Nº18 – Naval, barro y sal

CRÓNICA DE PASEANDO POR LA NATURALEZA Nº18

Precioso día para un recorrido tranquilo en un día dedicado a conocer el funcionamiento de la salinas de Naval, más allá de se evapora el agua y queda la sal que todos conocemos.

Lo primero es proveerse de agua salada, el agua de determinados manantiales pasa por minas de sal del subsuelo pues no hay ningún afloramiento de esta en superficie por la zona,  en el caso de la Rolda el agua esta junto a las salinas y hay que sacarla con bombas; en el caso del de Cuesta Monzón, que fuimos a ver el agua salía de una pequeña excavación por una zanja y la captación se hacia de forma que el agua más salada, que se encontraba a mayor profundidad, saliera por medio de un tubo a la balsa de acumulación por medio de una canalización de madera, el agua menos salada directamente se vertía al barranco. Desde la balsa se enviaba el agua  por medio de canalones de madera, hoy solo quedan sus restos, hasta la salina  a través de aproximadamente un kilómetro y medio.

Ya en la salina el agua se extraía del fondo de las balsas, pues el agua dulce se quedaba en la superficie, por medio de los pozancos y de ahí ya pasaba a las eras, donde el sol y el viento contribuían a la evaporación de agua, dejando la “sal acabada”, que había que recoger y guardar, par evitar que la lluvia deshiciera todo el trabajo.

También pudimos ver las salinas de Iruelas ahora el desuso, donde parece que el tiempo se ha detenido y se aprecian mejor la tecnología antigua, los restos de algataras o ceprenes en lugar de bombas para sacar el agua de las balsas.

Completamos el recorrido con la vista a la ermita de Santa Quiteria y la Piedra Pisada con sus restos del “castillo de los moros” y como no vista al alfar de Naval, ya saben:  “Naval, barro y sal”.