20/09/2015
RUTA Nº 17
SALINAS DE JACA – FOZ DE SALINAS – SALINAS VIEJO – VILLALANGUA
UN PASEO POR LA SIERRA DE SANTO DOMINGO
Tras el parón veraniego, de nuevo nos ponemos en marcha en peque Guara. En esta ocasión cambiamos el plan previsto en el programa y retomamos una excursión que tuvimos que suspender por la lluvia en el mes de abril. Somos más de cuarenta entre niños y adultos los que a las diez de la mañana del pasado domingo nos subimos al autobús rumbo a Salinas de Jaca.
Lo primero que hacemos nada más llegar es almorzar, cogemos fuerzas para la excursión y nos ponemos en marcha. La primera parte del camino es cuesta arriba, pero como todavía estamos con las fuerzas intactas la subimos fácilmente, además los pequeños tienen un inesperado aliciente, los fósiles que vamos encontrando a nuestros pies sin apenas esfuerzo. Al llegar a un pequeño collado tomamos la amplia pista que ahora baja para buscar el camino que sale de Villalangua y que nos llevará por la Foz de Salinas hasta Salinas Viejo. Esta Foz es uno de los parajes más bellos de la Sierra de Santo Domingo. Para algunos es la primera vez, otros hace años que conocen el lugar, pero a todos nos impresiona el entorno y las grandes paredes de crestas afiladas, lugar desde donde dominan el entorno los buitres que allí anidan.
El camino ahora de nuevo en subida, discurre paralelo al barranco, pronto llegamos a la cascada de la Fuente de la Rata, ahora con poca agua, un bonito lugar que nos entretenemos a contemplar desde el mirador que nos ofrece un antiguo puente medieval y los pequeños a jugar alrededor del mismo, escalando por la cascada.
A partir de aquí la senda continúa subiendo por el bosque y cada vez que volvemos la vista atrás contemplamos las paredes cortadas que enmarcan al fondo las montañas del Pirineo que intentamos identificar. No tardamos en llegar a Salinas Viejo, esta población está abandonada desde los años cincuenta del pasado siglo, aunque anteriormente fue de mucha importancia, ya que durante siglos sus habitantes explotaron pozos de agua salada para la extracción del entonces codiciado elemento, aunque desplazamientos de la ladera y la decadencia del negocio de la sal hicieron que sus habitantes se trasladaran a Salinas de Jaca hacia 1950.
En Salinas Viejo nos adentramos en la semiderruida Iglesia de Santa María Magdalena, del siglo XVI, para contemplar los arcos, paredes y techo que aún se mantienen en pie. Del resto del pueblo apenas se pueden ver algunas paredes destruidas y cubiertas por la vegetación que lo ha invadido todo.
Hoy el día ha salido limpio y despejado, de hecho cuando nos da el sol, hace calor, así que emprendemos ahora el camino de bajada para comer a la sombra en el puente junto a la cascada. De nuevo los pequeños en cuanto han comido continúan jugando por la cascada.
Cuando nos ponemos en marcha después de comer, continuamos por la misma ruta por la que hemos ido por la mañana, a la sombra de quejigos, bojes y acebos. Las paredes de piedra que delimitan los campos enmarcan el camino. Pronto contemplamos al fondo la población de Villalangua, ahora nos dirigimos allí y en poco tiempo llegamos al río Asabón que cruzamos por una pasarela. Una vez en el pueblo nos refrescamos con la fría agua de la fuente y continuamos ahora por una estrecha carretera unos minutos hasta llegar al lugar dónde nos espera el autobús, dónde nos hacemos la obligada foto de recuerdo de este día.
El verano toca a su fin, pero el día ha sido soleado y como no es tarde, decidimos parar en Murillo de Gállego a tomar un refresco y los más pequeños un helado. A pesar de que la ruta de este día ha sido corta y no hemos madrugado, en el autobús a muchos se les cierran los ojos cansados y satisfechos del bonito día que hemos pasado y de los paisajes que hemos contemplado hoy.
J.L.