropa, que los pequeños están todos empapados como si en vez de en la nieve hubieran estado en una piscina. Por supuesto, antes de subir al autobús los niños reclaman el habitual dulce con el que siempre se los premia antes de concluir la excursión.
Ya de vuelta, el sueño se apodera de muchos de los que vamos, se nota el cansancio, que aunque hoy no hemos andado como hacemos habitualmente, el ejercicio del esquí, sobre todo para los no iniciados y el imparable jugar de los niños ha hecho mella en las fuerzas. Tras un viaje tranquilo, ya en Huesca, nos despedimos hasta la próxima excursión.
Ha sido un día completo, nunca la familia de Peque Guara que se había acercado a la nieve y nadie se lo quería perder, nos hemos iniciado en un deporte nuevo para muchos, hemos disfrutado viendo jugar a nuestros hijos en la nieve y como siempre lo hemos pasado genial en familia.
Javier Lázaro
