El pretendido recorrido de va y ven, ir y volver por el mismo camino, quedo en una estupenda travesía gracias a la amabilidad del conductor del autobús que nos dejo en Bentué de Nocito y nos recogió en la confluencia del bco. de la Pillera con el rio Guatizalema, para sorpresa de los paisanos que picaban en un huerto cercano y vieron al autobús adentrarse por la pista para buscarnos.
Así el recorrido nos permitió adentrarnos en la umbría de Guara y ver sus contrastes de vegetación desde las carrascas con sabinas de la solana de Peñarroya, al pinar de pino negro que hay bajo el Frontal de Guara pasando por el pinar de pino royo y el bosque mixto, destacando la gran diversidad de especies de árboles, de hecho de las veintidós especies prometidas solo nos falto ver el olmo, y los pinos negros nos conformamos con verlos de lejos debido a su ubicación demasiado alta para nuestro recorrido.
Pudimos incluso ver una de las plantas más raras del Pirineo, aunque abundante en la glera de Guara, cuyo nombre científico Cochlearia aragonesis lo tradujimos por cuchareta aragonesa para hacerla más familiar. La gran diversidad de plantas, y lo mucho que se podía comentar de ellas de cómo vivían cada una con sus estrategias particulares para adaptarse al clima del lugar, evitar a los herbívoros o competir entre ellas por la luz y los nutrientes del suelo, ocasiono que no llegáramos por falta de tiempo hasta el gran tejo de Articabaz, que dejamos para otra ocasión.
Más información en la última entrada, Sinfonía silenciosa, la selva norte de Guara en: territorioinquieto.blogspot.com.es