Inédita actividad a los Forquetas por la cresta de la Tuca de Torets
Lola Mas
Dos jornadas por aéreas crestas, al Elscorvets y a los Forquetas por la cresta de Torets
A veces concurren circunstancias que hacen que una actividad se convierta en la gran satisfacción del montañero, por el recorrido, por la compañía, por la emoción y la incertidumbre de un itinerario inédito, y por fin, por haber resuelto todo aquello que la montaña esconde cuando nos acercamos a ella.
A la vuelta del verano estaba programada una actividad en la Pico a Pico del club Peña Guara para ascender de forma circular desde el valle de Estós al pico Elscorvets desde la collada de la Plana, ascendiendo por los bonitos lagos de Batisielles, para descender largamente hacia el Forcau en el valle de Llardaneta, y al refugio Ángel Orus. Y en una segunda jornada realizar la ascensión a los Forquetas, dejando por esta vez el Posets como marco de fondo, donde el itinerario definitivo se adaptaría al grupo y a las circunstancias, dentro de varias posibilidades, descendiendo de los Forquetas por un valle o por otro. Del ascenso a los Forquetas la más intrépida de las posibilidades era encaramarse a una cresta desde el recóndito valle del Forcau en el pie de la Tuca de Torets, por donde habría que crestear hasta su cumbre y seguir hasta el Forqueta Sur y el Norte.
Por circunstancias de la vuelta de curso el grupo resultó reducido y eso nos permitió la variante más intrépida en la segunda jornada. En la primera ascendimos por los bonitos lagos de Batisielles al pie de las espléndidas agujas de Perramó, partiendo del valle de Estós, hasta alcanzar el collado de la Plana a 2.702 metros, que se asienta al pie de la gran mole del pico Elscorvets, un 2.904 metros que se alza por una vigorosa trepada y una sucesión de gendarmes cresteando sin dificultad hasta alcanzar su altiva cumbre.
Al descenso en el collado, nos parecía que el refugio del Forcau, el Ángel Orús, que en todo momento se vé, está más cerca, pero una sucesión de lomas y barranqueras rocosas nos hacen subir y bajar sin remedio, sumando metros a la jornada, hasta que por fin después de más de 1.700 metros de desnivel acumulado, aparece el refugio asentado al pie del recóndito valle del Forcau que, casualmente, no es el más recorrido porque el Posets gana todas las partidas a la hora de hacer una ascensión desde el mismo, por el muy frecuentado valle de Llardaneta, para eso es la segunda cumbre más alta del Pirineo.
Nosotros al amanecer sí nos adentraremos en el Forcau, por donde apenas pasan montañeros, bonito valle por el que se accede a la Tuca de la Llantía con su trepadora cresta. Pero en esta ocasión el objetivo es más atrevido, queremos encaramarnos a los Forquetas desde el Forcau, para lo que hay que traspasar primero la gran Tuca de Torets, que como una torre altiva se eleva sobre el entorno y para acceder a ella no queda más remedio que trepar por una empinada y pedregosa canal, que dá pie a la colladeta Maja. Alcanzado el primer escollo el espectáculo del entorno es magnífico, con el Posets al fondo al Norte y los Eristes al otro lado. Pero no hay tiempo que perder y sí una cresta que resolver. El comienzo es rápido trepando sin dificultad pero pronto empiezan a aparecer escollos, torreones, destrepes, gendarmes que hay que saber sortear, en uno de ellos por un lateral usamos la cuerda para asegurar el paso de uno en uno y con mucho cuidado porque a los pies el vacío es inmenso. Contentos, resolvemos los últimos escollos, por un lado, por el otro, por lo alto y alcanzamos la Tuca de Torets de 2.962 metros.
Los Forquetas, objetivo principal están a la vista y la cresta que los une a Torets está por resolver, no hace falta sacar cuerda de nuevo, se va cresteando siguiendo algún hito que aparece esporádico aquí y allá. Felices de nuevo alcanzamos la Forqueta Sureste y ya conscientes de que está superado el reto y la incertidumbre alcanzamos la Forqueta Norte donde todo es alegría de haber resuelto la inédita cresta de Torets a los Forquetas, que es una ascensión inédita en todo el historial de años de la Pico a Pico. Unos minutos de descanso celebrando que para Jesús supone además sumar uno de sus últimos tresmiles de la lista y nos dirigimos al descenso por el collado de Eriste o de la Forqueta que ya no presenta dificultad, y con la vista del valle de Viadós al otro lado, pronto corremos por las pedreras que nos depositan en el entorno magnífico del precioso ibón de Llardaneta.
Pronto por el GR nos juntamos con los muchos montañeros que bajan del gran Posets, el rey del entorno. El descenso al valle cerrando el círculo es un placer, una corta parada en el refugio donde hemos recibido un trato muy agradable por parte de las guardesas actuales y bajamos hasta la Espingantosa donde nos recogerá el último autobús de la temporada veraniega, para finalizar en Eriste, felices de las dos espléndidas jornadas que hemos disfrutado con la satisfacción de haber resuelto un itinerario inédito en la Pico a Pico por una cresta que ha puesto emoción montañera a la jornada. En esta segunda jornada el desnivel positivo ha resultado de más de 1.100 metros que no hablan del interesante cresteo, y en la jornada anterior más de 1.700 metros positivos con el gran Elscorvets.
Huesca, 12-09-2022