Con motivo del XXIIº Día del Senderista de Aragón organizado por la Federación Aragonesa de Montañismo el programa de Travesías Pirenaicas del club retomó la actividad con el intento a la Gran Facha.
Las intenciones eran nobles, los montañeros también. Estábamos bien equipados, pero hay que saber resignarse cuando las condiciones climatológicas no son las idóneas. En este caso, con unos vientos que superaban en algunas ráfagas los 90 kilómetros por hora, una previsión en la cima de 20 grados bajo cero de sensación térmica y una nieve recién caída que no se había asentado todavía, nos hizo padecer lo que ya algunos veíamos venir, el ascenso iba a ser delicado, costoso y sobre todo muy peligroso en la arista, con esas ráfagas de viento.
Aun así, con estas previsiones, 14 montañeros el sábado ascendíamos el trecho de unas 2 horas por nieve hasta el refugio de bachimaña, con la intención de dormir allí y al otro día acometer la aventura de subir a la Gran Facha de 3005 m de altura. Ya durante el ascenso al refugio que ya se halla a 2200 metros de altitud nos mojamos durante todo el camino con una sutil lluvia que, aunque no era demasiado molesta hizo que todos nos empaparnos literalmente de arriba abajo. Cuando llegamos al refugio, no obstante, los guardas, a quienes desde aquí agradezco todas sus atenciones, nos trataron con mucha delicadeza, buena comida, así como una buena calefacción, que nos pusieron un poco más fuerte para que pudiéramos secar la mojadura de nuestras vestiduras y calzado. ¡otra vez gracias!
Y así, después de la grata cena en compañía, los 14 nos disponemos a dormir con la intención de levantarnos a las 6:15 de la mañana eso sería nuestra primera jornada. Uno de los compañeros para completar los 15 vendría el domingo para hacer la segunda jornada desde la casa de piedra en Panticosa como habíamos quedado, tenía que estar allí a las 7 y cumplió su cometido.
El día 2 de la jornada nos levantamos a dicha hora y después de tomarnos el desayuno preparado por los guardas nos dispusimos a prepararnos con el material adecuado, con la intención de acometer la odisea de intentar la Gran Facha 3005 m de altura.
Ya una vez preparados, al salir a la calle nos damos cuenta de que está el suelo completamente helado, nos agarramos bien a los bastones y comenzamos el ascenso pasando por los ibones de bachimaña, primero por el inferior y luego por el superior dónde a la derecha hicimos un giro dirección a los ibones de Pecicos con la intención de acometer por un inclinado corredor qué da salida a la arista cimera en el ascenso a la Gran Facha.
Durante nuestro ascenso siempre abriendo huella llega un momento que nos colocamos los crampones pues no había pasado nadie por allí. Con semejante temporal logramos llegar a dichos ibones y en vistas de la tardanza y el esfuerzo y viendo que se había formado en el final del corredor una gruesa pared de nieve que lo taponaba y con el riesgo de que se nos fuera encima decidimos dar por terminada la aventura y retornar otra vez al refugio. Desde la salida del refugio nos había costado llegar hasta los Pecicos unas 4 horas de dura lucha con la nieve, así que nos volvemos con la agradable presencia de todas esas grandes cumbres a nuestro alrededor que nos hace mucho más interesante el descenso.
Otra vez nos dirigimos hasta el refugio de Bachimaña todo el rato rodeados de cascadas que nos hacen recordar el caudal tan impresionante que llevan nuestros ríos en primavera. El día se ha puesto cada vez más ventoso y nos hace recordar que los montañeros no conquistamos nunca la montaña, nos deja subir en algunas ocasiones, y por eso se lo agradecemos, y las veces que nos pone en nuestro sitio, aunque no podamos cumplir nuestro cometido también se lo agradecemos.
Bueno después de la agradable jornada salen en los marcadores del GPS unos 1580 metros de desnivel positivo sumando los dos días. Otra vez vuelvo a agradecer a los guardas del refugio sus atenciones con todo el grupo ¡gracias! Y a la Gran Facha que nos trató con dureza, que volveremos con otro tiempo más amable.
Sergio Vivas.